La poesía de Obitual Pérez (Entrevista)

Literatura, Publicación

Por Raimon Colmenares. Luego de leer tres obras y algunos retazos sueltos de su autoría, sentí muchas ganas de entrevistar a Obitual Pérez. Lo buscaba; le preguntaba a la gente. Luego me enteré de que ya lo conocía. Entonces fue sencillo encontrarlo, una vez superado el obstáculo de los seudónimos (esa maña que a veces tienen los artistas para confundirnos). El referido poeta, Obitual, es tan sólo una de las máscaras o extensiones de las que se vale Osvaldo Barreto (su nombre de nacimiento) para expresarse cuando no es Omau u Oscuraldo, es decir, cuando no está haciendo comics, artes

Por Raimon Colmenares.

Luego de leer tres obras y algunos retazos sueltos de su autoría, sentí muchas ganas de entrevistar a Obitual Pérez. Lo buscaba; le preguntaba a la gente. Luego me enteré de que ya lo conocía. Entonces fue sencillo encontrarlo, una vez superado el obstáculo de los seudónimos (esa maña que a veces tienen los artistas para confundirnos). El referido poeta, Obitual, es tan sólo una de las máscaras o extensiones de las que se vale Osvaldo Barreto (su nombre de nacimiento) para expresarse cuando no es Omau u Oscuraldo, es decir, cuando no está haciendo comics, artes plásticas, u otra de sus variadas e interesantes ocurrencias. Por aquí ya podemos esperarnos un personaje bien peculiar. Desde la hermosa sala de su casa; decorada con cuadros abstractos de sus alter egos (y de su novia), con una enorme ventana que deja entrar mucha luz junto a la vista de los arbolitos al frente, nos hallamos sentados en los verdes muebles, sobre el suelo de baldosas del mismo color que se asemejan a la grama, le pregunto a Osvaldo… a Obitual Pérez sobre su poesía. -Raimon Colmenares: ¿Quién es Obitual y cuál es su razón de ser?  -Obitual Pérez: Obitual es un poeta, que no se esfuerza mucho por cierto –se ríe-. No es Osvaldo Barreto, quien se dedica a otras cosas. -RC: ¿Por qué le pusieron semejante nombre? -OP: Es una mezcla entre “obituario” y “habitual”. Un obituario no es algo habitual, porque tiene que ver con la muerte, y la gente se muere sólo una vez. Me gusta esa contradicción. Siempre he tenido gusto por la muerte y por lo macabro también. Pérez es un apellido muy común; él es otro Pérez más.  -RC: ¿Desde cuándo escribes? -OP: Desde los 18 escribo sin conciencia –año 1990-; sin saber qué es lo que escribo. Desde el año 2000 aproximadamente lo hago consciente de lo que significa hacer poesía, que es el estilo que más me gusta. -RC: ¿Por qué prefieres la poesía? -OP: Me gusta lo abstracto y difícil de la poesía, en el sentido de que está más cerca de lo desconocido. Me gusta también por su brevedad, cualidad que es un símbolo de nuestro tiempo. Somos la generación de la brevedad. La poesía es la mejor forma breve de conseguir algo profundo; cosa extraña y maravillosa que muy pocas veces se logra, pues generalmente lo que es breve resulta poco profundo. Existen por ejemplo los haikús, que en tan sólo 3 versos pueden encerrar toda una filosofía. A eso me refiero. -RC: Nómbrame a tus autores preferidos.  -OP: En la poesía me influenció mucho César Vallejo, especialmente en “Trilce” por lo trasgresor. Aroldo de Campos del grupo Noigandres, que hacen poesía concreta. Rainer Maria Rilke y toda la tristeza que hay en él. También León de Greif. En mi libro “Sal Sol” hay mucha influencia de textos alquímicos, de Nicolas Flamel, Eugenio Filaleteo, El Cosmopolita, Fulcanelli, Le Crom, y varios otros. En la literatura amplia, Jorge Luís Borges me parece un autor clave por el ultraísmo, también Octavio Paz, Salvador Garmendia, Caupolicán Ovalles y el Techo de La Ballena.  -RC: ¿Y autores que no te gusten?  -OP: Benedetti nunca me ha gustado, a pesar de que a toda mi generación le encanta. Neruda tampoco.  -RC: Una pregunta trillada, pero interesante a veces: ¿Qué es la poesía para ti?  -OP: La forma más sublime de perder el tiempo y de acercarse a algo sensato; porque al final pienso que la humanidad pierde el tiempo en todo lo que hace, pero me parece que la forma más sublime es haciendo poesía. -RC: Háblame un poco de tu método de escritura ¿Te vuelcas a desarrollar un tema? ¿O se te vienen ideas por separado y luego las juntas? ¿Cómo se da eso? -OP: Todo empieza a desprenderse de una idea. Generalmente construyo libros, no poemas. Muy pocas veces ocurre que me llega una idea aislada. Me gusta trabajar con un hilo conductor, y cuando escribo lo hago con desenfado; me interesa sobre todo que la idea central esté bien plasmada, no tanto eso de las estructuras poéticas. En el libro “Sal Sol” el tema central es la alquimia, en “La caja de los hierros” es precisamente una caja de herramientas, mis primeros poemas en “El suspiro ausente” son los que menos tienen un hilo conductor.  -RC: Pero tiene muy presente el tema del malestar con la sociedad. -OP: Sí, ése sería el tema central allí. Me interesa también cuando escribo, que dentro de lo conceptual haya algo de experimentación. En “La caja de los hierros” quería que fuesen 52 poemas de 25 líneas todos. En “Sal Sol” esa frase del título se repite en todo el libro como un mantra. -RC: Y en “El suspiro ausente”  tenemos las ilustraciones con los versos incrustados en ellas. -OP: Claro. También en ese libro, cerca de la mitad hay un poema casi incomprensible escrito en código, que cuesta bastante descifrar en realidad.  -RC: Quisiera conocer tu opinión acerca del panorama literario nacional y regional.  -OP: Muy pujantes, como siempre, pero insisto en que nos hacen falta superhéroes verdaderos, que brillen más allá de las fronteras, para que podamos reconocernos en ellos y ver que no es imposible.  Siempre andamos pujando con buenas intenciones, las iniciativas constantemente van y vienen, pero no logramos afianzarnos, no logramos construir una plataforma, siempre caminamos en el aire. Nunca he entendido por qué caen las iniciativas. Parece que con los cambios de gobierno todo cambia y vuelve a cero. Estamos muy mal porque, o las librerías no venden autores nacionales, o a casi nadie le interesa comprarlos. A mí me interesa mucho más la gente de aquí, no tanto los europeos, que ya tienen una plataforma establecida. Por eso necesitamos a los héroes, que hagan creer a otros que es posible. Nosotros nunca creemos en lo nuestro; siempre andamos mirando hacia afuera, y con eso no logramos nada. Iniciativas como la editorial El Perro yLa Rana, con libros a 2 bolívares. es algo de vanguardia, pero nadie los compra, porque son nuestros, y no creemos en lo nuestro, preferimos comprar por  50 bolívares el libro que está al lado, de un poeta europeo. -RC: Cierto. Es necesario cambiar eso ¿Puedes mencionarme algunos poetas regionales cuyos esfuerzos te agraden?  -OP: La obra de Antonio Mora me parece genial e indispensable.  También me gusta el trabajo que hizo Juan Beroes, el de Ernesto Román, lo que publicó América Martínez estando aquí, lo que escribe Ave -Annie Vasquez- y de igual manera me parece bien interesante lo que hace Énder Rodríguez.  -RC: Bien, Obitual; Osvaldo. Muchas gracias por esta agradable entrevista. -OP: De nada. —————— Aprovecho para invitar a todos los amantes de la poesía no trillada a que le echen una mirada al material de Obitual, que pueden adquirir a buenos precios escribiendo a oscuraldo@yahoo.com. Los dejo con una muestra, uno de mis poemas favoritos, cuyo final me parece sencillamente grandioso. El obrero Allí está el obrero desnudo echado al mundo en soledad pero con su caja de herramientas dentro de ella encontraremos: Un espíritu capaz de construir puentes entre el infierno y el cielo una mente que se confunde cada día pero que brilla cual cocuyo en la oscurana. Un alma que se torna rechoncha con la humildad y la risa prístina. Una verdad cuyo entendimiento insondable nos pertenece muy allá en lo profundo. Un corazón que jadea cual dinamo haciéndonos andar por amor a la vida. Con tanta herramienta filantrópica no hay cinco sentidos que nos esclavicen ni brazos, ni piernas que mueran de inercia desnudo el obrero en el terreno baldío construye con calma un porvenir que es cárcel, hospital y templo es decir; justicia, salud y oración que el íngrimo jornalero se vea solo ha de entenderse como condición plural pues cuando uno construye hacia adentro es toda la humanidad la que suda a Dios. -Obitual Pérez. http://obitualperez.blogspot.com/ ————————– Raimon Colmenares Fundación Cultural Bordes.
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