En los Bordes Difusos de la Forma

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Revisiones del arte abstracto contemporáneo La abstracción es uno de los intentos más agudos del hombre por crear una realidad distinta a la que pertenece pero también supone un mundo interior informe donde los colores son sentimientos que se mezclan y arremolinan, donde nuestros abismos resultan en formas caprichosas supuestamente ininteligibles y donde la razón suele claudicar para entronizar a un instinto indómito, desbocado, alucinado, capaz de crear un mundo insondable en el que siempre seremos extranjeros mientras seamos conscientes de nosotros mismos. El arte en occidente ofuscado por el eurocentrismo y su modernidad individualista pretendió ubicar la creación del

Revisiones del arte abstracto contemporáneo

La abstracción es uno de los intentos más agudos del hombre por crear una realidad distinta a la que pertenece pero también supone un mundo interior informe donde los colores son sentimientos que se mezclan y arremolinan, donde nuestros abismos resultan en formas caprichosas supuestamente ininteligibles y donde la razón suele claudicar para entronizar a un instinto indómito, desbocado, alucinado, capaz de crear un mundo insondable en el que siempre seremos extranjeros mientras seamos conscientes de nosotros mismos.

El arte en occidente ofuscado por el eurocentrismo y su modernidad individualista pretendió ubicar la creación del arte abstracto en la figura del ruso Wassily Kandinsky y respaldarlo con otras fulgurantes figuras como Piet Mondrian y Kazimir Malevich, entre otros y con ellos desarrolló a profundidad movimientos muy difundidos como el abstraccionismo, el constructivismo, el suprematismo y otros ismos donde la abstracción era lo fundamental. Recientemente se ha desmontado ese inicio atribuido a Kandinsky y le han dado el testigo a la artista sueca Hilma-af-klint (1862-1944) quien ya desarrollaba la técnica del dibujo automático en 1896 anticipándose por mucho a los surrealistas. El atraso de la aparición de Hilma en la historia del arte occidental se debe a que en su testamento ella estipuló que su obra no debería hacerse pública hasta después de 20 años. Pero toda esta exacerbación del individuo propia de la modernidad se olvida de la historia antigua, donde no hay nombres individuales pero si evidencias de pueblos, no solo europeos sino de todas las latitudes, que practicaron y desarrollaron un arte abstracto. Incluso si nos remontamos al hombre del paleolítico y vemos el arte rupestre, encontraremos una abstracción descollante, inquietante y perturbadora. Así pues la abstracción no es un invento moderno, es una concepción profundamente vinculada a la humanidad de todos los tiempos y esa capacidad de abstraer es un rasgo esencial que nos diferencia de las otras especies animales.

Luego de las vanguardias la abstracción ha seguido apareciendo y en nuestro país ha tenido un gran desarrollo, del cual hay amplia documentación, sin embargo esta documentación no involucra a fondo el interior del país o la periferia y es por esa razón que nos planteamos esta pequeña muestra para referenciar una tendencia estética que sigue siendo el decir de una generación de artistas contemporáneos que han hecho vida en el Táchira. Las obras seleccionadas abarcan un período que va desde el 2006 al 2016 demostrando que no ha sido un desarrollo fugaz sino que se ha consolidado. Si bien las obras expuestas son en su totalidad pinturas y cubren una década y solo a cuatro artistas, está de más decir que lo abstracto involucra expresiones como la escultura, la instalación, la fotografía, que el período inicia más atrás, quizás desde los 90, obviamente con antecedentes que vienen de los 60 como Humberto Jaimes Sánchez, Hugo Baptista y Ulacio Sandoval, y que son muchos los nombres que conforman la lista de quienes siguen aportando a ese constructo artístico que es el arte abstracto en el estado.

Por ahora veremos un pequeño pero significativo segmento del arte abstracto local conformado por las obras de: Ave, Ender Rodríguez, Ivan Romero y Oscuraldo.

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Ave nos plantea una abstracción con un discurso simbólico que se ubica en lo extra-pictórico asumiendo neo-conceptualismos y narrativas de la crisis contemporánea con temas como la genética, la reproductibilidad y la bioética. Ender Rodríguez explora de manera autobiográfica y experiencial la escritura y el gesto automático en busca del despertar de lo irracional, de allí el elocuente título de la serie que exponemos: “Relatos-bocetos sobre la vida de mi maníaco father y el extraño cerebro de my son”. Ivan Romero nos remite al colorismo como abstracción y a la descomposición del paisaje en manchas donde todas las formas se funden para dejarnos sin ataduras en ese ejercicio necesario de la imaginación. Y Oscuraldo nos acerca a lo abstracto-geométrico y lo abstracto-matérico en una suerte de anhelo por lo primigenio, un imaginar en el que volvemos a habitar los abismos.

Cuatro propuestas que pivotan en esa región de bordes difusos que necesita seguir siendo revisada y estudiada y a la cual podríamos referirnos como: la abstracción Táchirense.

 

Osvaldo Barreto

Grupo de investigación Bordes

San Cristóbal, enero 2017

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