La edición Nº16 de la Revista Bordes ya está disponible

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‘Espejismos de la Abundancia’ es el título de la nueva edición de la Revista de Estudios Culturales Bordes El grupo de investigación Bordes se planteó una mirada transdisciplinaria al tema de la abundancia, que al ser una noción determinante y crucial en la construcción cultural latinoamericana, sirvió como plataforma del VIII Seminario Bordes (2017), que nos convocó públicamente a reflexionar bajo el lema “Espejismos de la abundancia”, título que ya deja entrever un paisaje exuberante que incluye las arenas movedizas de nuestro imaginario. Algunas de las reflexiones entorno a este tema se recogen en la presente entrega de La Revista

‘Espejismos de la Abundancia’ es el título de la nueva edición de la Revista de Estudios Culturales Bordes

El grupo de investigación Bordes se planteó una mirada transdisciplinaria al tema de la abundancia, que al ser una noción determinante y crucial en la construcción cultural latinoamericana, sirvió como plataforma del VIII Seminario Bordes (2017), que nos convocó públicamente a reflexionar bajo el lema “Espejismos de la abundancia”, título que ya deja entrever un paisaje exuberante que incluye las arenas movedizas de nuestro imaginario. Algunas de las reflexiones entorno a este tema se recogen en la presente entrega de La Revista de Estudios Culturales Bordes Nº 16. Además hemos sumado aportes que nos llegaron fuera del Seminario los cuales de alguna manera resultan vinculantes y enriquecedores.

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Iniciamos con una mirada que se remonta a lo originario, al mito, de la mano de Anderson Jaimes quien nos habla del emblemático Mito del Dorado y su desarrollo en tierras Tachirenses. Esta se convierte en un viaje a las épocas de la conquista, donde podemos rastrear el terrible paso por esta región de personajes como Alonzo Pérez de Toloza, Juan Maldonado y Ambrosio Alfinger, por tratarse de expediciones alentadas por la avaricia, muchas de las cuales terminaron en saqueos, matanzas y esclavitud. Jaimes nos deja ver los orígenes del mito, el oro que realmente existió y que se fue vistiendo con los trajes de la ficción hasta habitar la casa de lo mítico, construida por la oralidad y decorada con el nutrido imaginario colectivo, evidenciando que el mito del Dorado ha llegado hasta nuestros días y sigue siendo parte importante de nuestra identidad. Como del mito a la ritualidad no hay mucha distancia, seguimos con un trabajo de Igor Martínez titulado El ritual, la realidad y la representación escénica. Aquí se plantea un puente entre la noción actual de teatro y el rito ceremonial que se viene practicando desde tiempos míticos. El rito, pese a su aspecto primitivo, no es cuestión exclusiva del pasado, sino que al ser una práctica que se reitera a través de los siglos, que se reinventa a través de las vanguardias y gracias a su capacidad de actualización, permanece conservando algunas premisas originarias. Es por ello que nos habla de teatro ritual, como categoría teatral que retoma aspectos esenciales que le permiten al hombre volver sobre sus pasos y acercarse a las verdades más auténticas del ser.

Del mito y las ritualidades saltamos a la arquitectura renacentista y barroca europea con un análisis de Norelsy Lima que se titula La Concepción del espacio arquitectónico del Renacimiento al Barroco. Este trabajo nos conduce a una de las aristas foráneas de nuestra concepción de abundancia que es el Barroco europeo, una forma de ver el mundo que mutó al llegar a América y sigue siendo fundamental para entendernos. En esta oportunidad Lima nos acerca a lo arquitectónico y a figuras tan determinantes como lo fueron Bramante, Bernini y Borromini. Su reflexión acerca de estos estilos va desde concepciones del espacio como representación, evolucionando hasta la determinación del mismo en lo que serían formas diferentes de entender la realidad desde la arquitectura.

De lo arquitectónico europeo pasamos al arte contemporáneo venezolano, con un trabajo de la artista Annie Vásquez titulado La Abundancia enmarcando el vacío. En una dirección que pareciera contraria a lo abundante (el vacío), Vásquez busca respuestas a su propia producción artística revisando propuestas similares que se constituyen en sus referentes inmediatos, tal es el caso de los artistas venezolanos Gego, Gerd Leufert, Sigfredo Chacón y Vicente Antonorsi. El abordaje de la abundancia en este caso se torna filosófico porque de alguna manera nos dice que lo abundante está en los bordes y que sólo sirve de marco a algo más abundante que es el vacío. Así, desde la plástica contemporánea actual, vemos que lo abundante conlleva a una vaciedad característica de las sociedades de nuestro tiempo.

Siguiendo los rastros de la abundancia por las artes visuales, propongo un acercamiento al trabajo del artista tachirense Ulacio Sandoval, cuya obra pictórica es digna representante de lo abundante latinoamericano traducido al lenguaje de la pintura moderna abstracta. En esta revisión vinculo la pintura de Sandoval con la de muchos de sus pares latinoamericanos más conocidos, tales como: Alejandro Obregón, Fernando de Szyszlo, Von Gunten, Aceves Navarro y Manuel Felguérez. Será al momento de relacionar la obra de Sandoval con aspectos prehispánicos y estéticas urbanas actuales, cuando se evidencia que la noción de abundancia está fuertemente arraigada en nuestro imaginario y en nuestra producción artística. En la sección de crónicas, Otto Rosales nos presenta un texto barroco que emerge del barrio, un laberinto cruel, en el que nos narra la tragedia de la juventud, titulado Katty y el cazador. Lleno de imágenes trágicamente poéticas, el escrito de Rosales nos cuenta la historia de Katty, la protagonista, pero con igual intensidad va dibujando el escenario social, también protagonista ¿o quizá antagonista?, ambas visiones terribles, realidades cotidianas que tienden a lo escandaloso, con las cuales vivimos sin que nos parezca anormal. Justamente Rosales trata con desenfado de subrayar esa normal-anormalidad para que por un instante podamos abrir los ojos ante tan descarnadas realidades.

Continuamos con un ensayo de abundantes imágenes de Juan Molina Molina titulado El caballo disecado, una reflexión sobre la obra del artista Miguel von Dangel titulada Monumento. Se trata de un caballo muerto convertido en escultura. Molina diserta sobre esta terrible visión que resulta muy barroca, va buscando relaciones equidistantes que van desde Hans Holbein y Andrea Mantegna hasta Duchamp y Rauschenberg, y mientras expone los referentes y vínculos del caballo disecado nos va dibujando el país, pues la obra termina siendo un símbolo o un espejo, cuyo reflejo le sirve al autor para reflexionar sobre la muerte.

En la sección de experiencias visuales, tenemos una reseña realizada por Norelsy Lima y Marian Sulbarán sobre la exposición del artista Oscar Gutiérrez titulada Arte de Facto, exposición realizada en la Galería de arte la Otra Banda de la Universidad de los Andes de Mérida. En dicha muestra se conjugan el ready-made, la instalación y la fotografía medios con los que el artista o artivista se propone denunciar los signos de totalitarismo que muestra el régimen del actual gobierno. De esta manera abrimos el debate sobre la abundancia y su cualidad de espejismo, que parece parte ineludible de nuestro paisaje, de nuestra geografía, de nuestra identidad; siendo la exuberancia, la riqueza, la pluralidad, la diversidad, la multiculturalidad, la hibridación cultural, lo barroco americano y todo aquello que suponga imbricaciones o amalgamas (lejos de purismos rancios), los ingredientes de nuestro pan diario.

Osvaldo Barreto Pérez

Grupo de Investigación Bordes

   
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