El Jazz de Arturo Antequera (Entrevista)

Música

Por Raimon Colmenares Cuando Arturo Antequera sacó su primer disco y lo presentó en concierto, me dieron muchas ganas de seguirle la pista y entrevistarlo para conocer su propia visión del estupendo aporte que hizo a la escena musical de la región. Y ahí lo tenía en frente, con su rostro bonachón: Raimon Colmenares: Cuéntame Arturo ¿cómo te iniciaste en la música, y en el mundo del jazz como tal? Arturo Antequera: Comencé a los  12 años, mi mamá fue una de mis primeras maestras de guitarra, y con ella aprendí los acordes… a partir de allí conocí a mis grandes maestros

Por Raimon Colmenares

Cuando Arturo Antequera sacó su primer disco y lo presentó en concierto, me dieron muchas ganas de seguirle la pista y entrevistarlo para conocer su propia visión del estupendo aporte que hizo a la escena musical de la región. Y ahí lo tenía en frente, con su rostro bonachón: Raimon Colmenares: Cuéntame Arturo ¿cómo te iniciaste en la música, y en el mundo del jazz como tal? Arturo Antequera: Comencé a los  12 años, mi mamá fue una de mis primeras maestras de guitarra, y con ella aprendí los acordes… a partir de allí conocí a mis grandes maestros Rubén Soto y Cheo Cárdenas, en el bachillerato  musical de la escuela Román Valecillos y de ahí mismo me introduje en el género que tanto me gusta: mis maestros que me enseñaron teoría musical eran jazzistas, y me inyectaron su amor por el jazz. A partir de ahí empecé a investigar y a escuchar y me gustó el estilo. Luego tuve la oportunidad de estudiar en España, y me fui también por la parte del jazz, con un guitarrista muy bueno de Salamanca, el profesor Joaquín Chacón en la escuela de música creativa. RC: Ah, es decir que no llegaste a estudiar música con ese estilo entre tus favoritos, sino que fuiste adentrándote allí gracias a tus maestros. AA: Así es, fue gracias a ellos que me gustó tanto, porque ese estilo musical es poco conocido aquí. Aquí los muchachos escuchan sobretodo rock, pop y estilos similares. RC: Por cierto he notado que no te quedas sólo en el Jazz, que has trabajado en proyectos de rock, pop y demás estilos. AA: Sí, antes había trabajado en una banda de música pop que lanzó un par de discos, con algunas composiciones mías allí: baladas, rocksitos… Se llamaba “Caña Loca”. Lo que más me gusta es el Jazz, pero en ocasiones toco esos otros géneros que son más comerciales acá en San Cristóbal para la guitarra eléctrica. RC: Sin embargo el que más te llena siempre es el Jazz… AA: Sí, y el flamenco. Me gusta mucho también, y tengo otro proyecto de jazz con flamenco que se llama “JazzTablao”, y en él se puede apreciar esa fusión de jazz y otros géneros como el funk, el pop, y el flamenco. – – – – – – – – – – – – – – http://www.myspace.com/jazztablao – – – – – – – – – – – – – – RC: ¿JazzTablao Lo vienen trabajando de hace tiempo? ¿Tienen alguna producción? AA: Tenemos un demo grabado, la producción completa no la hemos hecho aun, pero ya tenemos tocando desde el año 2006. RC: ¿En qué estás trabajando en este momento? AA: Ahorita, en la parte de la docencia, me desempeño como profesor de la cátedra de guitarra en el  bachillerato musical del Liceo J.A Ramón Valecillos, y aparte sigo siempre trabajando en la composición; constantemente escribiendo nuevas canciones y reuniéndome con otros músicos para revisarlos y trabajarlos. RC: ¿Ya estás pensando en la próxima producción? AA: Pues ya tengo adelantados algunos temas por ahí… quisiera terminar para este año al menos la parte de pre-producción, que se trata de la composición de los temas y el arreglo, a ver si estamos lanzando el disco para el próximo año. RC: Excelente. Cuéntame cómo ha sido la respuesta a tu primer disco: Días de Inspiración, qué te han dicho  acerca de éste. 062941AA: He recibido muy buenos comentarios del disco. Primero porque fue una experiencia nueva para el público tachirense, ya que no se había hecho algo de estas características en el estado. Aparte, como músicos para nosotros fue una gran experiencia hacer un disco de este género, el jazz fusión, que a pesar de tener su complejidad musical, puede ser apreciado por diferentes públicos sin necesidad de que sean especialistas en  música, que es lo difícil del jazz, pues muchas veces resulta algo denso o complejo para personas que no están metidas a profundidad dentro de la música. Este es un jazz más bien suave, que se puede clasificar dentro del smooth jazz o el jazz fusión. Entonces en líneas generales, ha sido de verdad buena la crítica del trabajo en estos sentidos. RC: Sí, recuerdo la noche de tu concierto en la UNET. Todo el mundo estaba bastante animado. AA: Hubo muy buena respuesta de parte del público. RC: No se veía a nadie aburrido o que no comprendiera la música en el público, estuvo muy dinámico, quiero decir que los movió. AA: Y también por las  características del disco: el análisis hecho de éste, con los otros músicos que me ayudaron en la producción, fue que el disco está bastante variado. Dentro del mismo jazz tiene varios géneros: empieza con un blues (“Chicago Blues”), luego tenemos un swing (“Querido Daniel), luego un smooth jazz, que es el que canta mi esposa Noelia (“No hay amor”), luego hay mas smooth, y al final hay un rock bastante enérgico (“Chimú-Peribeco”). En la estructura del disco está esa dinámica para que el público esté manteniendo siempre su atención en el concierto. RC: Me di cuenta que la presentación iba evolucionando, creciendo. Y por supuesto el final fue tremendo. AA: Al final por supuesto llegamos al punto de oro en el que ya la gente estaba eufórica. RC: Me gustó mucho esa forma de llevar la euforia. AA: Y realmente no fue planificado, es decir, se fue dando. Si pensamos un poco en el orden de los temas pero ya en el momento todo cambia. No es lo mismo planificar el repertorio que   estar ahí. Llevábamos una pauta, pero en el momento hicimos algunos cambios, no tocábamos unos temas sino otros de acuerdo a como íbamos viendo al público, y así se dio la cuestión, y nos resultó bien. 24118_341814802330_694332330_4086142_8011802_nRC: Claro, es una tarea conjunta de ver lo que está pasando, y cómo reaccionan. AA: Exacto, porque si veíamos que la gente se estaba quedando apagada había que darles un tema más movido. Pero todo fue prácticamente en crescendo, con sus matices claro, temas enérgicos y suaves alternados, pero casi siempre la curva fue ascendente. RC: Háblame un poco ahora sobre tus influencias. AA: En la parte guitarrística tengo influencia que considero que para la mayor parte de los guitarristas que quieren escuchar o incursionar en el jazz es obligatoria, me refiero a Wes Montgomery, que es uno de los padres de la guitarra de jazz. Así como estudiar a los padres del bebop, que es un estilo del jazz de los más prolíficos, cuyo principal exponente es Charly Parker, un saxofonista del cual tengo influencia en mi lenguaje y sonido, que ha incidido en las líneas melódicas y el discurso melódico de la mayor parte de los jazzistas. Fue quien marcó prácticamente una era del jazz. Tengo influencias también de guitarristas de flamenco como Paco de Lucía, a quién he escuchado y estudiado mucho. También me gusta oír mucho a otros guitarristas de jazz como Mike Stern, George Benson, que fue como la evolución del estilo del fallecido Montgomery, siendo un guitarrista negro también, pero mucho más actual. Creo que esas son mis principales influencias. RC: ¿Y algo más cercano? AA: Pues mis maestros: el profesor Carlos Eduardo Arellano, me ha influido muchísimo con su estilo. De los músicos latinoamericanos me gusta mucho un guitarrista argentino llamado Luis Salinas. RC: ¿Cómo fue tu formación en Europa? AA: A mí me marcó mucho estar en España y compartir con músicos de gran nivel. Es un ambiente totalmente distinto al que estaba acostumbrado acá, sin menospreciar que uno sea mejor o peor que el otro, pero si es cierto que allá existe mayor organización y el ambiente musical, al menos en la parte del jazz está mucho más fortalecido, hay muchos lugares donde tocar. Yo salía por ejemplo un viernes por la noche, y me compraba “La Guía del Ocio”, una revista sobre las actividades culturales de Madrid los fines de semana, y había una carta inmensa de los músicos de jazz que se presentaban ese fin de semana en distintos locales. A diferencia de aquí que es muy reducido el espacio que realmente tenemos para poder tocar nuestra música. RC: Vaya ¿Qué opinas sobre la cultura musical del Táchira? ¿Cómo piensas que se puede mejorar en cuanto a la apreciación que se tiene de estos géneros musicales como es el jazz? AA: Pienso que la cultura musical del Táchira es sumamente rica, y se puede apreciar esa riqueza en las diferentes agrupaciones musicales: hay coros, como la Coral del Táchira que ha representado a nuestro estado a nivel internacional, el Ensamble Juvenil dirigido por el maestro Alexander Carrillo, la Orquesta juvenil del Táchira, y la Sinfónica Simón Bolívar, las bandas, las agrupaciones de música tradicional como Raíces de Venezuela o Cuerdas Andinas. Realmente creo que es muy completa, pero falta un poco más de apoyo, o ya esperar un poco más de seriedad y tomar más en cuenta al jazzista: tal vez aquí porque uno toca una guitarra eléctrica o una batería,  lo ven como un rockero, o no lo ven como un músico serio, entonces pienso que ese paradigma ya hay que romperlo, es decir, hay guitarristas que vemos la música con mucha seriedad, tal como la puede ver un estudiante de piano, violín o clarinete, que son instrumentos de música clásica, así uno toque un instrumento que se haya popularizado y se asocie con géneros que no son muy serios por así decirlo. Pienso que hay que darle un poco más de valor a este tipo de músicos que nos hemos inclinado por el jazz. RC: Por supuesto, en la mayoría de los eventos que se organizan en la ciudad vemos que lo que abunda es sobre todo el tipo de  rock que como dices, no es muy serio, o no requiere de una disciplina como la que implica el jazz. Digamos que no es tan académico. Claro que es lo que más se promociona y vende al público, pero me he dado cuenta que una parte de ese público también puede llegar a apreciar, y de hecho aprecian al jazz fusión y otros géneros similares. Creo que se puede trabajar en ello, desde la  promoción y, como dices, el cambio de esa visión que se tiene del músico de jazz. AA: Tal vez en esa parte de los eventos que se organizan acá en el Táchira sí tengo muchas críticas en cuanto a qué han traído… bueno, no voy a mencionar a ninguno en particular, pero habiendo tan buenos grupos musicales aquí, traen al mismo grupo de vallenato o no sé cual música norteña y lo presentan como si fuera la octava maravilla del mundo, cuando uno se da cuenta de que la música es muy mala, y no sólo la música, también la letra, que sólo expresa despecho, y ningún mensaje positivo. Pienso que la visión que tiene el empresario de los eventos del público tiene que cambiar, porque tal vez ellos piensan que a todo el mundo le gusta lo más chabacano, y no se dan cuenta que existe gente que como vimos esa noche en la UNET puede apreciar conciertos de jazz y de cualquier estilo musical, no siempre hay que traer el mismo grupo de vallenato, o el mismo grupo de reggaetón, porque hay muchos grupos. RC: Sí, al parecer no logran abrir bien las puertas a esa inmensidad y variedad que existe en tantos tipos de música, porque siempre hay público para todo. Pero también sucede que  mucha gente tampoco se entera de la variedad de opciones que aun así existen. AA: También creo que es falta de difusión. Pero esa es como la meta que tenemos, y estamos trabajando en eso, la idea es producir, producir y seguir grabando, porque nada sacamos de estar criticando a los demás y no grabar nada. ¿Cómo podemos combatir o competir con esos otros grupos? Diciendo “aquí está mi producción, este es mi disco, escuchen mi música”, sobre todo hay que mostrarla. RC: Y fue lo que hicieron en la universidad aquel día. Precisamente en la comunidad universitaria es donde se ve que los jóvenes se encuentran con todos esos conocimientos universales y culturas universales que les abren un poco la visión que muchos tienen, de que lo único que hay por acá es reggaetón o vallenato y que hay que quedarse con eso. Aquel día demostraron a los estudiantes que aquí no hay siempre más de lo mismo, y que sobre todo hay mucha calidad. AA: Pienso que eso fue lo más importante de aquella noche. RC: Para terminar, háblame sobre los otros músicos acá en el Táchira que se concentran en ese maravilloso género que es el jazz. AA: Obligatoriamente menciono primero a Carlos Eduardo Arellano que es reconocido como el padre de los jazzistas, tanto en el Táchira como en Venezuela. Fue uno de los primeros músicos que empezó a incursionar en el género, ya desde los años setenta estaba metido allí. También están mis maestros: Rubén Soto, excelente pianista y muestra de talento autóctono que nos ha representado a nivel internacional con su “Rubén Jazz Trío”, Cheo Cárdenas que es un formador de percusionistas, padre de todos los bateristas y percusionistas en el Táchira y sigue desempeñándose tanto como ejecutante como director en la Orquesta Juvenil del Táchira. Mi hermano Raúl Antequera, excelente pianista, y Ezequiel López, un bajista muy talentoso que lleva ya varios años acá en San Cristóbal. Esos son algunos, no somos muchísimos, pero somos los que estamos. RC: Por supuesto, pero se nota la calidad por encima de la cantidad. Muchas gracias Arturo, por la entrevista; y por entregarnos ese Jazz tan extraordinario. Esperamos tus próximo conciertos en la ciudad. Los dejo con un video de Arturo tocando uno de los temas de Días de Inspiración, «Querido Daniel»: Raimon Colmenares Fundación Cultural Bordes.
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