Lo mítico y lo sagrado en la obra de Freddy Pereyra

Literatura, Publicación

El poema dice: “Yo era un bello sátiro / Tomé en vilo / Tu durmiente cuerpo / y te rapté / Llevándote a la obscura noche” En este poema Freddy se declara sátiro y al hacerlo se inserta en un mundo mítico muy particular, pese a que los sátiros son seres de la mitología grecorromana, la mitología que Freddy recreó en muchos de sus cuadros es una mitología muy venezolana con matices tan particulares que podríamos decir que se trata de una mitología personal. Al hablar de mitología tratemos de no asociar el término a nociones como: mentira, superstición o

El poema dice: “Yo era un bello sátiro / Tomé en vilo / Tu durmiente cuerpo / y te rapté / Llevándote a la obscura noche”Obra Freddy Pereyra

En este poema Freddy se declara sátiro y al hacerlo se inserta en un mundo mítico muy particular, pese a que los sátiros son seres de la mitología grecorromana, la mitología que Freddy recreó en muchos de sus cuadros es una mitología muy venezolana con matices tan particulares que podríamos decir que se trata de una mitología personal.

Al hablar de mitología tratemos de no asociar el término a nociones como: mentira, superstición o fábula. En el caso de la obra de Freddy resulta más útil asociarla a lo sagrado y lo divino. Bajo esa óptica podemos ver iconos de la venezolanidad pertenecientes a distintas épocas confluir en un mismo espacio atemporal, ese espacio de confluencia donde María de la Onza (divinidad indígena asociada al pueblo Jirajara) puede tener un romance con Francisco de Miranda (héroe de la gesta independentista), también podemos ver un José Gregorio Hernández (personaje histórico del s.XIX mitificado y envuelto en un manto religioso)  portando el caduceo de Mercurio (otro elemento de la mitología grecorromana)  lo vemos paseándose por un jardín nebuloso y fantástico, estos espacios míticos están enriquecidos por un bestiario mágico donde dantas, jabalíes, guacamayas, cacatúas y ángeles conviven en un país que parece otra Venezuela, pero no nos confundamos, ese país mítico que Freddy pintó es Venezuela, país de sincretismos culturales donde todo se mezcla sin hacerse homogéneo como en un mágico crisol de alquimista.

FreddyPereyra

La Venezuela de Freddy se nos hace extraña porque se trata de esos territorios que los artistas van adosando al territorio geográfico, agrandando este país con hectáreas simbólicas de terrenos abonados y conquistados a fuerza de creatividad y empeño.

La prolífica obra desarrollada por Freddy Pereyra tuvo muchas vertientes, desde el intimismo de sus bodegones, pasando por una serie de bucólicos paisajes, luego por ese personalísimo surrealismo de seres espinosos, los famosos y eróticos dibujos de la figuración del absurdo, incluso obras muy conceptuales como los homenajes a Piero Manzoni, pero son estas obras de carácter mitológico las más imponentes, las que escogió para ser sus compañeras de taller, ocupan un sitial de honor en el vasto universo de su producción, quizás porque representan ese mundo paradisíaco, mágico y sagrado que construyó para vivir su eternidad, en compañía de inagotables personajes… Particularmente pienso que es el lugar desde donde nos observa. (Osvaldo Barreto)

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