El Butoh vincular del Maestro Juan Carlos Linares

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Más que una danza, el Butoh parece ser una actitud hacia la complementariedad. Al menos así lo manifiesta Juan Carlos Linares, uno de los ponentes más exuberantes que hizo vida en el VII Seminario Bordes: Muerte y espiritualidad. Además de un performance con el impacto suficiente para que se manifestara un foro de intercambios y curiosidades entre el público espectador, realizó un taller dedicado a la danza Butoh que se desenvolvió los últimos dos días del seminario. Viste en crudo adornado en dos cilindros como senos desde los que cuelgan dos juegos de cintas con colores complementarios. “Nuestro lado oscuro

Más que una danza, el Butoh parece ser una actitud hacia la complementariedad. Al menos así lo manifiesta Juan Carlos Linares, uno de los ponentes más exuberantes que hizo vida en el VII Seminario Bordes: Muerte y espiritualidad. Además de un performance con el impacto suficiente para que se manifestara un foro de intercambios y curiosidades entre el público espectador, realizó un taller dedicado a la danza Butoh que se desenvolvió los últimos dos días del seminario.

img_9998-1Viste en crudo adornado en dos cilindros como senos desde los que cuelgan dos juegos de cintas con colores complementarios. “Nuestro lado oscuro hay que mostrarlo y enfrentarlo; debe estar allí siempre con nosotros”, dice en una entrevista posterior. Su escaso atuendo desaparece a la vista ante su histrioneidad. Poco a poco se va aproximando hacia la audiencia mientras sujeta sus caderas ante una evidente e invisible preñez que le recuerda al embarazo de la nonagenaria Sara, esposa de Abraham.

Linares comenta que este relato bíblico de Dios concediéndole la capacidad de concebir a una anciana le demostró que nada jamás está perdido y solo nos queda perseverar. “Me encontré con esta historia en un momento en el que sentía que no progresaba, que no estaba haciendo nada con mi vida, así que decidí complementarlo con el Butoh”.

Cuenta que su forma de desplegar su potencial creativo se basa en buscar complementar formas artísticas diferentes a la danza, como la música y las historias que se esconden detrás de ella.

El impacto del Butoh

Ya iniciado en la danza a principios de la década de los 80s, Linares asiste en Caracas al Festival Internacional de Teatro en donde incursionaron dos compañías de danza Butoh extranjeras. “Yo hacía danza contemporánea pero cuando vi el Butoh conecté de inmediato y me dije, Yo quiero hacer eso, me quiero dedicar a esto”, comenta.

Comienza sus estudios de danza en Venezuela, donde exploró diferentes facetas que le permitieron llegar a distintas partes del mundo para adquirir todo el conocimiento que ahora transmite como profesor de danza, bailarín, coreógrafo e instructor de yoga. En 1993 consigue la oportunidad de salir a estudiar danza Butoh en Norteamérica con maestros de todas las partes del mundo, donde dura cinco años expandiéndose en estas artes, además de conseguir una especialización como instructor de Yoga.

Desde entonces se ha dedicado a consagrarse como una de las referencias obligatorias de la danza Butoh en Venezuela.

Incursión en Bordes

Además de su participación artística, Linares asistió con gran interés a varias de las conferencias que se llevaron a cabo durante el Seminario. “Me pareció bastante interesante la temática del Seminario. Las ponencias a la que asistí fueron todas esotéricas y resonaron totalmente con todo lo que ha tratado ser mi carrera artística: una búsqueda del desarrollo espiritual”.

Recuerda que aprendió que la danza era un camino al desarrollo espiritual de su primera maestra quien hacía mayor énfasis en la utilidad personal de la danza como instrumento para el crecimiento de nuestro ser interior, de buscar una representación, una historia, para descubrirse a través de ella.

img_0007-1La sanación del Butoh

Rumbo a los 40 años de vida artística, Linares habla de su misión en el Butoh aludiendo a la transformación y sanación de las experiencias. Sabe que es delicado trabajar estos temas y cuida la manera en que crea y presenta sus bailes. Está convencido que el artista debe ser sumamente consciente de su responsabilidad en los mensajes que transmite, pues al momento de un performance existe una “liberación de energía hacia el público que debemos balancear y complementar y compensar para no comprometer el espectáculo pues no se tiene ese derecho”.

El Butoh le ha enseñado a aceptar lo que ya existe pero al mismo tiempo valorar su transformación pues para él muy rara vez la inspiración de un baile está aislada en lo interno. “Para mí el Butoh se trata de transformar cosas que ya existen pero que están incompletas”. (Anfer Chavez Contreras)

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