#RutasConHistorias: Café negro en Junín

Publicación, Rutas con Historias

  Por Yoser Linares @yoserlg2   Para ir a Rubio obligatoriamente se debe pasar por algún puente, ya sea en cualquier dirección: San Cristóbal, Santa Ana, San Antonio u otra vía alterna de aldeas cercanas en el estado Táchira. De allí el seudónimo de Ciudad Pontálida, por Alejandro Osorio Negrón. Así es Rubio, tierra de hacendados y caficultores donde ahora también hay varios comerciantes. Sin duda un poblado que se ha desarrollado desde la introducción del café, sin olvidar la primera explotación petrolera en la entidad. Ahora bien, Rubio es solo una pequeña parte de Junín, municipio fronterizo del cual se tienen otros atractivos.

  Por Yoser Linares @yoserlg2  

Para ir a Rubio obligatoriamente se debe pasar por algún puente, ya sea en cualquier dirección: San Cristóbal, Santa Ana, San Antonio u otra vía alterna de aldeas cercanas en el estado Táchira. De allí el seudónimo de Ciudad Pontálida, por Alejandro Osorio Negrón. Así es Rubio, tierra de hacendados y caficultores donde ahora también hay varios comerciantes. Sin duda un poblado que se ha desarrollado desde la introducción del café, sin olvidar la primera explotación petrolera en la entidad. Ahora bien, Rubio es solo una pequeña parte de Junín, municipio fronterizo del cual se tienen otros atractivos.

Rubio, Ciudad Pontálida.

El centro de Rubio se desprende en torno al monumento histórico nacional, una catedral remodelada con el tiempo por el arquitecto Quintanilla, y de estilo neogótico en honor a Santa Bárbara. Para empezar, quienes se acercan de San Cristóbal pueden ver una escultórica imagen de la mártir que se alza en la carretera situada cerca del terminal de Pasajeros Santa Bárbara de La Yegüera. Luego se debe pasar por el puente Junín , aunque antes de él hay una vieja casa con sendero en pésimas condiciones, pero que lleva al mejor mirador del pueblo: el Cerro La Piedra. Desde allí, detrás de la Tenería Rubio, ¡se observa casi todo! Predominando el sector de La Victoria parte alta y La Victoria parte baja con su pequeña área deportiva, la capilla del antiguo hospital de Rubio, y el comando militar.

Para quienes aprecien la cultura, en la plaza se encuentra el Salón de Lectura, sede de la Casa de la Cultura José Gregorio Osorio Vivas. donde todos los 9 de diciembre de cada año, considerado como el día en que se fundó Rubio en 1794, se exponen variedades de objetos antiguos y algunas piezas artísticas y artesanales. Como objetos permanentes puede encontrarse un gran cuadro, con la ilustración copia de la figura de Francisco de Miranda en La Carraca; una escultura, llamada La Aguadora; y una maqueta de la Catedral de Santa Bárbara de Rubio.

Para entender un poco Rubio, viene Don Gervasio, el que vino de Mérida e introdujo el café al pueblo; por lo que una estatua en su homenaje se alza también. Siguiendo la vía por San Diego se pasan algunos merenderos cerca a la Plaza Boulevard Ruiz Pineda con su Paseo Artesanal La Azucena, y se pueden tomar dos alternativas para encontrar la Avenida Perimetral.

Por otra parte, otro de los lugares es la Plaza Bolívar, pues en ella hay varias zonas. Construida con caminerías en forma de cruces católicas e inspirada en imitar la plaza Bolívar de Caracas, el lugar guarda historias como la del Dr. Rosendo Ovalles Durán en la plaza Bolívar de Rubio. Cerca varias casas reconocidas por sus formas, como la casa de los abanicos de Teófilo Sánchez, la casa de los balcones, y la Casa Van Diesel. La mayoría de las viejas estructuras se conservan, al menos sus fachadas, utilizadas como locales comerciales y sede de organismos municipales.

Bajando de la plaza se aprecia el sector de La Palmita, lugar de las primeras calles de Rubio, unión de puentes pequeños y calles de piedra. Preguntando desde Los Corredores se puede ir al Cerro Escaleras donde hay una cruz de la Santa Misión. Continuando la vía principal de los corredores se consigue el cementerio municipal, lugar de santos milagrosos como la tumba de Evita Nieto, el Ángel de los Estudiantes y sucesos como el encuentro en el bar de Las Américas.

También se puede llegar al sector Pozo Azul, desde allí empiezan las conocidas Cuevas de Rubio, aquellas de las que se dicen que comunican al Valle de Cania, en Pamplona (Colombia). Ideales para practicar rapel e incluso espeleología, las cuevas de Rubio se ocultan en diversos tramos del Cerro Capote en siete entradas y cuatro cumbres, supuestamente.

Bramón, y sus rutas agroturísticas del café.

El centro de Bramón se concentra en su plaza con el busto de Bolívar traído de la antigua Plaza Colón (Plaza Bolívar de Rubio), pues a su alrededor se encuentra el Instituto de Investigaciones Agrícolas con la fachada de la Hacienda Bramón. Por supuesto, no se puede olvidar la iglesia parroquial en homenaje a San José. Respecto al agroturismo, el café es el principal rubro aunque no debe olvidarse la caña de azúcar. Diversas rutas para conocer el proceso de siembra, recolección y procesamiento del café se han establecido; sin embargo, al parecer son abandonadas. La intención de muchos caficultores para rescatar los valores culturales se ha evidenciado pues todo lo relacionado al café es considerado como una tradición. El ciclismo y, en ocasiones, el senderismo, son las opciones para visitar el paseo ecológico del café. Sin duda alguna, existen diversas rutas internas dentro del sector. Tradicionalmente se conocen seis estaciones sobre el ecomuseo del café.

Río Chiquito, capital de La Petrólea.

Tomando la vía Rubio – Santa Ana del Táchira empieza el recorrido. Lo primero que se puede visitar, si es de interés, es La Hacienda La Tuquerena, propiedad de la Universidad Experimental del Táchira. Allí se realizan estudios con base en productos agrícolas como el café, la caña de azúcar, y algunas frutas y hortalizas; al ganado como el avícola, el porcino, y la cunícola; además, se emplean técnicas de riego y se hace uso de algunas maquinarias.

Continuando la vía, luego de 10 k.m., aparece el espacio del Parque La Petrólea, lugar histórico y de áreas verdes con falta de atención. El espacio perteneció a una gran extensión de tierra de la Hacienda La Alquitrana, propiedad de la familia Pulido. Completamente rural, se fue ocupando de maquinarias para el procesamiento de los pocos litros de gasolina y kerosene que dio la extracción de petróleo en la zona. Indudablemente La Petrolia  fue el centro de aprendizaje para el país en términos de nuevas tecnologías.

Las calles de Río Chiquito son pocas, conformadas por unas cuantas casas junto a su escuela. Poco a poco las casas se van distanciando, pues los rubros agrícolas se expanden en sectores de montaña con condiciones de siembra. Como sitios naturales de interés se habla de Las Tetas de Verónica como el Cerro La Cruz, típico en celebración a la Cruz de Mayo. Ahora bien, otro poblado continúa en la montaña, el cual nos introduce a un pedacito del Parque Binacional El Tamá.

San Vicente de La Revancha con su río Quinimarí.

Los habitantes le han asignado varios nombres al pueblo de San Vicente. Desde Quineros, por la producción de quina; Arribancheros, por la forma de la montaña causada por la tala; y Robancheros, por los robos cometidos entre ellos mismos. Pasados algunos años, puede decirse que San Vicente es tranquilo, allí sus habitantes dedican días al campo y recolectan “lo que se siembre”, desde la tradicional papa y cebolla, hasta fresa.

Tomando hacia las montañas diversos sectores ofrecen una mejor panorámica de San Vicente. El sector Copas es llamado así por la forma de figuras visibles en una pared casi vertical de la montaña. Además, se encuentra también un salto conocido como El Chorrerón; y un pequeño agujero en la cima montañosa se puede observar nombrado La Ventana. En el sector Buena Vista se encuentra el camino hacia La Línea; otras montañas con picos notables son apreciadas aunque no hay rutas oficiales para su ascenso.

Con todo esto puede entenderse la diversidad de espacios que posee el municipio Junín; sin embargo, debe considerarse la existente falta de señalización, algo que por lo general los visitantes resuelven preguntando a los habitantes de cada zona. Debe recordarse además, que Junín, por estar en zona fronteriza, hace que las expresiones y gestos de los venezolanos se confundan con el gentilicio colombiano, pareciera no existir barreras en cuanto a cultura y expresión.

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