Un domingo feliz (1988) – Olegario Barrera (Reseña)

Cine, Publicación

Un encuentro de intereses, en 1988, entre Televisión Española SA y el International Network Group SA, por un lado, y la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, por otro, dio nacimiento a “Amores difíciles”, una serie de seis historias cuyo eje central es el amor, y que tienen a Gabriel García Márquez como guionista colaborador, junto a Eliseo Alberto Diego. Una de esas historias es Un domingo feliz, de Olegario Barrera. Ya célebre en 2012 por el éxito de su película El manzano azul, Barrera presenta en esta oportunidad una dirección que se asienta exclusivamente en lo urbano, específicamente en la

Un encuentro de intereses, en 1988, entre Televisión Española SA y el International Network Group SA, por un lado, y la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano, por otro, dio nacimiento a “Amores difíciles”, una serie de seis historias cuyo eje central es el amor, y que tienen a Gabriel García Márquez como guionista colaborador, junto a Eliseo Alberto Diego. Una de esas historias es Un domingo feliz, de Olegario Barrera. Ya célebre en 2012 por el éxito de su película El manzano azul, Barrera presenta en esta oportunidad una dirección que se asienta exclusivamente en lo urbano, específicamente en la capital Caracas. En palabras de “Gabo”, el tema de toda la serie “es el más común a todos los seres humanos de todos los tiempos: el amor”, contrariado además. Un domingo feliz no escapa a esa temática, y presenta la historia del encuentro entre “Carlitos” Arismendi, un niño de 10 años hijo de millonarios, y Silvino Méndez, un saxofonista de clubes nocturnos aficionado a Charlie Parker, que sueña emigrar pronto a la ciudad de Nueva York. Una sola noche de sábado -madrugada del domingo- basta para tejer la historia. En la primera salida de Silvino Carlitos le acompaña, y, colándose, logra entrar al vestidor de las bailarinas del club. Desde allí, realizará una llamada a sus millonarios padres fingiendo un planificado secuestro, solicitando tres millones de dólares en efectivo a cambio de su libertad. Afuera, Silvino desata su pasión interpretando jazz en las instalaciones del bar. El fingido secuestro del niño sirve para que sus padres desenmascaren el infeliz matrimonio que llevan; de esta manera, el amor se rompe, pero no así el tema central de la historia. Lo único que mantiene unida a la pareja Arismendi es el amor por su hijo, y su afán por recuperarlo. Mientras tanto, el viaje de Carlitos en la Caracas nocturna lo lleva a conocer a otros niños, en tanto Silvino está en sus representaciones, y permiten que el encuentro de clases distintas se presente al unir a Eufrasio, niño de barrio caraqueño, con Carlitos, quien le invita una inolvidable noche en un parque de atracciones a la espera de la salida del saxofonista. El drama de la intervención de la policía, la angustia de la madre al descubrir infidelidades a su esposo y el padre preocupado porque su imagen no forme parte de un escándalo en los medios, contrastan con la tranquilidad que ofrece la pareja del músico y el niño. Sobre todo Silvino, quien, a pesar de una úlcera estomacal que lo obliga a medicarse constantemente, es un hombre sereno, recto, quien le muestra a Carlitos el valor de la honestidad y la humildad en los hombres. Las vivencias nocturnas de ambos van llegando a su final conforme avanzan las horas de la madrugada. Carlitos realiza otra llamada y cita a sus padres en Plaza Venezuela a las 6 de la mañana, para el intercambio del dinero por su libertad. El leitmotiv de Carlitos parece ser su descontento por la posibilidad de que sus padres lo envíen a estudiar al extranjero, de allí que decida escapar de casa y armar, él solo, el conflicto sobre el cual gira la historia. De esta manera, cambiará la vida de todos, por cuanto sus padres enfrentan la realidad de su matrimonio, él conoce cómo es la Caracas nocturna y Silvino no parte a Estados Unidos como lo esperaba. En las actuaciones de Víctor Cuica como Silvino, Anthony Sauce como Carlitos, Daniel López y Marilda Vera como los padres del niño, y el destacado actor Alejo Felipe como el inspector de la policía, las aventuras se presentan en un domingo no del todo feliz. Una noche de libertad de Carlitos, el drama de sus padres, las investigaciones del inspector y la no partida de Silvino hilvanan una historia que muestra una realidad caraqueña en medio de la fiesta, el trago, la inseguridad latente en cada rincón oscuro y el miedo al secuestro, de la igualdad que existe por encima de la posición social y de los sueños de cualquier venezolano, en este caso un saxofonista, que se ven rotos por la travesura de un niño rico de 10 años de edad.

Jhonn Benítez Colmenares

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