Plantean relevancia cultural del símbolo en el Seminario Bordes

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Por Jhonny Márquez El X Seminario Bordes deja sustantivas respuestas y no menos interrogantes sobre las cuales sigue el trabajo de los investigadores de la cultura reunidos del 7 al 9 de noviembre en la ciudad de San Cristóbal. Cuando se trata de las vertientes transdisciplinarias de la «Iconomagia: Símbolos de nuestra memoria», tema de esta edición, las expresiones artísticas y propuestas académicas respondieron con su presencia. Las propuestas escénicas y visuales presentadas en el Museo del Táchira y el Café Galería Bordes conjugan las disertaciones académicas reunidas en torno a la redefinición y creación de nuevos imaginarios a partir

Por Jhonny Márquez

El X Seminario Bordes deja sustantivas respuestas y no menos interrogantes sobre las cuales sigue el trabajo de los investigadores de la cultura reunidos del 7 al 9 de noviembre en la ciudad de San Cristóbal. Cuando se trata de las vertientes transdisciplinarias de la «Iconomagia: Símbolos de nuestra memoria», tema de esta edición, las expresiones artísticas y propuestas académicas respondieron con su presencia.

Foto de Hassler Salgar

Las propuestas escénicas y visuales presentadas en el Museo del Táchira y el Café Galería Bordes conjugan las disertaciones académicas reunidas en torno a la redefinición y creación de nuevos imaginarios a partir de la memoria colectiva, definición de iconomagia hecha por el antropólogo Anderson Jaimes en su conferencia inaugural «Tierra, aire, fuego, agua. La naturaleza como símbolo de la memoria ancestral». Reinvindica a los pueblos originarios al trazar como es su pensamiento en contraste a las características de las formas occiden

tales. Mientras este clasifica y jerarquiza la naturaleza como elementos externo al humano para aplicar su razonamiento englobado en la colonialidad del pensamiento, los pueblos originarios ordenan sus sentidos de vida con la naturaleza y sus imaginarios son construidos a partir de su imitación.

Foto de Hassler Salgar

Esta concordia con su entorno tiene en los mitos la narración de las ideas ancestrales fundamentales reconstruidas según retornan los tiempos originarios, plano de la realidad cíclico avocado a la sabiduría que extraen del cosmos y las experiencias sagradas disgregadas en los hábitos profanos que interpelan desde el cuerpo. Los símbolos del arte rupestre que Jaimes estudia ilustran como de los elementos naturales surgen sustantivas representaciones con sentido en la vida de los pueblos nativos.

El afiche del Seminario muestra símbolos hallados en la arqueología hecha en los andes venezolanos. Introduce Jaime para referirse a los elementos que corresponden sobre los pueblos originarios andinos que ellos cuentan con las vertientes chibchas y protochibchas para las bases del pensamiento de gente de montaña, desde el Amazonas con los Arawacos quienes influyen en las estructuras sociales y desde el Caribe aportaron algunas formas de representaciones.

Así la placa alada se relaciona con el aire, la huella de animal a la tierra, el cometa al fuego y la línea serpenteante al agua, traídas a colación para señalar la legitimidad de estas formas de vida que instan a la convivencia con la naturaleza para en su lectura y comprensión asumir posturas críticas donde se relacionan lo otro con lo diferente. Propósito que enmarcó los posteriores debates sólo abarcables plenamente con la asistencia y estas palabras contribuyen a un elemental registro.

Foto de Hassler Salgar

Las actividades más afines fueron las acciones corporales que siguieron en la programación donde la actriz Alexandra Valencia estrelló con fuerza tinajas de arcilla en la pared mientras reciba unos versos preparados por el artista Osvaldo Barreto (Oscuraldo), quien recogía los restosen una figura circular, titulado «El texto originario o el lugar donde nacen los simbolos» resulta una ceremonia inaugural donde el caos inteligible halla orden. Luego Chicho Cir con «Orinoquia» combina actos circenses con ritos chamánicos.

La exposición fotográfica «La mirada de alijuna» reúne a Danny Torres, Igor Castillo y Kellys Garcia, quien tiene raíces warao y realzó las identidades de estos pueblos como venezolanos. En el mismo Museo del Táchira el arte contemporáneo reunido  en torno al «Simbolismo, memoria y ancestralidad» expone las máscaras de Doralina Velasquez, los enérgicos trazos abstractos de Mauricio Sánchez, entre otros artistas.

Foto de Hassler Salgar

El mismo Oscuraldo en una participación prospectiva analiza una figura que decora el fragmento de una taza hallada en una excavación arqueológica donde se involucró, lo denomina el «El bicéfalo tachirense». Procede a una inicial reconstrucción en vista de sus particularidades desde las características identificadas hace una comparación con símbolos conocidos de contextos distantes como el andrógina o el ying-yang oriental.

El doctor en Ciencias Humanas Otto Rosales propone enfocar la memoria como construcción de poder, mordaz planteamiento que asoma como los procesos hegemónicos se sirven de los símbolos para sus propósitos, tema ineludible en los ejemplos existentes en la historia mundial y el pasado regional. El dilema abierto es sí el sentido es una concesión cuya diseminación tiene fines disuasivos o el criterio de su apropiación para la cohesión social es generalizable.

Foto de Hassler Salgar

También el profesor Robinson Pérez en su exposición previa a la de Rosales trae al aforo un ejemplo acorde sobre cómo se construye el poder al analizar sus hallazgos hemerográficos sobre la organización de la celebración del centenario de la república en 1913 en la ciudad de Mérida. Los programas de las festividades publicados en periódicos de la época detallaban las actividades, quienes hacen presencia e incluso su ubicación y como participaban de acuerdo a la influencia que tenían.

Para el profesor en lenguas Bernardo Flores la hermeneútica son los mecanismos que develan los contenidos ocultos, el sentido cifrado detrás del aparente en la escritura. Recuerda a Platón cuando señala que los mitos son cuentos sagrados porque hablan de las deidades y sus secretos, así los textos donde están registrados son sagrados, los más conocidos en el hemisferio son los usados por los monoteísmos occidentales: el Torá, el Corán y la Biblia.

Flores hace referencia a textos no religiosos que cumplen con los criterios de sagrado como La Divina Comedia de Dante Alighieri (s. XIV)  quien establece cuatro niveles de lectura: literal, alegórico, moral y anagógico, y en otros casos pueden agregarse más niveles según desarrollen la capacidad de ver. Manifiesta Flores su impresión sobre como en la antigüedad poseían conocimientos que sin las herramientas adecuadas pasan desapercibidas actualmente, ejemplo es saber la etimología de los nombres, cuando se descubre su significado puede abrirse a modos más profundos de interpretación.

Foto de Hassler Salgar

Otro nivel de desciframiento con notable interés para diferentes sociedades se trata de los sueños. Bajo criterios científicos su estudio los inicia Sigmund Freud (s. XX) recuerda la psicóloga Fania Castillo durante su intervención «Aproximación al estudio de los sueños». Para los psicoanalistas a través de los sueños una parte de nosotros manifiesta aspectos que la parte diurna no hace, porque en ellos surgen patrones, señales, símbolos distinguibles en conjuntos numerosos de sus relatos, porque el solo hecho de proponer una descripción ocurre una interpretación recuerda Castillo.

Desde Carl Jung (s. XX) el psicoanálisis plantea que subyace una sabiduría colectiva en los sueños. Como animales de sentidos la relación con los sueños es hallarles relación sin que existan limitaciones en su construcción, sin posibilidades de su premeditación. Castillo señala además que producir imágenes es una naturaleza humana primordial para observar y describir. Elipsis de ideas que abrevian parte del Seminario Bordes en un balance parcial de sus propuestas en diálogo.

Sobre la palabra oral Ana Julia y Miguel Carballo introducen en un taller de cuentacuentos las cualidades para hacer del relato hablado una forma de expresión. Señalan que las mejores historias son las que más convicción y seguridad generan incluso si son hechos parciales o totalmente inventados, cuidar que el final atrape y sorprenda al público y trabajar en los núcleos de sentido permite ajustar la interpretación en cada ocasión.

Muchas lenguas solo tienen forma oral e incluso los idiomas con alfabeto lo desarrollaron posteriormente, esto lo explica el lingüista Francisco Morales en una breve historia, dice que casi todos los caracteres es escritura tienen su origen e íconos usados desde hace miles de años y representan un sonido del lenguaje que forma palabras en su combinación. Explica que el alfabeto semítico hizo aportes al griego, este al latino y así a las lenguas predominantes hoy en occidente.

Foto de Hassler Salgar

El cuerpo también es instrumento de simbolización e interpretación como demostró la Academia Entredanza con la acción corporal que sus integrantes realizaron el primer día del Seminario llamado «Cuerpos no legibles» durante toda la mañana. Inspirado en una selección de libros los accionistas buscaron hacer una interpretación de ellos con sus movimientos dice su directora Liz Pérez, en la experiencia la repetición los transforma y así al otro cuando entran al más leve contacto durante la jornada en el Museo del Táchira.

Los Jóvenes Compositores del Tachira ofrecieron un recital interactivo con el público, Job Ramirez, Joan y Oscar Vivas tocaron varias de sus composiciones y luego de ser escuchados invitaban a los presentes a decir que les generó cada una, antes de decir el titulo y los motivos de su inspiración. La música es un lenguaje simbólico orientado por la intensidad de los sonidos pero siempre es el interprete quien la hace reflexiona Joan Vivas entre una pieza y otra.

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