Seminario Bordes 2021

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Encuentro transdisciplinario en torno a las artes, comunicación y cultura

 

Ponencia: «El himno que (re)funda y delimita el cosmos (Hesíodo y Píndaro)»
(Por César Torres)

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En Teogonía, Hesíodo trenza el mundo sensible y religioso de su época, vemos sucederse genealogías, combates, monstruos y espacios liminares que ocultan tradiciones, mitos y el deseo de configurar lo que existe. El poema actúa como ritual y límite que (re)conoce su realidad, es el espacio liminar último, pues contiene el mundo y su tránsito al lenguaje. Asimismo, es la posibilidad de refundarlo, de hacerlo exaltable bajo los conceptos de bien, virtud y valor inherentes a su sociedad.

Pero para llegar a ser realizado en la palabra, este κόσμος (orden) antiguo requiere de entes que expandan el mundo percibido. El poema inicia con un encomio que toma lugar fuera, en las cumbres del helicón, opuesto a lo mortal e inmediato, a lo sensible. El proemio toma lugar junto a las musas, como encarecimiento a ellas que enseñan el bello cantar e hilvanan el devenir del himno que conlleva como correlato el del cosmos. Brindan las causas, lejanas de la esfera mortal (pero no moral), recrean el orden del mundo con su canto, las musas como entes develan un pulso humanizador que contempla y compone, continuamente, como apunta Nietzsche, el poema de la vida inventado por los hombres.

El principio, origen o génesis (en este punto de la historia) parte de un pensamiento y una lengua míticos. Lo humano lo toma la fantasía que arregla y ordena su mundo, su lengua actúa en este sentido prefigurando la experiencia, las razones, llenando los espacios en blanco, las figuras y la totalidad de lo que se encuentra. La oposición entre filósofo y poeta no existía para este momento. Ocurrirá luego un tránsito que opone y separa la lengua del mito, un tránsito que se percibe como del mundo al idioma y no de la ficción a la lengua.

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Reseña: Óscar Pérez