Venezuela Visionaria. Tierra de gracia ayer y mañana

Artes Visuales, Publicación

Exposición internacional de arte contemporáneo y visionario,  19 de septiembre 2020 A modo de referencia, podemos decir que la primera obra de Arte visionario nace en la última década del 1400. Fue el pintor holandés Hieronimos Bosh, El Bosco, de la Escuela flaminga, quien justo en el periodo en  el cual Cristóbal Colón realizaba sus viajes a las Indias occidentales,  pinta «La nave de los locos», cuadro que hoy se puede admirar en el Museo del Louvre de París.  En Génova, en los siglos XVII y XVIII la empresa de Colón fue representada por tres importantes pintores del Barroco italiano,

Exposición internacional de arte contemporáneo y visionario,  19 de septiembre 2020

A modo de referencia, podemos decir que la primera obra de Arte visionario nace en la última década del 1400. Fue el pintor holandés Hieronimos Bosh, El Bosco, de la Escuela flaminga, quien justo en el periodo en  el cual Cristóbal Colón realizaba sus viajes a las Indias occidentales,  pinta «La nave de los locos», cuadro que hoy se puede admirar en el Museo del Louvre de París. 

El Bosco, «La nave de los locos». Óleo sobre tabla (1503-1504)

En Génova, en los siglos XVII y XVIII la empresa de Colón fue representada por tres importantes pintores del Barroco italiano, frescos que se pueden  admirar hoy en tres importantes palacios «Rolli» de la ciudad.

Las representaciones de Cristóbal Colón en los Palacios «Rolli»de Génova

Por Pietro Toso

Traducido por Mayela Barragán Z., referente Lamanzanadevidrio, Venezuela

La figura de Cristóbal Colón – desde siempre- está ligada a Génova, a raíz de sus orígenes. Las empresas  del navegante se convierten con el curso del tiempo en un orgullo para la ciudad, y son un tema retórico en las celebraciones de las Glorias Patrias: Colón es un verdadero, y propio, modelo para exaltar en las letras y las artes; y de eso también son conscientes  los ricos propietarios de tres Palacios «Rolli»(1) de la ciudad, que deciden valorizar los lugares encontrados por Colón, engalanando las bóvedas de los techos de sus mansiones con pinturas al fresco que cuentan la empresa colombiana.

En los salones principales de estas tres mansiones, la decoración más importante que hace referencia a la figura de Cristóbal Colón es la de Palacio Chiavari Belimbau(2), ubicado en Plaza Nunziata; en la cual Lázaro Tavarone (Génova 1556 – 1640) a inicios del Siglo XVII, pinta la escena del recibimiento del almirante, ante la corte de Isabel de Castilla y Fernando de Aragón, después de su primer viaje al Nuevo mundo. El cuadro central – lamentablemente – arruinado en parte, muestra los honores que le dirige Fernando a Colón, mientras en las lunas laterales están presentes figuras históricas relacionadas con el evento, entre las cuales destacan sus hermanos: Diego y Bartolomeo, pero sobre todo los caciques taínos, de Quisqueya -sucesivamente Haití y República Dominicana-, Guanagarí y Caonabo con su consorte, Anacaona. 

En estas figuras emerge el interés de L. Tavarone por una cultura completamente diferente a la europea, y allí, el artista se detiene en las ricas decoraciones de los atavíos de los indígenas poniendo en evidencia particulares descripciones que derivan de su curiosidad hacia unos sujetos tan insólitos. 

La elección de hacer este fresco sobre la vida de Cristóbal Colón, asume un significado alegórico de exaltación de los que han ordenado la construcción de la obra: la familia De Ferrari, propietarios del palacio en 1615, fecha de ejecución de esta pintura al fresco; y lo muestra, como un personaje de grandes cualidades físicas y morales, regido por la voluntad de Dios y en grado de superar lo desconocido.

Otras decoraciones importantes se encuentran en Palacio Nicolosio Lomellino, ubicado en Vía Garibaldi (Strada Nuova), en las cuales Bernardo Strozzi (Campo Ligure 1581 – Venecia 1644)  pinta  la «Alegoría de la Evangelización del Nuevo mundo». En este caso, el navegador es presentado como el hombre que -por primera vez- da a conocer la verdadera fe en las Américas, portando consigo el mensaje de gracia del cristianismo, ejemplificado por los cuatro evangelistas. A los lados del cuadro principal, se encuentran algunas escenas estereotipadas relacionadas con la vida de los indígenas, alternando escenas que cuentan vida pacifica en común con escenas que describen aspectos cruentos de la cultura de las poblaciones americanas, como es evidente en las representaciones de un episodio de canibalismo de una comunidad Caribe. 

Y, la tercera representación, se haya en la Capilla del Dux (Dogo) de Palacio Ducal ubicado en Plaza Raffaele de Ferrari y es, quizás, todavía aún más significativa dado que en 1655 Giovanni Battista Carlone pinta a Colón plantando una cruz  en el suelo en el momento en el cual llega a las Indias occidentales, a San Salvador: como símbolo de evangelización y de fe cristiana; esta imagen de la Capilla se encuentra junto a la magnífica representación de la Virgen «Reina de Génova» y es acompañada por la figura de Guillermo Embriaco (Génova 1040 – 1102), conquistador de Jerusalén, mientras lleva las cenizas de San Juan Bautista al Obispo de Génova -al finalizar la primera cruzada-, con a los lados los primeros evangelizadores de Liguria: San Nazario, San Celso y San Bernabé. En estas decoraciones, Colón viene exaltado por G. B. Carlone, pues es asimilado a la figura de Guillermo Embriaco, sin duda, una de las figuras más importantes de la historia de Génova. Así el explorador se convierte en un distinguido símbolo de la ciudad, y como tal tiene un lugar de honor en el interior de la capilla de Palacio Ducal, uno de los edificios más importantes de la República (Respublica Genuensis 1005 – 1797).

En los tres frescos se pueden observar los diferentes estilos de tres grandes exponentes de la pintura genovés que trabajaron entre los siglos XVI y XVII, pues Lázaro Tavarone es uno de los máximos exponentes del Manierismo ligur que se caracteriza por una pintura simple a través de una línea armónica que crea volumen preciso y definido.

Mientras Bernardo Strozzi, que es un gran pintor de tela, considerado uno de los mayores exponentes de la pintura barroca italiana, transfiere a las paredes su habilidad para hacer reales las figuras; y por último, Giovanni Battista Carlone, también un máximo exponente de la Escuela Barroca genovesa, pone en evidencia la utilización de la luz para caracterizar los paisajes en un gran elogio al color. Mas en las decoraciones de estos tres artistas, lo que predomina es la importancia de Cristóbal Colón para la historia y la cultura de Génova. Su figura viene presentada en el centro, siempre hermosa, frente al resto de los personajes, poniendo así en evidencia la potencia de un hombre que marcó la historia mundial para abrir el paso a la historia moderna.

Bibliografía:

Parma E.: La pittura in Liguria, il Cinquecento. Grupo Carige – Cassa di risparmio di Genova e Imperia, Génova, 1999.

Poleggi E.: L’invenzione dei Rolli, Genova città di palazzi. Skira, Milán, 2004.

Giacomo Montanari: La cappella del Doge. Finestre sull’arte, Milán, 2019.

(1) Serie de palacios de época de la República de Génova (Réspublica Genuensis 1005 – 1797) que formaban parte del sistema de alojamientos públicos de la ciudad.

(2)En el Diario de Viajes por Italia, Francisco de Miranda narra su estadía en Génova y describe la visita al fresco de Lázaro Tavarone. F. Miranda era un gran admirador de Cristóbal Colón;  y se dice, que para diseñar la primera bandera de la Gran Colombia, Miranda se habría inspirado en la bandera que Colón iza en el fresco de L. Tavarone.

Pietro Toso. IG: @tesoriliguri

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