Una mirada al IX Encuentro para Cinéfagos 2019

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       En esta 9na Edición se inscribieron 148 cortometrajes de distintas partes del mundo y fueron seleccionados 57. Hablamos de países tan lejanos para nosotros como Kurdistán, Egipto, Irán, Turquía, El Congo, El Líbano, Japón, Croacia, Rusia, Ucrania, Hungría o Australia. Por primera vez el Encuentro que se autodenomina “Festival de Cinearte en la Frontera”, logra sumar tantas y tan lejanas fronteras, abarcando los 5 continentes, convirtiéndose así en un auténtico escenario internacional.            Seis ganadores en Seis categorías: Ficción, video-arte, video musical, documental, animación y producción nacional, además de varias menciones especiales incluido

       En esta 9na Edición se inscribieron 148 cortometrajes de distintas partes del mundo y fueron seleccionados 57. Hablamos de países tan lejanos para nosotros como Kurdistán, Egipto, Irán, Turquía, El Congo, El Líbano, Japón, Croacia, Rusia, Ucrania, Hungría o Australia. Por primera vez el Encuentro que se autodenomina “Festival de Cinearte en la Frontera”, logra sumar tantas y tan lejanas fronteras, abarcando los 5 continentes, convirtiéndose así en un auténtico escenario internacional.

           Seis ganadores en Seis categorías: Ficción, video-arte, video musical, documental, animación y producción nacional, además de varias menciones especiales incluido el premio del público. En líneas generales me parece acertada la premiación y he de subrayar la labor del jurado que de manera acomedida lograron un veredicto que comulga con las opiniones de quienes asistimos como espectadores.

            En esta reseña me abstendré de hablar sobre las obras premiadas, pues ya el premio nos habla bien de ellas, me interesa más comentar algunos trabajos que no resultaron ganadores pero sin embargo impactaron gratamente al público y generaron interesantes conversaciones de pasillo.

 

            Una de esas obras que desataron muchos comentarios fue EXODUS del alemán Oliver Stiller; un documental que desde la sencillez de su realización técnica y sus modestas pretensiones estéticas se adentra de manera descarnada en la realidad de un conflicto que además nos sirve de espejo a los venezolanos, me refiero a la migración centroamericana cuyo destino es Estados Unidos. En esta obra es indiscutible el compromiso del realizador por asir la realidad y exponer o registrar la voz del pueblo llano, al punto de convertirse él mismo en un migrante, caminando junto a ellos de noche por la carretera, pidiendo cola, subiéndose al techo de los camiones, evidenciamos un trabajo que va más allá de la simple observación participante, es una investigación que no le teme al dolor de lo real.

               Antes de hablar del próximo corto hay que decir que el humor en esta 9na edición del festival estuvo dominado por las producciones españolas, que manejan con habilidad un humor de doble filo. Junto al chiste jocoso insertan la crítica dura e hiriente y lo hacen de manera despiadada, tal es el caso de RAMÉN de Rubén Seca; un alucinado corto de ficción al cual el calificativo de hilarante le queda pequeño pues fue la única obra del festival que llenó de carcajadas la sala, y pese al absurdo y lo alucinado del planteamiento, el mensaje quedó claro como el agua, logrando que la risa tumbara la máscara de la hipocresía para dejarnos desnudos frente al constructo “sagrado” de la religión.

 

             También debo hacer mención de AVELINO, corto animado de Daniel Rodríguez, el cual resultó muy grato para el público. En esta realización los diálogos y el planteo temático resultan tan diáfanos y contundentes que opacan cualquier otro aspecto de la animación. Es un brillante abordaje del tema de la otredad, ese “otro” que, al parecer, nunca aceptamos, al punto de ni siquiera ser capaces de aceptar a aquellos de nosotros que sí quieren aceptarlo. Es una obra que logra profundidad desde la sencillez.

           Del lejano Kurdistán nos llegó SLAUGHTER de Saman Hosseinpuor, es quizás una producción de esas que no ganan por ser incomprendidas, pero cuya realización evidencia una impecable producción, buena dirección y excelente fotografía. Se trata de una historia extraña que deja muchas puertas abiertas…

            Dentro de la categoría de video-arte se inscribieron algunas producciones de video-danza, ese es el caso de T.I.A. de Mattieu Maunier, este trabajo también incorpora la poesía convirtiéndose en una obra transdisciplinaria, T.I.A. nos habla de la libertad que deja de ser una utopía cuando se abraza el arte como quién se entrega al abismo, obviando las convenciones sociales.

 

             En el marco del festival se llevó a cabo el taller de principios básicos de animación ¡ANÍMATE! Dictado por Rafael Marquina, una experiencia bastante enriquecedora ya que el tallerista propició un conversatorio, nada básico, más bien especializado, sobre los aspectos contemporáneos de la animación, haciendo un recorrido desde los referentes clásicos hasta las novedades de última generación, evidenciando el poco desarrollo de este ámbito en nuestro estado pero dejando entrever la necesidad de ello por parte de los ávidos participantes.

               Otra producción que cautivó a los espectadores fue SIN GRASA de Ángel Daniel Carmona, un corto documental merideño que nos hace partícipes de la vida de un personaje de la calle conocido como “Caracas”, este hombre nos cuenta sus andanzas y su tragedia de manera tan afable y con tanta sinceridad que resulta inevitable el acercamiento. Es un personaje que cuestiona las nociones de riqueza y pobreza y hace tambalear esa supuesta estructura en la que todos nos albergamos llamada protección social. El film fue presentado fuera de competencia, como muestra de NOS QUEDAMOS CORTOS, distribuidora de cine venezolano dirigida por Patricia Ramírez, jurado del evento.

 

              Finalizando la programación y como una proyección especial, la audiencia disfrutó de El AMPARO, un largometraje de Rober Calzadilla. En esta obra, de excelente producción, hay que subrayar el descollante trabajo actoral de los protagonistas, además de ese clima de autenticidad producto de la participación de los habitantes del pueblo de El Yagual. El film recrea de manera contundente una historia crucial en la justicia (¿o injusticia?) venezolana y evidencia, para vergüenza nacional, el tratamiento político que se le dio al caso en ese momento. El abordaje de temas tan álgidos como este, desde el cine, constituye todo un compromiso con la memoria y la identidad nuestroamericana. Al final de la proyección se desataron las preguntas en un foro dirigido por Argelia Castillo.

           Antes de cerrar esta mirada he de mencionar el aporte de la Escuela de Medios de la Universidad de los Andes de Mérida, pues esta constituye, hoy por hoy, un epicentro vital de la producción cinematográfica en Venezuela, al generar producciones de calidad que alimentan y nutren tanto festivales nacionales como internacionales, manteniendo una postura de dignidad y pasión frente a la crisis actual.

              En esta 9na edición el ENCUENTRO PARA CINÉFAGOS se ha consolidado, pese a que no contó con los espacios idóneos de la cinemateca de San Cristóbal (su sede habitual) y pese a la crisis nacional que se agudiza sofocando nuestra capacidad de soñar y crear, pese a toda esa vorágine, salió bien parado. Sin duda alguna, esta ha sido la mejor edición si tomamos en cuenta el resultado de la convocatoria, lo cual no deja de ser paradójico pero en la misma medida vital.

Osvaldo Barreto P.

San Cristóbal, 2019

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