El teatro de Alfredo Aparicio (Reportaje)

Artes Escénicas

Por Martín Pérez Un pastorcito de los que presenciaron el nacimiento del niño Jesús, ese fue el primer personaje que hizo Alfredo Aparicio, quien actualmente se desempeña como director teatral, al frente de la agrupación Estudio 7, que hace vida artística en San Cristóbal, Edo. Táchira.En el año 1970, específicamente el 23 de mayo, nace en Táriba Alfredo Aparicio. Sus primeros pasos teatrales los dio desde la educación inicial, de allí en adelante, participó en diversas obras en el colegio hasta llegar a estudiar en el Centro de Capacitación Teatral, hoy Escuela Nacional de Teatro, el 15 de mayo de

Por Martín Pérez

Un pastorcito de los que presenciaron el nacimiento del niño Jesús, ese fue el primer personaje que hizo Alfredo Aparicio, quien actualmente se desempeña como director teatral, al frente de la agrupación Estudio 7, que hace vida artística en San Cristóbal, Edo. Táchira.En el año 1970, específicamente el 23 de mayo, nace en Táriba Alfredo Aparicio. Sus primeros pasos teatrales los dio desde la educación inicial, de allí en adelante, participó en diversas obras en el colegio hasta llegar a estudiar en el Centro de Capacitación Teatral, hoy Escuela Nacional de Teatro, el 15 de mayo de 1986. Sus maestros fueron Jairo Óscar Gil, Ciro Medina, Ciro Villamizar, Oracio Rosales, Orlando Uribe y Marilú Ruíz. Posteriormente pasó a formar parte del Teatro de la UNET, dirigido por el maestro Rafael Daboín y fue su asistente de dirección por muchos años. Luego, empezó a estudiar Derecho en la Universidad Católica del Táchira, en donde fue uno de los fundadores del Teatro UCAT. Sin embargo, no terminó esta carrera, pues su afición por el teatro lo llevó a querer ser un profesional en la materia. Por ello, se fue a estudiar en el Instituto Universitario de Teatro (IUDET) en Caracas, allí obtuvo el título de licenciado en Teatro mención gerencia y producción teatral. También integró el Teatro Nacional Juvenil de Venezuela, núcleo Táchira y Teatro Nacional Juvenil Miranda. Mientras estuvo en Caracas, participó en varias producciones televisivas y piezas de teatro, además se codeó con diferentes personalidades de la actuación venezolana como Nicolás Curiel y Javier Vidal.
Alfredo Aparicio
Alfredo Aparicio
  En sus propias palabras Los aspectos más importantes en la personalidad y forma de vida de Alfredo Aparicio son destacados por él mismo de la siguiente forma: “Yo vivo muchas veces y he sido criticado por eso, como a través del sentir, mas no del pensar, a veces no pienso mucho lo que voy hacer y me equivoco y digo: bueno me equivoque pero lo viví; sigo siendo todavía muy niño, si no tengo ganas de pararme no me paro, si tengo ganas de comer voy y como mucho, a veces puedo ser muy básico”. “Tengo un temperamento colérico, no me aguanto muchas cosas y lo digo a quien sea, he sido demasiado sincero y eso me ha traído muchos problemas”. “Busco vivir al máximo cada día, expreso mi cariño sin pena, hago todo al máximo, si me molesto lo hago al máximo, si me río, también al máximo”. Enseñar teatro En los últimos años, Aparicio se ha desempeñado como profesor de teatro, estando encargado de la realización de un sin número de talleres en su agrupación, Estudio 7. Siendo un docente que ha tenido muchos de los grandes maestros de Teatro en Venezuela y el Táchira, explica las dificultades que implica enseñar teatro, pues asegura que “hay gente que tiene el talento pero no la disciplina y viceversa”. “Cuando abrimos un taller a la gente le gusta más que diga, taller de actuación para televisión, entonces se llena el taller, pero cuando dice taller para teatro vienen muy pocos, y es mucho mejor hacerlo para teatro porque la televisión es más sencilla y cualquiera puede ser buen actor, en el teatro no cualquiera puede ser buen actor, requiere mucha disciplina”. En cuanto al interés por sus alumnos, Aparicio expresa que hay una apatía, se ha perdido mucha fuerza en las interpretaciones por falta de sensibilidad. Como docente de teatro, manifiesta que le ha tocado buscar nuevos métodos porque el teatro debe lograr que la persona vea el mundo de manera diferente, que perciba y que sienta la realidad humana. El orgullo tonto de Aparicio Alfredo Aparicio dirige una agrupación llamada Estudio 7, una institución que tiene nueve años funcionando ininterrumpidamente, en donde se brinda formación permanente en diferentes áreas. Los talleres de teatro tienen una duración de seis meses, además se han dictado talleres de voz y dicción, expresión corporal, modelaje y animación. Esta agrupación no recibe un subsidio de ningún ente gubernamental, debido a un “orgullo tonto”, que en palabras de Aparicio, se debe a que “las políticas culturales acá, están teñidas de un color político, y sería terrible vestirse de un color para poder hacer teatro, digo que es un orgullo tonto porque estoy sacrificando a las personas del grupo pero aquí la cultura se ha politizado, lo estoy pensando”. Sin embargo, reconoce que no tener un subsidio puede resultar positivo de varias maneras, por una parte, garantiza una libertad creativa en el sentido de poder montar la obra que quiera sin tener quien lo supervise, en cualquier época del año y sin nadie que le diga “esto no va con lo queremos”; además, los obliga a hacer trabajos de calidad porque “si yo no hago buen teatro no tengo público, la mayor desventaja consiste es que no puedo pagarle a mi equipo lo que quisiera”, afirma. Momentos que han marcado la carrera de Aparicio En más de 20 años de carrera artística, han sucedido innumerables hechos que han marcado su paso por el teatro; sin embargo, Aparicio se atreve a enumerar sólo algunos de los más importantes. En el año 1988, es nombrado secretario ejecutivo del taller Teatro Estable del Táchira, al año siguiente, la Dirección de Cultura crea los consejos consultivos y Aparicio es seleccionado para representar al Teatro Estable, allí se reunió con grandes maestros entre los que se encuentran Ciro Medina, Ciro Villamizar, Rafael Daboín. “Lo asumí muy bien, y les dije: hablen que yo voy copiando todo lo que ustedes dicen”, señala. En el año 1990, Aparicio tenía la responsabilidad de ser asistente de dirección del maestro Rafael Daboín -que estaba ausente en ese momento-, quedando este a cargo de la agrupación, por lo que tuvo que dirigir un montaje que era un trabajo de investigación sobre la frontera colombo-venezolana, para llevarlo al Festival de Teatro de Caracas. Aparicio recuerda que fue muy significativo cuando anunciaron a los ganadores y Táchira quedó en primer lugar.
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Alfredo Aparicio
La fundación del Teatro UCAT fue otro de los hechos que marcaron la carrera de Aparicio, esto se realizó conjuntamente con Aurora Vette y Ricardo vivas Terán en el año 1992. La obtención de la licenciatura en teatro, fue otro de los logros, porque representó para él una gratificación, pues le correspondió vivir lejos de la familia, que ha sido tan importante en su desarrollo como artista, pues siempre lo ha apoyado en sus proyectos. El coleccionista de almas preciosas fue la primera obra en la que Aparicio participó como guionista, director, actor y productor del montaje, transcurría el año 2000 y la obra fue presentada en el patio del Ateneo del Táchira. Mientras transcurría la obra, Aparicio logró mezclarse con el público y apreciar las buenas reacciones de los espectadores del trabajo que él había realizado. ¿Qué significa el teatro para Alfredo Aparicio? “Todo, es como esa otra vida, no actúo desde diciembre y dije: ya quiero actuar, es como una necesidad. Aunque yo sigo dirigiendo, en esencia, más que director yo soy actor, más que imponerles a mis actores una obra les doy 5 o 10 y que ellos escojan, no me gusta ser el director que impone. El teatro es mi forma de vida, el teatro es lo único que yo sé hacer, he trabajado con comida, con ventas, pero nada me satisface más que el teatro, y eso me permite también trascender.” El movimiento teatral actualmente Sobre el movimiento teatral en la actualidad, Aparicio considera que “hay un nuevo auge, un nuevo resurgir del teatro, porque hay asociaciones que agrupan a directores de teatro, es bueno que hayan festivales, es muy bueno que hayan cosas distintas”. Además asegura que nuevamente el Táchira tiene la oportunidad de ser lo que fue en el Teatro venezolano. También dice que la mayoría de los directores actuales, fueron alumnos de los que se encargaron de sembrar el teatro en el estado, por lo que tienen la responsabilidad y el compromiso histórico de dejar algo que propicie al desarrollo teatral de la región.
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