Marzo 2016.- (Por Jorge Ramírez Galán) Medio siglo apenas ha sido el transitar de los Cultural Studies en las academias occidentales. Enfocados en la transdisciplinariedad como principio y fin para la generación de conocimientos, los Estudios Culturales, nacidos en Inglaterra, han tenido una fuerte influencia sobre los estudios de la comunicación, la política, la cultura, la literatura, el arte y en general sobre todas las ciencias sociales.
En las últimas décadas, casi a la par de los Estudios Culturales, ha surgido la llamada postmodernidad, época en la que vivimos y que se origina, según el filósofo alemán Jürgen Habermas, por el colapso de los grandes discursos de la modernidad. No se dieron abasto los viejos modelos para solucionar aquellos problemas derivados del pensamiento humano y surge la alternativa de la integración como herramienta para desarrollar teorías que aporten soluciones a cuestiones importantes de nuestras sociedades; como puede ser presentar un punto de encuentro entre las diferentes posturas sobre la definición y utilidad de cultura y darle el tratamiento más oportuno, o quizás la veraz descripción de la estructura funcional de determinadas sociedades y así ejecutar políticas enfocadas en las particularidades de cada región a partir del resultado de un profundo debate interdisciplinar que tenga como objeto de estudio la construcción de los símbolos culturales que producen sus habitantes.
Para el arte en particular, al ser éste la vía expedita de expresividad humana, los Estudios Culturales vienen a ser una solución para abordar aquellos aspectos que no alcanzan a comprender desde sus múltiples sub áreas. Así, un bailarín que esté planificando montar su nueva obra y pensando investigar más sobre el cuerpo, le resultará útil acceder a un estudio transdisciplinar sobre el cuerpo que tome en cuenta todos los aspectos inherentes a éste desde los enfoques de especialistas tan “desiguales” como la anatomía o la lingüística.
Para reconocidos sociólogos como el argentino Néstor Canclini, la cultura es el acto humano que mayores símbolos aporta a la descripción de las sociedades y por esta razón puede ser el objeto primordial de los estudios transdisciplinares, pues explorando los procesos culturales se puede describir las representaciones simbólicas que mueven a la sociedad.
En un contexto como el venezolano donde persiste el debate entre el objeto y fin de la cultura, si ésta cumple una función reguladora por lo cual debe ser intervenida y tutelada por el Estado o por el contrario, carece de función y como cualquier otra manifestación humana, sólo podría ser descrita y registrada sin precisar de ella mayores expectativas transformadoras; es importante acercarse a estas posturas desde una órbita integradora y reflexiva como la que circunda a los Estudios Culturales.
Existen algunos acercamientos a estos estudios en Venezuela, como el caso de la Universidad de Carabobo (UC) donde incluso se oferta un postgrado en el área, sin embargo el estado Táchira aún no cuenta con una oferta académica de ese tipo, exceptuando algunos seminarios y encuentros artísticos y académicos donde se han reunido especialistas de distintas áreas del conocimiento a debatir acerca de un tema y que ha dejado en sus asistentes un interés por conocer aún más acerca de estos estudios; pero que aún no ha sido suficiente para romper los esquemas rígidos de las disciplinas tradicionales que gobiernan las estructuras académicas de las instituciones educativas en todos los niveles.
Ninguna de las casas de estudios universitarios que hacen vida en el estado oferta en sus programas académicos algún postgrado ni mucho menos un pregrado orientado en la transdisciplinariedad. No parece ser pertinente para los rectores de las universidades de la región generar y comprender conocimientos desde un enfoque interdisciplinar, sin embargo desde hace varias décadas se ha venido planteando, por los pasillos académicos, entre estudiantes y profesores, la necesidad de renovar las ideas acabadas de la modernidad o lo que es lo mismo, romper con las barreras del enfoque disciplinar y acercar disciplinas, en principio opuestas, desde los propios bordes o límites que parecen separarlas.
Sin duda, en los últimos años en el estado Táchira ha venido surgiendo una creciente demanda por los estudios trans e interdisciplinarios que permanece sin recibir una oferta académica oportuna. Aún así, esta metodología de estudio parece estar destinada a generar a mediano y largo plazo nuevos espacios y significados para describir el comportamiento de nuestra sociedad, además de comprender nuestra posición como tachirenses, venezolanos y por qué no, humanos.