Por Raimon Colmenares
HÍGADO ha cobrado una densidad impresionante y maravillosa en términos de fuerza dramática y conexión con el público. En comparación su estreno hace más de un año, el actual montaje (que fui invitado a apreciar en un reciente ensayo completo) evolucionó para llenar cualquier resquicio por donde la atención-tensión del ojo y oído expectantes hubiesen podido escabullirse. La obra, como ya sabemos quienes la hemos disfrutado (era mi favorita del Incinerador y ahora lo sigue siendo con mucha más razón), se nutre del drama-motivo en el poema épico La Odisea; esa búsqueda-espera-persecución de la tan anhelada Ítaca particular y propia, trasladada hasta la cruda cotidianidad de los tiempos actuales en las grandes ciudades que afanosamente intentamos digerir con nuestros reducidos cerebros. La puesta en escena, que fusiona la improvisación interactiva con el público (especialmente para darle múltiples giros a la comedia y propiciar situaciones divertidas), también integra en vivo al coro Tierra y Ser dirigido por Alexis Bolaños, otorgando momentos contradictoriamente sublimes, y se vale de los paisajes de fondo otorgados por el videoarte o poesía visual proyectada de Joséantonio Sánchez Pulido; pero a esto ahora se le agrega otro elemento poderosísimo que termina de cohesionar las fuerzas del público, el espacio y los actores: Eoncircus, una banda de post-alternative rock (nueva y sumamente original) que con puros instrumentales, dispara a mucha mayor altura la pieza teatral en su conjunto. Omar González y (ahora estrenando el papel) Dulce Santander (Ulises y Penélope) entregan en sus actuaciones todo lo que tienen, como en cualquier presentación del Incinerador. No tengo más que decirles que no pueden dejar pasar esa perplejidad deliciosa que será el re-estreno de Hígado. La obra tiene comedia interactiva, videoarte, tremendo coro y exquisita banda en vivo, hasta danza contemporánea y pintura, hasta regalan chucherías, e incluso acontece una muy divertida subasta (lleven su dinerillo). En una palabra: TotalmenteImperdible. ———————————————————————- Reseña de diciembre, 2011: “Nos fuimos por una carretera sin sentido en busca de Ítaca…” Intimidante, mordaz y oscura, pero esperanzadora. Así me pareció esta nueva obra del grupo El Incinerador Teatro. Veamos a grandes rasgos, qué nos trae esta pieza ideada por José Ramón Castillo y Omar González. “Hígado” introduce a un recorrido, una búsqueda que comienza en la proyección inicial de un viaje través de la montaña. Así abren los monólogos de un Ulises (Omar González) y una Penélope (Ana Gamboa) posmodernos. Nos invitan a detenernos y a saborear las interrogantes: ¿Por qué vamos tan aprisa en nuestros carros? ¿Hacia dónde? ¿Para qué tomarnos tantas molestias? Están a la orden las reflexiones de los ya clásicos personajes misántropos, malhumorados, que intentan un escape del malestar cultural a través de su negro humor, de las obras de José Castillo. Vienen las críticas: a los espejismos culturales, la frivolidad, la ingenuidad, el consumismo que impulsa a los magnates dioses de nuestro tiempo. Sólo se plantean las tensiones, sin respuesta alguna, mostrando la angustia hacia todas ellas. Un ejercicio que generalmente disfruto: parte de la catarsis me toca, otra no me convence tanto; llego a pensar en un momento que esto no sale de la mera desintegración pesimista de la sociedad ¡Pero no es así!: hay un par de giros como desenlace que dejan otro mensaje, uno mucho más esperanzador e inteligente para quienes consiguen detectarlo. Hígado te entrega una parte obvia (el desenfado), y otra subyacente, interesante, que uno mismo debe armar. De ahí que no sean en vano las interpelaciones al público: “¿Estamos perdiendo el tiempo con la obra?” Y como ya han dicho: todo en el teatro y el arte ya se ha dicho, lo que cambia para movernos las entrañas es la forma en que se dicen las cosas; me alegro al ver que continúa la evolución en la técnica del grupo para comunicar en formas cada vez más ingeniosas dentro de la línea de dramaturgia del cuerpo que vienen desarrollando desde hace un buen tiempo.
