Venezuela Desde Allá en Venecia, tres tiempos

Publicación

Asumí ese domingo como otro usual abstraído en lecturas hasta rendirme al sueño cuando una invitación a ver en sala de cine en el centro comercial más grande de la ciudad una de las películas en cartelera cambia mis planes, desde el principio estaba decidido entrar a Desde Allá (2015) de Lorenzo Vigas cual cinéfagos prestos a ampliar nuestra cultura audiovisual atentos de modo crítico a los proyectos locales y nacionales. La concurrida sala de espera del multisalas cumple su propósito en un espacio cerrado con ventilación e iluminación artificial, en su asepsia y orden es una opción aceptable en

Asumí ese domingo como otro usual abstraído en lecturas hasta rendirme al sueño cuando una invitación a ver en sala de cine en el centro comercial más grande de la ciudad una de las películas en cartelera cambia mis planes, desde el principio estaba decidido entrar a Desde Allá (2015) de Lorenzo Vigas cual cinéfagos prestos a ampliar nuestra cultura audiovisual atentos de modo crítico a los proyectos locales y nacionales.

La concurrida sala de espera del multisalas cumple su propósito en un espacio cerrado con ventilación e iluminación artificial, en su asepsia y orden es una opción aceptable en momentos donde los lugares públicos para el esparcimiento obliguen a activas escrúpulos que menguan su función de encuentro para los ciudadanos, ante una cartelera limitada con títulos sobre acción, comedias y animados familiares la gente en taquilla compra su boleto que para nosotros es sobre este extraño drama.

Imagen Mostra 2016
Imagen Mostra 2016

Lorenzo Vigas internacionaliza su nombre su ópera prima en coproducción con México al contar con una exhibición favorable acogida en los circuitos más notables de festivales de cine que tuvo su momento más álgido cuando recibe el león de oro ante el pleno de cineastas contemporáneos, industria y prensa especializada concentrada en Venecia, es la tercer ocasión hasta donde se que la palabra Venezuela resuena con su zumbido intermedio al pronunciarlo en la ciudad con la cual tiene lazos nominales.

El cine venezolano es un intermitente trayectoria cuenta con el respaldo de estas tribunas para destacarse y en diferentes épocas lo logra, lo curioso con Venecia porque decir extraordinario puede ser exagerado, son las anécdotas tanto o más llamativas que la proyección con sello nacional en esta alfombra de la ciudad de los canales dispuesta generalmente entre finales del mes de agosto e inicios de septiembre, son datos que otros conocer mejor con el propósito de plantear las coincidencias.

sangradorCuando la directiva de La Mostra llama por tercera ocasión a la casa de Leonardo Henríquez en un rincón de los andes venezolanos lo hacen para demostrar que Sangrador (2001) fue seleccionada y no se trata de ninguna broma orquestada por alguno de sus amigos, sorpresiva atención para una película que vio mermada su taquilla al estrenarse en pleno paro petrolero donde el país se paralizó en kilométricas colar y donde aún sigue.

Sangrador es una adaptación libérrima del drama shakesperiano Mcbeth como indican los créditos pero en los paisajes de montaña y calzando los sangrientos juego de poder en un caudillo que no representa a ninguno en particular pero a la vez a todos, los de antes y los de ahora, en una estética clásica con planos medios y largos convencionales en blanco y negro, una obra anacrónica pertinente en el cine de autor de un país abocado a revivir sus fantasmas puede ser atractivo para una programación internacional políticamente correcta.

Las salas venecianas concurridas pueden considerar un aliciente ante la ausencia de laureles que recayeron en El Circulo (2000) del iraní Jafar Panahi, pero incluso la directiva de este festival se presentó puntual a este preestreno apenas recordado por especialistas en la materia, cineastas y fervorosos cinéfilos y es una parada del recorrido global que logra al margen de un país desgarrado por sus coyunturas. Sangrador es considerada como una de las mejores cien adaptaciones para cine de las obras del dramaturgo inglés y arrastra entre los entendidos la maldición que fue objeto varias de las películas inspiradas por él.

oliver-stone-y-hugo-chavez
Oliver Stone y Hugo Chavez en Venecia

El tinte político se debe principalmente al siguiente episodio que coloca a Hugo Chavez Frías como protagonista del documental de Oliver Stone Al sur de la frontera (2009) para familiarizas a los angloparlantes con los liderazgos populistas latinoamericanos, es el más distante para mí pero el más mediático cuando apenas evoco las fotografías de sociales europeas y cables de agencias globales de noticias donde retratados de etiqueta se mimetizan y compiten en visibilidad con elegantes figuras del cine mundial allí reunidas.

Otras imágenes mediáticas con el eslabon entre aquella noche de cine y rememorar el momento más reciente y llamativo por el premio recibido en Venecia, Vigas de un notable cortometrajista nacional logra el premio principal de un certamen que lo posiciona entre los realizadores más cotizados en los circuitos globalizados de las cinematografías aun limitadas para medios pequeños como el existente en Venezuela, las circunstancias del país dilataron los tiempos entre un momento y otro.

Desde Allá es un ejemplo de cómo las cinematografías medianas y pequeñas a través de la cooperación sobre un mismo proyecto en técnica y financiamiento pero también con fotógrafos, músicos, actores y actrices de varias nacionalidades logran obras con abordajes y posibilidad de comprensión internacional cuidando las características narrativas y audiovisuales que hacen posible, es una opción natural y culturalmente posible en el orbe en principio por el idioma.

Lorenzo Vigas con el Leon de Oro
Lorenzo Vigas con el Leon de Oro

Caracas es escenario de un encuentro entre dos hombres más allá de lo furtivo, un entorno hostil a la convivencia y a la vez saturado de gente atomizada en sus conflictos comunes permite que coincidan Armando (Alfredo Castro) y Elder (Luis Silva) y generen una atracción primero erótica que revela su verdadero propósito sólo para quienes presten atención total a la cabos que serán atados. Es una película argumentalmente exigente para los espectadores, mucho más si el condicionamiento perceptual es básicamente televisual.

Aprovecha comedidamente la pornomiseria latinoamericana con episodios redituables en los circuitos de cine europeos porque la estampa de la ciudad bulliciosa de espacios derruidos por la desidia con una degradación en el entorno que desagrada reflejan las emociones que transitan en los protagonistas y el resto de personajes, por eso llama la atención que el erotismo se consuma como parte de una seducción disuasiva para influir sobre el otro en sus actos y en su identidad, ¿no ocurre así finalmente en cada relación?. Película para nada dominguera pese a ser vita un domingo.

Share this

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *