La obsesión de Katny Ferrer (Reseña)

Artes Escénicas, Vacío y devoración

Por Antherson Márquez Obsessio es una obra basada en el ensayo “La Era del Vacío” del sociólogo francés Gilles Lipovetsky, que versa sobre la vanidad existente en el individuo contemporáneo. Un espectáculo desarrollado por Katny Ferrer (@KatnyF), el día de clausura al IV seminario “Vacío y Devoración” organizado por la Fundación Cultural Bordes. En Katny Ferrer corre la sangre y el sudor marabino. Estudió Artes Plásticas (mención Dibujo) en la Universidad del Zulia, pero lo que realmente le motiva es su amor por el arte, el dominio de la técnica y el punto del croché. Conoció esta habilidad a la

Por Antherson Márquez

Obsessio es una obra basada en el ensayo “La Era del Vacío” del sociólogo francés Gilles Lipovetsky, que versa sobre la vanidad existente en el individuo contemporáneo. Un espectáculo desarrollado por Katny Ferrer (@KatnyF), el día de clausura al IV seminario “Vacío y Devoración” organizado por la Fundación Cultural Bordes. En Katny Ferrer corre la sangre y el sudor marabino. Estudió Artes Plásticas (mención Dibujo) en la Universidad del Zulia, pero lo que realmente le motiva es su amor por el arte, el dominio de la técnica y el punto del croché. Conoció esta habilidad a la edad de nueve años por influencia de su abuela, oficio que odiaba para aquél momento; y fue hasta los 19 años, mientras estudiaba Arte, cuando aprendió a tejer con el apoyo de sus tías. Al hall de la Universidad de Los Andes núcleo “Dr. Pedro Rincón Gutiérrez”, llegó la artista de manera relajada, portaba un jean que entallaba perfectamente en sus admirables piernas y una ligera franela de color azul intenso, semejante a la L´HeureBleue, el cielo de las seis de la tarde cuando el crepúsculo indica que no hay luz ni oscuridad. Una silla de fórmica marrón le sostenía el cuerpo, mientras que las señales de suciedad ya se avistaban en la planta de sus pies descalzos. Y en ese bajo horizonte, una cartera de cuero vinotinto se desparramaba en el escenario. Todo estaba dispuesto. Así inició su acto. De la cartera Katny extrae su mundo, lo que ella más ama: El croché. Saca distintas piezas variopintas tejidas en vareta con una o dos agujas, entre las que destaca una especie de griñón color azul celeste que inmediatamente puso en su cabeza. Nadie sabía el rumbo que cogería la presentación de Ferrer. Los asistentes la miraban con reticencia. Empleando cámaras fotográficas, algunos intentaban capturar en instantes su obra. Unos cerca, otros lejos de la ejecutante se movían cautelosamente dentro del escenario. Con sus manos tomó del suelo una aguja y un fragmento de hilo y se dispuso a ensamblar  diferentes retazos tejidos en ganchillo al griñón que envolvía su cabeza. Mirando un simple espejo ovalado cuidaba de no afectar su cara. Conforme pasaban los minutos, la joven artífice avanzaba acoplando los segmentos previamente tejidos en su rostro. Pero la dinámica de su obra daba para más. Inmediatamente comenzó a llamar a los espectadores para que se fueran uniendo a su propuesta.
Foto de Daniel Peñaloza
Foto de Daniel Peñaloza
  Los invitó a tomar una aguja, recortes tejidos en croché y una fracción de hilo y que empezaran a recomponer la toca que cercaba su cabeza. Cada uno se fue acercando hasta llegar aproximadamente a diez personas que empezaron a tejer. De un griñón azul celeste, la pieza fue convirtiéndose en una máscara multicolor y amorfa, como una obra sumida en el caos y la obsesión. Costura a costura, el público iba alterando la imagen de Ferrer. Cubrieron sus ojos y forraron con hilos toda su cabeza. Los improvisados tejedores fueron transformando su identidad. Katny sufrió una metamorfosis, pasó de ser una pequeña mujer andrógina, a una entidad artística compuesta por hilos multicolores que desafiaban su apariencia humana. Hilos que se esparcieron por sus brazos por ingenio de los asistentes. Al mismo tiempo, la artista se agotaba en fuerzas y perdía visibilidad. Ya era otro ente: una criatura con cuerpo humano y un extraño rostro de croché. La protagonista intenta reivindicar el croché para convertirla en una manifestación del Arte Contemporáneo. “Es geométrico, matemático, orgánico y biológico, y es tan moldeable que puedes hacer infinitas cosas con él”. Es así que fecunda su obra Obsessio, una metáfora al concepto banal de la sociedad por convivir entre individuos de similar apariencia, y plantea su visión empleando la técnica del ganchillo. “Obsessio es un reflejo de lo que estamos viviendo actualmente en nuestra sociedad. A través de ella, intento materializar lo que hacemos inconscientemente en medio de una desmesurada vanidad que día tras día modifica nuestra identidad”, señala Ferrer.
Foto Daniel Peñaloza
Foto Daniel Peñaloza
“Un ejemplo son las redes sociales donde nos dedicamos a mostrar la parte agradable de nuestra apariencia física y obviamos aquellas otras imágenes donde no nos sentimos complacidos con nuestro aspecto. Con Obsessio critico la fijación que tenemos por la apariencia sin darnos cuenta de ello”, agrega la artista. La acción se inspira en la obra del sociólogo Gilles Lipoveski, quien en los 80 escribió un ensayo titulado “La Era del Vacío”, donde hace un análisis de lo que somos a través de los aspectos narcisistas del individuo, y la relación existente entre el culto al cuerpo y la sociedad. Indica la autora que por Lipoveski empezó a indagar sobre la individualidad sin hacer distinción de raza o género, llevando un concepto hacia un individuo que pertenece a una sociedad y no a un grupo minoritario llamado hombre o mujer. Llega a la conclusión que debemos “aprender de la realidad social para intentar direccionarla” con cualquiera de nuestras técnicas. Pero Ferrer va más allá. Con su investigación está interesada en descubrir la esencia humana, y piensa que no hay nada mejor que la filosofía para adentrarse en ese campo, empleando al arte como aspecto demostrativo. “El arte es para mí una herramienta para revalorizar todo lo que nos identifica y al mismo tiempo, desconocemos”. No sólo el croché es importante en su obra; también lo es el espectador. Obsessio necesita de la interacción con el público para que fluya. Katny es un lienzo en blanco y el espectador es la obra en sí misma. Por eso, hizo un preámbulo de guía para que las personas tuvieran una idea y pudieran interactuar con ella. Así fue la primera acción individual que realizó Katny Ferrer para el IV Seminario de Bordes en escenario ulatense, una metáfora al individualismo contemporáneo, hedonista y banal, sumido en el “Vacío y la Devoración”.   Antherson Márquez Cátedra de Periodismo Cultural, ULA Táchira. (Fotografía cortesía Yarinés Suárez)
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