#RutasConHistorias: Más montañas por Jáuregui, La Grita

Publicación, Rutas con Historias

  Por Yoser Linares @yoserlg2 Dicen que los mejores paisajes son los de las montañas, aquellas en donde se pueden ver las nubes, un mar de nubes, y el municipio Jáuregui lo puede demostrar, pues no hay duda que tiene lugares encantadores a gran altitud y con diferentes tonos verdes. Lo mejor de esta zona andina es el trato de sus habitantes pues conservan costumbres de cortesía. Jáuregui es tierra de agricultores, además conserva excelentes historias que se pueden conocer por la tradición oral. De manera que, llegar a La Grita es conocer sobre personajes tanto de la época de

  Por Yoser Linares @yoserlg2

Dicen que los mejores paisajes son los de las montañas, aquellas en donde se pueden ver las nubes, un mar de nubes, y el municipio Jáuregui lo puede demostrar, pues no hay duda que tiene lugares encantadores a gran altitud y con diferentes tonos verdes. Lo mejor de esta zona andina es el trato de sus habitantes pues conservan costumbres de cortesía. Jáuregui es tierra de agricultores, además conserva excelentes historias que se pueden conocer por la tradición oral.

De manera que, llegar a La Grita es conocer sobre personajes tanto de la época de conquista en el valle de los Humogrías como de aquellos que se han expresado por medio de las bellas artes: literatura, música, danza, pintura. No puede olvidarse tampoco la arquitectura tradicional de las casas de páramo, aquellas que rodean a la típica plaza e iglesia. Debe entenderse, además, que La Grita no es el único lugar con atractivos turísticos, pues hay más pueblos distribuidos en los grandes valles del municipio, los cuales tienen elementos característicos. Partiendo de diferentes zonas se puede llegar a la capital del municipio, ya sea desde La Fría, Las Mesas, Seboruco, San Cristóbal, Cordero o El Cobre; así como también del vecino estado Mérida o el pueblo andino de Pregonero. Cualquier vía que se tome para llegar debe considerarse para visitar los siguientes lugares, por supuesto todo dependerá del interés de cada visitante y su tiempo de estadía, pues en Jáuregui hay mucho por conocer e incluso explorar.

El valle de La Grita

Considerando San Cristóbal como el punto de partida, la carretera trasandina (troncal 07), es la mejor opción, los paisajes que se consiguen en la vía dan garantía de ello, así se puede llegar a la ciudad de los mil nombres. De esta forma se pasa por el Parque Angostura, donde de vez en cuando hay quienes acampan o celebran algún día especial. Es de saberse que cerca de la zona se han hallado variedad de objetos, siendo considerada Angostura como yacimiento arqueológico.

Luego de unos pocos kilómetros se consigue la formación La Quinta, aquella compartida con Seboruco donde apareció el primer dinosaurio venezolano: Laquintasaura venezuelae. Más adelante, aparece el puente sobre el río Grita y comienza una pendiente leve directa a la Atenas del Táchira.

Antes de llegar al centro del poblado aparece al margen de la carretera una escultura en homenaje al Rostro Sereno, y cerca el Santuario del Santo Cristo de La Grita. Sin duda un gran espacio para visitar cada 06 de agosto. Atrás se han dejado los primeros comercios, y se comienza a visualizar más estructuras encerradas en la montaña. El Parque Los Comuneros o Plaza de Las Delicias es un espacio creado desde 1976 que se ve abandonado con sus fuentes de sirenas sin agua; ya aparecen establecimientos importantes: supermercado, estación de servicio, otras plazas como la poetisa Isaura, casas de cultura como la de Don Pepe Melani, y casas de estudio como el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús. Finalmente, se encuentra el terminal de pasajeros donde se puede ir a otros destinos más distantes.

Cerca del terminal hay unas escaleras de acceso directo a la plaza Bolívar de La Grita y la Basílica del Espíritu Santo, donde se encuentra la delicada escultura de madera del patrono de Venezuela. Alrededor del monumento histórico yacen comercios de interés, el más grande: el mercado municipal. Con dirección al cementerio se puede degustar de pasteles y jugos naturales para luego pasar por el puente San Francisco y visitar la tumba de María de Los Ángeles o la de Irma, conocidas como las mujeres misteriosas de La Grita. De salida subiendo por la calle 1 y doblando a la carrera 7, se encuentra la plaza Jáuregui, donde estuvo antes el convento de Santa Clara hasta 1776, donde ahora permanecen los restos del capitán Cáceres, el fundador de La Grita.

Ahora, en el lugar se ubica cerca el templo de estilo neogótico Nuestra Señora de Los Ángeles. Allí el pequeño paseo de los artesanos, y como de costumbre instituciones de importancia para la comunidad. Continuando la pequeña cuesta hacia arriba por la calle 3 se encuentra la plaza Sucre, y diagonal a ella La Casa del Balcón donde pernoctó Bolívar en dos ocasiones.

Luego se puede iniciar el recorrido por la Avenida el Topón, sin dejar de conocer el Liceo Militar Jáuregui con sus objetos de guerra: cañones, tanqueta y un avión utilizado en la II Guerra Mundial, y que hoy se exponen como elementos decorativos. Más adelante, después de la redoma El Topón se consigue el desvío a mano derecha a otras aldeas del municipio que comunican con el Páramo El Rosal, tal es el caso de Mogotes o Babuquena. Por otra parte, se pueden visitar algunas capillas de importancia histórica y religiosa como la Capilla de Tadea.

Retomando al Topón, se encuentra el Parque Los Tres Majaderos con las imágenes en madera de Cristo, Simón Bolívar y Don Quijote. De allí se sigue por toda la carretera trasandina, la que conecta con la redoma de la plaza Rafael Urdaneta adornada con un vagón descuidado, que, para quienes no saben, representa el recuerdo del Gran Ferrocarril del Táchira, ese que alguna vez conecto al estado con el resto del país. Al abandonar la redoma, empiezan las curvas y cuestas.

Poco a poco se pasan por sectores de la Grita con sus casas recientes a orilla de carretera. Algunas capillas se ven cerca, otras distantes; mientras que algunos comercios permanecen. Luego de pasar El Surural, el espacio visual va cambiando: menos casas, más montañas con temperatura fría. Se empiezan a conocer opciones de hospedaje, y algunos merenderos. En el ascenso se encuentran dos vías: hacia la izquierda una ruta con múltiples opciones de descanso: Posada Campo Alegre, con su bello Jardín; Hotel de Montaña, obra del arquitecto Fruto Vivas; y la Posada Cielo Bel, con vía de retorno a La Grita. En la zona se encuentra un pequeño bosque de pinos. También cerca del lugar se comenta de la mujer del hotel Montaña.

La segunda vía, es la que continúa al recorrido. Un letrero en madera de Inparques informa que se está adentrando al Parque Nacional Los Páramos. Así se continúa, en ocasiones con neblina, y con suerte en días despejados pueden verse los bordes de cadenas montañosas bien lejos. Al doblar una curva se encuentra una pequeña caída de agua oculta entre el bosque de subpáramo.

Aparece luego el Monasterio Gnóstico Lumen de Lumine, ubicado en el centro más alto del sector Las Porqueras. Más adelante, el aviso de la Posada La Romereña en una pequeña bajada. Algunas casas vuelven a aparecer en el Parque Monseñor Hilario Bosset, en recuerdo al fallecimiento de ese párroco en el lugar por 1869. En Las Porqueras, se puede acampar, comer, o simplemente estar de paso, por ahí se habla de María de la laguna. También, en el lugar las personas comentan la aparición de duendes. Para los excursionistas se puede considerar como el punto de partida para ir al Pico El Púlpito, el punto más alto del estado Táchira. Lo que sigue es más montaña, en ocasiones se siente el aroma a eucalipto, cerca la piedra grande.

Continuando las curvas se pueden ver los tanques de la agrotruchicultura creados en la década de los 70. Puede entenderse entonces como los habitantes aprovechan el agua que baja de la montaña para la cría de truchas, y la tierra para los cultivos tradicionales de papa, cebolla, zanahoria y apio. Ya se han superado los 3.000 m.s.n.m., el sector Alto de Portachuelo aparece y el nacimiento de Aguadía.

Portachuelo termina siendo el punto de encuentro de los aventureros. De aquí se pueden tomar dos senderos de montaña: Páramo Batallón, con sus lagunas periglaciares como la laguna grande o la laguna negra; y el Páramo La Negra, con su relieve de 3.600 m.s.n.m. y la laguna encantada. Dos casas solo se encuentran en el lugar, una de ellas es de gran valor histórico pues se comenta que ha sido refugio para baquianos. Portachuelo podría considerarse como punto de interés; sin embargo, parece estar descuidado pues el merendero no ha cambiado mucho.

Incluso se han demolido estructuras de importancia histórica cultural. Allí se encontraba una pequeña capilla con tres cruces de hierro forjado para, según, espantar al diablo. Tenía más de 130 años, y fue creada por la familia Ovallos. También era la última estación del via crucis realizado por la comunidad de Las Porqueras. Luego de Portachuelos empieza un leve descenso con vía a Pregonero, y también a Mérida con su vía Bailadores– Tóvar. Allí se establece el famoso El Límite, que en ocasiones es demarcado por pequeños cimientos de piedra que dan la entrada a otros pueblos de Jáuregui al otro extremo de la montaña.

Pueblo Hondo a lo lejos

Al identificar el letrero en madera de La Grita– San Cristóbal se sigue la carretera, pocas casas se consiguen en la vía, aunque sí tierras explotadas para la agricultura. De nuevo curvas pronunciadas en tramos angostos, algunas cruces pequeñas recuerdan que la vía ha cobrado la vida de algunos como el accidente de la familia Arellano Ramírez. En ocasiones se observan rocas en la vía, lo que indica ser un zona de derrumbe; sin embargo, es transitable. Rápidamente empieza un descenso abismal donde en días despejados se observan vacas pastando, y algunos verdes según la siembra. Por las noches en esta vía se menciona que, siendo las once y media, aparece el automóvil fantasma del Páramo La Negra, una leyenda relatada en varios sectores de la trasandina como la del cerro “El Perdedero”.

Un letrero azul indica El Límite– Pueblo Encima, y cerca de él un bosque de pino laso criollo, y más adelante un caserío. Continúa el descenso hasta aparecer la planta Fresas Naturales Pueblo Hondo. Ya aparecen las casas tradicionales con sus campos enormes. Pueblo Encima es muy tranquilo, sus habitantes solo dedican tiempo al trabajo. Hay varias empresas dedicadas al procesamiento y distribución de pulpa de frutas como la mora o la fresa. Tampoco debe olvidarse la importancia de la floricultura para el sector, pues rosas, claveles, lirios, y gladiolas se consiguen, las cuales son llevadas a Mérida para su distribución al resto del país.

En el lugar se encuentra la iglesia del Divino Niño Jesús, construida a partir de 1992, con la finalidad de que las personas dejaran de ir tan lejos a la Grita para cumplir con su compromiso religioso. En el lugar reposan los restos de Gustavito, un niño ahogado en una laguna a los 9 años.

Más adelante, luego de una cruz misionera en cemento, se encuentra el ramal divisorio para ir a Pueblo Hondo– San Simón. Así a 2.122 m.s.n.m. se encuentra la parroquia Emilio Constantino Guerrero, la más distante de Jáuregui. En Pueblo Hondo se consigue nuevamente tranquilidad, de interés es necesario saber que según este fue el primer pueblo fundado en todo el estado Táchira.

La modesta iglesia Nuestra Señora del Carmen se encuentra en buenas condiciones pues fue remodelada por su derrumbe hace más de 80 años. En la zona no existen posadas con publicidad pero cualquier casa, pidiendo permiso, puede servir de hospedaje pues se ha mantenido la costumbre de dar posada al viajero de carretera. Otro cuento de camino: el alma milagrosa de Jorge Aldana, aquel que murió en 1946 de una enfermedad desconocida, y que puede ser visitado en el cementerio del pueblo. Si se continúa la vía, el destino será San Simón, por lo que queda retornar rápidamente hacia La Grita pues quedan otros sectores por conocer.

Sabana Grande en los andes

Sigue el descenso por El Cedrito, casas aparecen y desaparecen. Ya en lo alto se aprecian las antenas de trasmisión más importantes para la zona en el imponente Páramo San Telmo a más de 3.200 m.s.n.m. En la vía se encuentra la comunidad de Llano Largo, conocida por el pesebre turístico de Don Antonio Velazco. La estructura de la Capilla en devoción a la Virgen del Perpetuo Socorro es diferente a otras capillas, su construcción fue culminada en 1967, hecha de la mano del señor Manuel Carrillo.

Continuando Luego del sector El Palmar, aparece la capital de la tercera parroquia de Jáuregui, con nombre distinto a su espacio geográfico: Sabana Grande, pues realmente se sitúa en un gran valle. Allí hay más opciones de hospedaje que en otros sectores, tal es el caso de la Posada Los Páramos, propiedad de doña Omaira. Cerca se encuentra la iglesia Nuestra Señora de Los Dolores, y la casa cural con su pequeña plaza Bolívar. Dentro de la iglesia se encuentra el corazón disecado del Monseñor Miguel Antonio Salas, quién fue muy respetado por sus servicios en el sector.

Más adelante un pequeño abasto, otra posada y estación de servicio de gasolina. La vía se encuentra en buenas condiciones en comparación a otros sectores de las montañas de Jáuregui. La Posada Doña Juana se aproxima en un desvío, el lugar conserva objetos de la época de antaño. En cuanto a la comida, La Trinchera de Ana está en una esquina, puede servir como un merendero para quienes van de paso.

La carretera continúa por La Pradera, se aprecian más las tierras labradas, donde predomina el olor al cebollín. Todo se sitúa en un gran valle. A lo lejos se aprecia la pequeña capilla de San Isidro Labrador en la aldea de Venegara. Recordando el retorno a La Grita se desprenden varías rutas. Tomando la vía que pasa por Guanare se avista el Mr. Bunker un espacio nocturno con el mejor mirador que incluso se ha usado como despegadero para los amantes del parapente.

Así, al seguir el tramo Guanare– La Grita, luego de una pequeña cuesta, se consigue una columna con nombre de Columna de El Calvario, llamada también el Obelisco de La Grita, su construcción es de origen cultural pues se vincula con la historia de la viga de oro. Sin embargo, para los cronistas representa el símbolo de la fundación del pueblo en 1576; por lo que, cerca del monumento se encuentra el busto de Don Francisco de Cáceres, quién se esmeró por el valle del Espíritu Santo.

Se ha llegado a La Grita nuevamente, quedando de ella por conocer algunos museos públicos y otros privados con colecciones de objetos interesantes, como el museo de los amigos o el museo del Santo Cristo. Dentro de los personajes siempre estarán los de apellido Duque y Moreno, pero no debe olvidarse visitar la artesanía de José Ramón Valero, el museo de arte popular de Mariela Zambrano o conocer sobre el cronista Nestor Melani Orozco. En cuanto hospedaje El Hotel Los Naranjos está cerca del terminal, ya para el retorno a San Cristóbal.

De esta manera puede conocerse Jáuregui. En cuanto a la gastronomía, es muy variada, puede recordarse las famosas quesadillas en las panaderías cerca del mercado, los pastelitos cerca del cementerio y la pizca andina como opción de desayuno. Cualquiera que llegue a La Grita se sorprende por sus iglesias. A pesar de ser pueblo de montaña, en días despejados se siente el calor. Por otra parte, hay que acostumbrarse a las expresiones pintorescas de cada persona pues su lenguaje es propio de la zona, mezcla de indios y españoles. Finalmente se puede destacar de Jáuregui tres elementos: paisajes montañosos, áreas recreativas, e historias culturales, que juntos hacen de la zona el lugar ideal para visitar por todas las personas que quieran conocer más de los andes venezolanos.

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