Los cómics de Osvaldo Barreto

Artes Visuales, Literatura, Publicación

Este adentrarse en el alma es para Noún en La casa… (2002) un darse cuenta de la necesidad de entrar en nuestra casa interior y, en soledad, ver las carencias que encontramos en nuestra arquitectura deshabitada y vuelta de cabeza. Noún con esto nos muestra la importancia de sentir el deseo de alimentarse del mundo por medio de las ideas vivientes en los libros y del imperativo de amar. Por esa razón textos espirituales como el Zohar, la Biblia u otros transitan la biblioteca dibujada en el alma de Noún, junto con maestros literarios como Jorge Luis Borges o César

Concientización en blanco y negro

Josué Calderón

 

Esta será mi primera reseña sobre un cómic y lo que la hace especial es que sea sobre la obra de un autor e ilustrador tachirense: Osvaldo Barreto, quien firma como Omau estos libros. Los cómics a comentar son La casa del Noún naciente (2002) y Noún vs. El pelotón humanista (2012) publicados por la dirección editorial de JAU (Jóvenes Artistas Urbanos) en conjunto con la visión editorial del mismísimo autor. 

Estos cómics tienen un formato visual en blanco y negro, ambos, por medio del cual el autor presenta una perspectiva reflexiva sobre el ser humano y sobre aquellas inquietudes y emociones que nos pertenece como especie. Esta unificación estética y reflexiva la logra el autor con mucho tacto y destreza demostrando con esto una obra meditada. 

Ambos cómics están protagonizados por el personaje ficticio Noún, cuyas características son las de un hombre delgado y largo en sus extremidades, cabellos hasta por debajo de los hombros, vestimenta nada especial, pero cuyo rostro no posee acabado: sin nariz, ni ojos, ni boca o pestañas. Un personaje común, estereotipado dentro de la imagen casual de la cultura urbana, pero sin rostro. ¿Una crítica a la falta de identidad individual en la sociedad o más bien una forma de hacer universal la experiencia del personaje? 

De la misma manera llama la atención de su personaje: Noún. Nombre que remite a la palabra griega nóos cuya declinación en acusativo es noún. Esta palabra tiene la equivalencia en español de inteligencia, espíritu, alma, memoria. ¿A qué se estará refiriendo Osvaldo con su personaje llamado de esta manera cuyo rostro no está detallado? 

Si pensamos en la idea clásica del concepto de noús, veremos su sentido fuera de la razón, proponiéndolo como un saber del alma. ¿Hay algo de interioridad en Noún? Creo que justamente ese es el claroscuro del cómic, una visión interior matizada: “Este cuento no aboga por la locura […] de la misma forma se [le] considera a la cordura, por lo tanto abogamos por un pontificio totalmente gris, como este” (2002). 

La casa del Noún naciente. Omau, 2002.

Este adentrarse en el alma es para Noún en La casa… (2002) un darse cuenta de la necesidad de entrar en nuestra casa interior y, en soledad, ver las carencias que encontramos en nuestra arquitectura deshabitada y vuelta de cabeza. Noún con esto nos muestra la importancia de sentir el deseo de alimentarse del mundo por medio de las ideas vivientes en los libros y del imperativo de amar. Por esa razón textos espirituales como el Zohar, la Biblia u otros transitan la biblioteca dibujada en el alma de Noún, junto con maestros literarios como Jorge Luis Borges o César Vallejo. Por medio de los cuales Noún nos hace reflexionar sobre nuestro verdadero saber y la falta de profundidad sobre las cosas humanas y celestes que no son diferentes porque como “es arriba es abajo” y “los dos extremos se tocan”. 

Este texto refleja un contexto sociocultural donde lo exterior parece predominar “castrando” toda la imaginación, creatividad y profundidad de la existencia humana, características propias del adentrarse en la soledad de nuestra casa interior. ¿Tantos nos costará estar solos que Osvaldo Barreto no está advirtiendo nuestra falta de profundidad, nuestra ingenuidad personal, nuestro poco saber? 

Noún vs. El pelotón humanista. Omau, 2012.

En Noún vs. El pelotón Humanista (2012) nos propone el autor movimiento en sus viñetas con imágenes cargadas de sonido, velocidad diferente a la anterior publicación donde la viñeta panorámica logra un efecto de pausa, de calma temporal, lo cual le permite al autor darle prioridad a las reflexiones de Noún. Aquello es, pues, necesario, porque garantiza el objetivo esencial de la trama de esta ocasión: huir. ¿Pero de quiénes o de qué? De lo que creemos verdadero: los conceptos o ideas finales y definitivas propuestas por la tristeza, la felicidad, la lógica, el deseo, el amor, la libertad, y la inevitable y urgida inteligencia. Este relato es la interioridad cotidiana del ser humano, encontrase en conflicto entre la constante aceptación y el miedo, aceptación o huida. Noún durante el comic entabla conversaciones con cada una de aquellas ideas para dar un sentido y hacer notar que solemos apegarnos a una de aquellas para “despistarnos de la orfandad” del mundo en donde habitamos. Sin embargo, la lección de Noún es dejar de correr, dar la cara y dejarse habitar en silencio para “contemplar la nada detrás de todas las cosas” citando a uno de sus referentes en este cómic.

Osvaldo Barreto nos deja estos cómics como propuesta reflexiva, para que nos cuestionemos las preguntas elementales con sinceridad, formuladas en nuestro interior, nos coacciona visualmente y filosóficamente, pero sobre todo humanamente. ¿Qué tan conscientes somos de nuestra falta de preocupación por una vida profunda donde ya no sepamos huir, sino calmadamente ver las cosas tal cual como son, sin engañarnos? 

Luis Josué Calderón (Táchira, 1993)

IG: @calderonjosue_ 

luisjosue1205@gmail.com 

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