Crónica de un día de cine: CAP 2 intentos

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A pocos nos gusta esperar. Como esperar no es mi fuerte, el viernes 09 de diciembre decidí entrar a mirar la cartelera de cine de mi ciudad, más con el interés de ver cuál era el panorama de precios que de animarme a ver una película, siempre teniendo en cuenta que era quizás la mejor manera de “quemar tiempo”. Las opciones eran muchas, pero interesantes solo tres: Animales fantásticos y dónde encontrarlos (del mundo de Harry Potter), Sully, que trata sobre el aterrizaje de avión en el río Hudson en 2009, y un documental venezolano sobre los dos intentos del

A pocos nos gusta esperar. Como esperar no es mi fuerte, el viernes 09 de diciembre decidí entrar a mirar la cartelera de cine de mi ciudad, más con el interés de ver cuál era el panorama de precios que de animarme a ver una película, siempre teniendo en cuenta que era quizás la mejor manera de “quemar tiempo”. Las opciones eran muchas, pero interesantes solo tres: Animales fantásticos y dónde encontrarlos (del mundo de Harry Potter), Sully, que trata sobre el aterrizaje de avión en el río Hudson en 2009, y un documental venezolano sobre los dos intentos del fallecido Carlos Andrés Pérez para hacer de Venezuela un país próspero en medio del cono latinoamericano.

Luego de descubrir que aún puedo “sacar jugo” de mi carné como estudiante de pregrado de la Universidad de Los Andes, pues al presentarlo se obtiene una disminución en el valor de la entrada, hice fila mientras aún no me decidía entre el mundo de ficción de un estudiante de la escuela de Hogwarts o regresar a la Venezuela en la que fueron niños y adolescentes mis padres, específicamente en la década de los años 70.

Si esperar no es mi fuerte, hacer fila tampoco lo es. La decisión de ver el documental venezolano fue impulsada por unos molestos adolescentes bulliciosos que hacían fila detrás de mí. Los comentarios tontos eran constantes y los empujones infantiles parecían ser parte de una rutina social entre los jóvenes cuando comparten momentos de ocio. Ellos se declinarían por un mundo de ficción y yo decidiría conocer más sobre la historia política de Venezuela al comprar la entrada para ver el documental CAP 2 intentos.

Este plausible trabajo es dirigido por Carlos Oteyza (Caracas, 1951), director venezolano que tiene en su haber Tiempos de dictadura, tiempos de Marcos Pérez Jiménez (2012), Isaías Medina Angarita, Soldado de la libertad (1992), Rómulo Gallegos, horizonte y caminos (2000), en donde expone la vida pública de personajes destacados de la realidad política venezolana. De otra temática han sido Mayami nuestro (1981), Roraima (1992), Venezuela al bate, orígenes de nuestro beisbol (2000), entre otras producciones, que demuestran el interés del caraqueño, con estudios de cine en París, por retratar la identidad venezolana, ya sea a través de su política, sus paisajes o su deporte por excelencia.

carlos-andres-perezEn CAP 2 intentos, Carlos Oteyza da en el blanco en un aspecto esencial: mostrar que Venezuela ha sido, hasta ahora, un país que ha sufrido tantos cambios como dirigentes políticos ha tenido; que a pesar de las promesas de cada uno de esos dirigentes, el país sigue atado a una rienda que a veces parece ineludible: depender del petróleo sin hallar alternativas para la adquisición de divisas.

Este documental ronda los 120 minutos en los que la atención del espectador se mantiene en vilo, máxime cuando nuestra realidad en el siglo XXI parece tan distante de la presentada en las imágenes y testimonios del filme, que a la luz de hoy parece casi ficcional; quizás no fue tan distinto haber escogido entrar a la sala 3 y no a la 6 o 7 en donde los espectadores seguían atrapados ante el movimiento de la varita de un estudiante de magia. Valga decir un hecho insólito: este servidor era el único asistente a la sala número 3, en donde se proyectaba el documental sobre los gobiernos de Andrés Pérez, por lo que me sentí como en casa, y como el único usuario del cine de mi ciudad (al menos en ese momento) preocupado por establecer un contraste entre la Venezuela de la que hablan mis padres y la Venezuela en la que vivo.

Pero entrando en materia de contenido, puede decirse que el documental se estructura de dos partes. Por un lado se presenta una visión testimonial y audiovisual del primer mandato de Carlos Andrés Pérez, de 1974 a 1979; y por el otro el segundo periodo presidencial de 1989 a 1993. Lo interesante es que ambas partes funcionan como una especie de tándem inseparable, pues los testimonios de quienes dan cuerpo al filme siempre ronda las opiniones políticas sobre la figura del para entonces presidente de la República, un hombre que solo buscó poner en práctica aquello que diría Uslar Pietri sobre sembrar el petróleo.

El peso de los testimonios es ineludible. El formato de documental puede ser tan dinámico que en este caso aparecen en escena personajes de la vida política venezolana de ahora y de la Venezuela de entonces. En este punto se puede mencionar a Eduardo Fernández, conocido en su auge político como “El Tigre”, el expresidente de España Felipe González Márquez, el que fuera ministro de Fomento del segundo gobierno de Andrés Pérez, Miguel Rodríguez; también a quien fuera presidente de Costa Rica y Premio Nobel de la Paz, Óscar Arias, entre otros miembros del antiguo gabinete presidencial venezolano que hacen las veces de voces protagonistas de la realidad política de la Venezuela bajo el mando del presidente oriundo de Rubio, estado Táchira.

En la primera parte del documental, se presenta una Venezuela próspera, que parece querer reivindicar su camino económico y desea dejar de depender del petróleo como motor principal de la economía. Los discursos del presidente eran marcados por una frase que los venezolanos habrían de recordar por siempre, y que forman un corpus constante en las declaraciones del documental: “manos a la obra”. Este periodo se caracterizó por la creación de la central petrolera PDVSA, además de la nacionalización del hierro, que estaba en manos de multinacionales norteamericanas, lo que, en opinión del mandatario nacional, sería un hecho de impulso a la economía venezolana, reflejado entonces con el auge de producción de la Siderúrgica del Orinoco “Alfredo Maneiro”, mejor conocida como Sidor.

cap2intentosLo cierto del caso es que la Venezuela de este periodo se caracterizó por ser una de las mejores en cuanto a situación económica se refiere. De esta época es el famoso dicho venezolano “está barato, dame dos”, que se comenta a fondo a través de los políticos entrevistados. Hasta ahora, Venezuela no conocería una época de mayor progreso económico, debido al aumento exorbitante de los precios del barril de petróleo, en el primer semestre del mandato presidencial del dirigente del partido Acción Democrática.

Sin embargo, como la Constitución nacional impedía la reelección para la década de los años 70, además de disputas políticas dentro del partido, esta fila política perdería la Presidencia de la República en las elecciones de 1978. Quien resultaría victorioso para ese entonces sería el político Luis Herrera Campings, de las filas del Partido Socialcristiano Copei. Este partido tendría que esperar solo cinco años para recuperar de nuevo las riendas del país, en 1983, esta vez de la mano de Jaime Lusinchi.

Pero en 1988 Carlos Andrés Pérez sería elegido nuevamente como primer mandatario nacional, con casi el 53 por ciento de los votos totales del sufragio. En este periodo, el tachirense seguiría el camino de su gobierno anterior: hacer de Venezuela un país próspero, con una bonanza que le permitiera levantar cabeza, luego de los diez años de ausencia política de Carlos Andrés Pérez en Venezuela. Lamentablemente para él y para el pueblo, los planes no darían resultado y una severa crisis afectaría la economía venezolana, causando descontento en la población, cuya expresión máxima se llevó a cabo con el conocido estallido social mejor conocido como “El Caracazo”, en febrero de 1989.

Contar la historia es repetir palabras. Lo importante del caso es que el documental muestra un contraste entre dos gobiernos muy distintos dirigidos por una misma figura política, que tuvo un descanso de diez años para afrontar de nuevo la dirección del país, con resultados lamentables. No culminaría el presidente este periodo por un escándalo de corrupción que le acusaba del desvío de 200 millones de bolívares; ante lo cual se muestran en el filme las declaraciones que ofreciera ante su renuncia pública: “hubiese preferido otra muerte”.

Al salir de la sala, me da por pensar que el director es suspicaz al dar a la luz un documental político en una Venezuela muy distinta al rico país que construyera Carlos Andrés Pérez. Aquellos jóvenes que decidieron el mundo de ficción de la escuela de magia y hechicería deberían acercarse a una producción nacional que permite, a quienes no conocimos ese país de nuestros padres, acercarse a una realidad casi paralela, al menos para quienes no han olvidado la Venezuela de su juventud. CAP 2 intentos rescata la historia venezolana en un formato más atrayente para los más jóvenes, pues creemos que la historia vive más en los libros que en los cines de nuestras ciudades. El mensaje es claro: el documental empieza y termina con el presidente en traje de corbata hablando por teléfono: “aló, aló; parece que se ha cortado la llamada”. (Jhonn Benítez Colmenares)

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