A propósito de la Muestra Pictórica COLORES OCULTOS de Maury Méndez
Walther Durán / Curador
Desde el mes de julio, La Sala Ulacio Sandoval del Salón de Lectura / Ateneo del Táchira abrió sus puertas a la muestra pictórica : COLORES OCULTOS, del joven arquitecto y artista plástico Maury Méndez.
Maury Méndez explora, desde los criterios mas austeros dentro del tema de la abstracción geométrica -que cualquier conocedor estimaría ya hace tiempo clausurada en sus posibilidades discursivas- algunos resquicios, aún ocultos o por recorrer.
Y eso ya, en sí mismo, tiene mucho mérito.

Las Vanguardia Figurativas -entre ellas el Abstraccionismo Geométrico, una de las vertientes mas destacables- abrieron al mundo posibilidades de representación expresiva de la realidad, insospechadas para el mundo apenas cerrado el siglo XIX.
Vertiente ésta de nombres ciertamente erróneos. O cuando menos confusos ya que, por una parte es ‘no figurativa’, es decir ‘no mimética’, es decir que, en esencia, ‘no intenta representar la realidad’ del mundo visible y, por la otra apela al uso de la geometría -y pocas cosas son tan abstractas como ésta- como la gramática de su vocabulario discursivo. En síntesis: ni intenta representar miméticamente figurativamente- al mundo o ‘realidad física externa’ en un lienzo y, sus elementos de trabajo expresivo son el orden geométrico. De modo que «Figurativa» y «Geométrico»parecen términos redundantes.
No obstante la realidad, avanzado el siglo se encargaría de cerrarnos la boca. Y justo un siglo después, Maury Méndez y sus COLORES OCULTOS están aquí para demostrar que aun es lengua viva.
Ciertamente, son Kazimir Malevich y Vassily Kandinsky, pioneros de ésta manera de pintar ésta ‘otra realidad’ (el mundo interior, sensorial, mental y no el exterior o ‘realidad física’) en la primera década del siglo XX. Estos, junto a Piet Mondrian y su
Neoplasticismo, y pasando por Theo van Doesburg -fundador De Stijl- y Robert Delanuay mas un largo listado de excelentes artistas y derivaciones estilísticas que incluyen el Constructivismo Ruso hasta el Suprematismo como aparente punto de cierre del discurso de la ‘No-Representación’ se encargaron de darle cuerpo a un movimiento artístico que pareció haberse agotado ya en la primera mitad del siglo XX. Pero sólo pareció, hasta que en América, Joaquín Torres y el bloque -aparentemente compacto- de los Cinetistas como Soto, Cruz-Díez y Otero hablarán nuevamente y con dialectos inéditos sobre temas que aun no se habían dicho antes en lo que muchos consideraban una lengua muerta. Mercedes Pardo, sin embargo, lo hará de una manera increíblemente seductora y estimulante… sin mayores artificios mecánicos y en en una gramática igualmente esencial.

Maury Méndez, qué duda cabe, habla de los COLORES OCULTOS de V. Gerbasi desde la gramática del arquitecto que también es.
Pero no podemos acusarlo de una ‘deformación profesional’ -la arquitectura- invadiendo otro territorio -la pintura- porque también habría que acusar de ello a Barragán, que sí y decididamente no ya desde un ‘abstraccionismo’ sino mas bien desde un austero ‘esencialismo’ constructivo le habla al mejicano promedio y al mundo por extensión, de la visión cosmogónica del Azteca. Pero también de la hibridación cultural del mestizo que resultó como producto del proceso de conquista y colonización.
Y lo hace sin mucho drama, lamento o resentimiento histórico-político ni sociocultural. Ver una casa diseño de Barragán, recorrerla sintiéndonos afectados por el color y la luz como únicos elementos constitutivos del espacio fenoménico -ese que la «Arquitectura Moderna» o mejor dicho, el «Estilo Internacional» devaluó al convertir lo constructivo y funcional como criterios únicos de diseño- es una experiencia semejante a la percepción de un lienzo con COLORES OCULTOS.
Los mejicanos hablan de «Arquitectura Introspectiva» y no sé si lo hacen erróneamente quizá, pues con ‘intrspectiva’ al parecer hacen mención a aquella arquitectura cuyos espacios viven hacia adentro, en negación a su contexto urbano u entorno inmediato y mas bien ensimismadas alrededor de patios internos.
¿Introspectiva? Pero… ¿Qué arquitectura verdadera no lo es? O, mejor dicho ¿Qué arquitectura auténtica no debería serlo?… Intentar responder a estas preguntas desde su propia producción personal sin duda pondría en apuros a muchos colegas que conozco.
Pues eso… Que Maury Méndez intenta, con esta muestra pictórica suya -cerca de una veintena de obras en distintos formatos- develarnos esos COLORES OCULTOS con los cuales Vicente Gerbasi le ha estimulado a pintar. Y es más que desde el «Abstraccionismo Geométrico» diría yo que desde el mismo «Esencialismo Cromático-Espacial» del viejo Barragán, que Maury nos propone a nosotros observadores despistados- está ‘su experiencia fenoménica’ para que nos permitamos nosotros mismos ser afectados y envueltos por ella. En ausencia de representación. Sin figuración alguna. Cero anécdota. Ni nos atrevamos a ‘guiarnos’ por el título de cada pieza. Allí no hay clave interpretativa alguna para ‘buscar el significado’ ni lo que ‘el pintor nos quiere decir ‘. No hay coartada en ello que soporte nuestra pereza sensorial ni mental. Sólo el color dosificado modularmente y compartiendo por proximidad o contraste, por yuxtaposición o armonía, un mismo espacio pictórico puesto ante nuestra mirada.

Ya veremos cada uno de nosotros si somos capaces o no de una observación que reconozca el privilegio que tenemos (pero, paradójicamente, del que no gozamos) al vivir bajo esta luz y este trópico vibrante de estímulos cromáticos. Espacio y territorio que, para emplear una expresión del filósofo Edgar Morin: «No vemos que no vemos…».
Los COLORES OCULTOS se los hizo ver Gerbasi a Méndez. El ya salió de ese laberinto. Nos corresponde a nosotros, cual Teseos Postindustriales y ModernosPerifericos de un territorio equinoccial coger el hilo y no perderlo.
Barragán también fué capaz de reconocerlo sin necesidad del ‘extrañamiento’ o ‘alienación’ -de ‘alien’ o ‘extranjero’- que sí fué el proceso personal de descubrimiento para Villanueva, hace ya casi un siglo. Reverón también fué capáz de hacerlo. No sé si en el proceso le dejó su cordura. Pero quizá el terminar ‘alienado’ por la luz y el color del espacio de su propio territorio vital haya sido el menor de los males para alguien cuya relación con el entorno fue ‘puro-sensual’… ( Iba a escribir ‘Puro-sensorial’ pero me resulta muy técnica y distante del sujeto que ‘la padece’.)
Maury Méndez también lo hace posible. Y nos da la oportunidad de compartir con él esa experiencia. Si perdemos el privilegio, es problema nuestro. No del artista.
San Cristóbal Julio de 2025

