Crónica en tiempos de cuarentena. Por Pedro Maldonado

Literatura, Publicación

Capítulo 1: Movimiento Allegro molto vivace Leyendo y buscando significado de algunas palabras, volví a colocar mis ojos en los “selváticos” cuentos de Horacio Quiroga, de ellos su fabulosa Anaconda y el terror en El almohadón de plumas. Lo mismo con La peste, de Albert Camus, viva en la Venezuela donde en plena barbarie, cada quien saca sus miserias para obtener provecho. Acompañan los versos del gran Mario Benedetti y José Asunción Silva, en teatro el amigo Moliére sigue vigente con su “Tartufo”, presente como rasgo humano. ¿Inevitable? Capítulo 2: Movimiento Allegro con brío Terminé de escribir un cuento que

Capítulo 1: Movimiento Allegro molto vivace

Leyendo y buscando significado de algunas palabras, volví a colocar mis ojos en los “selváticos” cuentos de Horacio Quiroga, de ellos su fabulosa Anaconda y el terror en El almohadón de plumas. Lo mismo con La peste, de Albert Camus, viva en la Venezuela donde en plena barbarie, cada quien saca sus miserias para obtener provecho. Acompañan los versos del gran Mario Benedetti y José Asunción Silva, en teatro el amigo Moliére sigue vigente con su “Tartufo”, presente como rasgo humano. ¿Inevitable?


Capítulo 2: Movimiento Allegro con brío

Terminé de escribir un cuento que tenía en pausa, titulado “Héroes contra monstruos”, la historia de un niño que tiene miedo a la noche y a la escuela. Ya comencé un tríptico teatral sobre el tema de la guerra. ¡Vaya conflicto! Veremos qué sale… también notas en Facebook, aprovecho esa vía para llegar a toda la bolita del mundo.


Capítulo 3: Movimiento Andante con moto

Disfrutando una ensalada musical con los Conciertos de Brandeburgo y el Magnificat de Bach, al igual que las Sinfonías de Beethoven, de estas la IX, levitando en su glorioso IV Movimiento con Schiller y su poema Oda a la Alegría. En jazz no podían faltar Miles Davis, Glenn Miller, Dizzi Gillespie y la voz “cavernosa” de Armstrong llevada a la trompeta. El pentagrama de esta suculenta ensalada se extiende a Roberto Carlos, los boleros-rancheros de Javier Solís, los merengues de Juan Luis Guerra y la salsa brava. Tenía tiempo que no disfrutaba algunas de sus creaciones… la cuarentena dio espacio para su digna presencia.


Capítulo 4: Movimiento en “Dolor Mayor”

Lo que “Cortoelet”, digo Corpoelet, puede permitir: Películas y documentales en televisión. Casi todas quedan mutiladas justo al final cuando “Cortoelet” aparece súbitamente con su mortal guadaña… y se gana su mentada de madre. Afortunadamente antes de la cuarentena y que “social”, un amigo nos grabó varias series, entre ellas La Casa de papel y Juego de tronos. Cuando la portátil queda cargada nos damos suculento banquete. Ese amigo hace honor a la solidaridad.
Y de internet, “unas veces no hay y otras tampoco”. Cuando logro difundir notas y material literario grito: “Misión cumplida”.

Capítulo 5: Movimiento “hogareño”

Haciendo de todo un poco, siempre hay cosas pendientes, recordamos lo que faltaba y lo que sigue en la larga lista de esto y aquello. Pasan las horas volando y aún hay tareas que esperan ser culminadas. “Quédate en casa” dice la consigna a nivel mundial… ya lo sabemos y cumplimos.
A distancia obligada está la familia y amistades, platicamos cuando la telefonía lo permite, pero a veces toca por “señales de humo”. Ellos también tienen su singular encerrona, igual mi hijo que está a diez mil kilómetros de Venezuela. Aquí, muy cerca nos acompaña el escándalo nocturno del perro Bombón de la vecina y el canto del gallito que vive más allá.
¿Situación del país? Es inevitable tocar este tema, especialmente cuando sabemos de gente que está pasando hambre o no puede comprar sus medicinas. Prometimos no tocar este tema a la hora de comer y ahí vamos. Ganamos endorfinas viendo las estrellas, la luna y nos reímos con los chistes que envía la vecina con su whatSapp. De casa sólo estamos saliendo cada quince días. ¿Adivina a qué?


Capítulo 6: Movimiento Protesta y ruido

Estoy encerrado pero escucho en la calle y en la ventana de cada casa, las quejas de los precios de la comida, los inhumanos cortes de luz y cómo hacer tareas escolares online si no hay las condiciones adecuadas para cumplir la orden del ministro. Por esto mi vecina pega gritos… también mentaditas de madre y volvimos a dar cacerolazos.
¿Cómo quedarse en casa sin comida ni medicinas? Acaban de aumentar el salario mínimo, no llega ni a 3 dólares. La voraz inflación ríe a carcajada y el hambre galopa sin misericordia alguna… como dijo el vecino: “Si no morimos del coronavirus moriremos de hambre”. Pero han de venir mejores auroras, claro que sí, pondremos energías en este acto de fe y lucha por Venezuela.
Y como guinda de la torta, el vecino haciendo ruidos, sigue en su incesante tortura violando las normas de convivencia. Me pregunto quién me tortura más, la inflación, el régimen o el vecino. ¡Dios!


Capítulo 7: Movimiento andante con moto… digo, sin moto

Echamos los muebles de la sala a un lado para convertirla en espacio teatral, es otro laboratorio para ensayar dos obras que al terminar la pesadilla-toque de queda que vivimos, podrán entrar a escena aquí y allá.
Capítulo 8: Movimiento “corporal”.
Hay que cuidar la casa que nos envuelve. Por ello, la hora del ejercicio se hizo presente, no para ir a las Olimpiadas. Nada de karma, media hora bien disfrutada es suficiente para cuidar nuestro cuerpo.
Y finalizo con oda de incógnitas”: En esta barbarie del coronavirus emergieron nuevos héroes y heroínas, siempre existieron pero sin publicidad. El mundo se movió allegro molto vivace para enfrentar este particular virus. ¿Por qué no hacemos lo mismo -sin hipocresías ni intereses- para enfrentar la pandemia del hambre y proteger el planeta? ¡Qué preguntica la mía!

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