Paula Sibila
2016
Fundación Cultural Bordes
32 páginas
Ese corte radical, más allá de las obvias continuidades, se debe a que la materia que conforma cada uno de esos dos organismos vivos es diferente. Su materialidad se piensa como siendo distinta y, además, se la puede manipular de otras formas. La primera planta se moldea o se «corrige» desde afuera hacia adentro: su envoltorio exterior o su cáscara es presionada mediante el uso de rudas técnicas mecánicas y analógicas. En cambio, la segunda planta se proyecta desde adentro hacia afuera: se la programa a partir de su núcleo interior —es decir, su substrato molecular o celular— recurriendo a métodos mucho más sofisticados que son de índole biotecnológica y de inspiración informática. Por eso, podría afirmarse que estos últimos procedimientos son más cercanos al universo digital que al analógico, y apuntan a reprogramar algo considerado imperfecto por naturaleza en vez de intentar corregir ciertos desvíos de la normalidad.

En este ensayo, la reconocida investigadora Paula Sibilia (antropóloga y comunicóloga) examina la profunda transformación en la relación contemporánea entre la tecnología y el cuerpo orgánico.
El texto plantea una ruptura histórica y epistemológica al contraponer dos paradigmas de intervención corporal:
Sibilia argumenta que el cuerpo ha pasado de ser visto como un artefacto industrial (hardware de engranajes) a una máquina comandada por un software (el código genético o ADN). Esta nueva visión, que convierte la vida en información manipulable y digitalizable , no solo busca eliminar fallas, sino también optimizar y mejorar características consideradas normales, abriendo el horizonte hacia una humanidad y una biósfera redefinidas como post-orgánicas. El ensayo invita a la reflexión crítica sobre las implicaciones de esta mutación para la condición humana en el siglo XXI.