De La Linterna Mágica a la Sala de Arte y Cine Freya Rodríguez

6to Encuentro para cinéfagos, Cine, Publicación

Julio 2016.- (Por David Nieto) Es la mañana lluviosa del jueves 30 de junio, el ambiente en la capitalina ciudad de San Cristóbal se torna muy frío y gris, los días que han antecedido a este jueves, han estado cargado de mucho estrés y ajetreo para todo el equipo de la Fundación Cultural Bordes. El motivo principal,  terminar la sala antes de las once de la mañana, cuando se tiene prevista su inauguración. Para ser el día de la apertura, hasta el más optimista pensaría que el objetivo es imposible de lograr, para esa hora lo primero que llama la atención

Julio 2016.- (Por David Nieto) Es la mañana lluviosa del jueves 30 de junio, el ambiente en la capitalina ciudad de San Cristóbal se torna muy frío y gris, los días que han antecedido a este jueves, han estado cargado de mucho estrés y ajetreo para todo el equipo de la Fundación Cultural Bordes. El motivo principal,  terminar la sala antes de las once de la mañana, cuando se tiene prevista su inauguración.

Para ser el día de la apertura, hasta el más optimista pensaría que el objetivo es imposible de lograr, para esa hora lo primero que llama la atención al entrar, son unas ventanas que esta pintadas, bueno, a medio pintar, unas son color verde oliva y otras blancas, por el piso cuanta herramienta imaginable: taladros, brochas, destornilladores, rodillos, potes de pintura, tablas de madera y  unos  cuantos artículos de oficina.

Son las 8 y 20 de esa mañana cuando llego al edificio administrativo de la ULA-Táchira, lugar donde estará ubicado este pequeño espacio para los amantes del cine. Por la importancia del asunto, y por todo lo que faltaba por hacer, pensé que iba tarde, para mi sorpresa, solo una chica de cabello rizado, se paseaba confusa entre tanto desorden con una escoba en la mano, su expresión sugería algo así como ¿por dónde empiezo?, la acompañaba otra mujer que sorbía expectante, un aromático café negro.

Saludé, me cambié rápidamente la ropa “formal” que llevaba para la inauguración, me  puse otra para pintar, y me dirigí a culminar el trabajo de las ventanas, apareció otra compañera, los esfuerzos aunados fueron dando sus frutos, ya cuatro formábamos el equipo,  todos estábamos encaminados. La biblioteca de la sala era la nueva protagonista, suspendida en el aire por  cuerdas, tornillos y apoyada sobre unos tacos de madera, hacía de soporte para los aproximadamente 120 libros sobre cine, que donó el profesor Ramón González  Escorihuela, de la colección de su amada Freya Rodríguez.

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Cerca de las 10 diez de la mañana aparecieron dos compañeros más que faltaban, llegaron con las partes finales de la biblioteca, la terminaron de armar, y empezaron a colocar los libros.

Entre tantos apuros y vaivenes, apareció el profesor Ramón, llevaba una camisa blanca y una chaqueta de tela marrón, en el  brazo izquierdo un maletín que a donde se moviera lo llevaba con él y en la derecha tres libros más, dijo: “Estos libros forman parte de una misma edición, son muy antiguos, es para que lo sumen a librería, que por cierto muy linda quedó”. Todos volteamos y le dimos los buenos días.

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Escorihuela es muy querido y recordado por todas las personas que han hecho vida universitaria en la ULA-Táchira, además de ser un excelente profesional con un currículo sobresaliente e intachable, es fundador de la Escuela de Comunicación Social de esta casa de estudios, esposo de la grandiosa profesora y amante del cine Freya Rodríguez, junto con quien fundó el primer cine club de la universidad «La Linterna Mágica». Es por ello parte de todo este homenaje dedicado a su memoria, su trabajo y su legado.

Termino con la ventana, faltan aproximadamente cuarenta minutos para el protocolo inaugural, le pido al profesor unos minutos para una entrevista y gustosamente acepta, se pone de pie, toma su maletín y lo invito a la sala para conversar.

Culminada la entrevista, ya se vislumbra la inauguración, todo está en su lugar, empiezan a llegar los invitados, en su mayoría son ex compañeros de trabajo de la universidad, alumnos, gente de los medios y uno que otro amante del arte y del cine. Es una reunión pequeña, como la sala, pero muy acogedora.

Fania Castillo y Otto Rosales de parte del equipo de Bordes dieron las primeras palabras, destacando el esfuerzo por culminar efectivamente este proyecto, y aprovecharon además la situación para bautizar lo que sería, el primer folleto de Freya llamado: El Amor en primer Plano, extraído de la memoria del primer capítulo de su memoria de grado, como estudiante de Comunicación Social.

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Luego el orador principal, Ramón, agradece no solo en nombre de él, sino también en nombre de su hijo Víctor, hijo de Freya y él. Se le nota muy emocionado, resalta la labor de su querida compañera, dice a los invitados que esto es tan solo el comienzo, la base de algo que irá creciendo durante todo el mes de julio, cuando se complete la donación de libros. Da la gracias a Osvaldo Barreto por el diseño y la edición del libro.

Para culminar,  el profesor  se despide diciendo: «Espero ver que la Sala de Arte y Cine Freya Rodríguez, sea aprovechada por los más jóvenes, que cada vez que pase por allí encuentre tres o cuatro muchachos debatiendo, leyendo los libros o viendo películas». Al final con mucha humildad agacha su cabeza, sosteniendo entre sus manos el libro de Freya y sus lentes, y dice: Muchas gracias.

Y así queda habilitada esta sala para todo aquel que le apasione el cine, está ubicada en el tercer piso del edificio administrativo de la ULA- Táchira, y estará abierta al público de lunes a viernes en horario de oficina.

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