Creatividad, sonrisa y salud (Ensayo)

LIMBO

Por Dizzi Perales El hombre siempre ha sido objeto de reflexiones en el mundo de la filosofía. Muchos han sido los autores que desde la antigüedad se han acercado a él tratando de comprender su realidad, sus dinamismos internos, su relación con el ambiente y con los otros. En este caso nos acercamos al hombre en relación con la salud, y desde un interés muy particular, pues necesitamos comprender, aproximarnos a cómo nuestro trabajo en cuanto Payasos de Hospital tiene que ver con la salud. Pues para muchos se trata de “llevar un momento de alegría a los niños” Pero

Por Dizzi Perales

El hombre siempre ha sido objeto de reflexiones en el mundo de la filosofía. Muchos han sido los autores que desde la antigüedad se han acercado a él tratando de comprender su realidad, sus dinamismos internos, su relación con el ambiente y con los otros. En este caso nos acercamos al hombre en relación con la salud, y desde un interés muy particular, pues necesitamos comprender, aproximarnos a cómo nuestro trabajo en cuanto Payasos de Hospital tiene que ver con la salud. Pues para muchos se trata de “llevar un momento de alegría a los niños” Pero ¿se trata sólo de esto? ¿Llevamos alegría o contribuimos de manera más profunda? Este año participé en unas jornadas de pedagogía hospitalaria en San Cristóbal y una de las ponentes expresaba, más o menos con estas palabras: “Para nadie hay duda de que nosotros somos cuerpo y alma” Es como si tuviésemos dos partes, a las que hay que atender, pero en el fondo se entiende que una cosa es lo que tiene que ver con el “cuerpo” y otra la que tiene que ver con el “alma”, siguiendo este esquema: los médicos, enfermeras, especialistas tienen que hacerse cargo del cuerpo; y los familiares, amigos, y añadiríamos los payasos, nosotros, nos hacemos cargo del “alma”. Los psiquiatras, del cuerpo; los psicólogos, del alma. Diríamos: “Cada quien a lo suyo”. Así, dividimos lo relacionado con la salud de igual manera: salud del cuerpo y salud del alma. Nosotros los payasos, en este esquema, aportaríamos a lo relacionado con la con la salud emocional, psicológica y espiritual de los niños y niñas hospitalizados. Sin duda alguna, esta idea supera con mucho a la concepción del materialismo o naturalismo antropológico, para quienes en su forma más radical la realidad del hombre quedaría agotada en sus puras operaciones físicas o psicosomáticas, neutralizándose así lo relacionado con la intimidad personal; Desde el naturalismo en su forma clásica se ha concebido a la salud como la normalidad, equilibrio o armonía. facts-about-the-human-bodySiguiendo a Laín Entralgo pongamos algunos ejemplos que muestran esta concepción desde la antigüedad: según Alcmeón está sano el hombre en cuya naturaleza se hallan armoniosamente equilibradas las diversas contraposiciones que forman lo caliente y lo frío, lo húmedo y lo seco, lo amargo y lo dulce, y las demás potencias de la naturaleza animal. Hipócrates, filósofo, manteniendo la misma concepción de equilibrio, más que referirse a las potencias y propiedades, habla del equilibrio de los <<humores>> que materialmente la soportan; Platón va más allá, y considera que sin el buen orden del alma –la sophrosyne‐ no es posible la salud. Seguimos pues con la idea de equilibrio, armonía, recta y bien mesurada proporción. Pero además hay que añadir a esto que la perfección moral comienza a estar ya vinculada directamente con la salud, pero este tema que alcanza para nosotros su punto máximo con Lombrosio no nos compete ahora. Avanzando en este recorrido histórico hubo filósofos que plantearon una concepción de la salud más personalista: se hablaría de la armoniosa composición de dos elementos: el equilibrio psíquico y somático de la naturaleza humana. En este proceso mucho tiene que ver los aportes de Freud y de sus discípulos quienes comenzaron a aplicar el psicoanálisis freudiano, desde el punto de vista a la vez interpretativo y terapéutico al dominio de las enfermedades tradicionalmente concebidas como orgánicas. Así como a la introducción de las llamadas “ciencias del espíritu”, luego llamadas “ciencias del hombre” en la consideración del enfermo; la iniciación de lo que se llamó patología biográfica, el nacimiento y auge de una medicina psicosomática en Estados Unidos (1939); la psicología fenomenológica y analítico‐existencial, la neurofisiología, la sociología. (Para quienes estén interesados sugiero la lectura del artículo la personalización de la enfermedad de Laín Entralgo) De este modo, históricamente, según Laín Entralgo nos iríamos adentrando en lo que consideramos enfermedad, es necesario reconocer que lo que a continuación se expresa encuentra apoyo y fundamento en la propuesta antropológica del Xavier Zubiri. Nos dice: “La situación vital que llamamos estado de enfermedad es siempre psicosomática, porque en ella se integran unitariamente desórdenes de carácter somático, a veces todavía desconocidos, y sentimientos e interpretaciones de naturaleza psíquica, y se constituyen como efecto de otra situación vital también unitariamente psicosomática –por ejemplo, la que de consumo determinan el microbio patógeno, la edad, la profesión, la peculiaridad constitucional, el estado metabólico y la actitud, a veces subconsciente frente a la propia vida‐, a cuya unitaria integridad es preciso referir metódica y fundamentalmente la etiología y la patogenia de la enfermedad en cuestión. “ Detengámonos en la antropología de Xavier Zubiri para comprender lo que aquí se ha señalado de manera densa, y así avanzar en el alcance de nuestra misión. child HeadPara Zubiri el hombre no es la unión de dos partes diferenciadas, que para muchos son separables, a saber, el cuerpo y el alma. La realidad hombre se comprende desde la unidad, pero no una unidad en la cual existe un predominio del alma sobre el cuerpo, en cuanto tendríamos el alma como forma de la materia cuerpo, antigua concepción del hombre en cuanto cuerpo animado. Para el autor el hombre se entiende en cuanto sistema. En dicho sistema podemos diferenciar, sólo intelectivamente, pues es meramente formal esta distinción, dos subsistemas: el subsistema orgánico y el subsistema psíquico; de hecho cada uno de ellos no pueden darse en la realidad por separado; y lo más importante para nosotros es que en ninguno de estos dos subsistemas descansa la realidad hombre, pues éste sólo se encuentra en la unidad psico‐orgánica que el autor ha denominado sustantividad. Con ello quiere contrarrestar la concepción de una sustancia en el hombre, pues para el autor existen muchas sustancias, al modo de nodos en una red, pero una sola sustantividad: el hombre. Lo propio del hombre no es tener una sustancia, sino ser sistémico. Consideramos pertinente citar a Zubiri para comprender lo que nos quiere expresar con su propuesta: “Esta unitariedad no significa tan sólo que la actividad humana es «a la vez» orgánica y psíquica, porque esto supondría que hay dos actividades, una psíquica y otra orgánica. Y lo que afirmo es exactamente lo contrario, a saber, que no hay sino una sola y misma actividad, la del sistema entero en todas y cada una de sus notas. La actividad tiene siempre carácter de sistema. Ciertamente, esta actividad es por ello mismo compleja, y en ella dominan a veces unos caracteres más que otros. Pero siempre, hasta en el acto en apariencia más meramente físico‐químico, en realidad está siempre en actividad el sistema entero en todas sus notas físico‐químicas y psíquicas. Y repito, no se trata de que sea uno mismo el «sujeto» de todas sus actividades tanto orgánicas como psíquicas, sino de que la actividad misma es formalmente una y única, es una actividad sistemática por sí misma, por ser propia del sistema entero, el cual, en todo acto suyo está en actividad en todos sus puntos; algo así como los distintos niveles y ondulaciones de una superficie liquida.” Ejemplifiquemos pues para comprender lo que aquí deseamos afirmar. En el hombre tendríamos pues dos subsistemas cada uno de ellos con infinidad de notas, algunas como veremos de carácter físico químico, y otras de carácter más psíquico. Podemos mencionar: los órganos, los sentidos, las proteínas; y al mismo tiempo la creatividad, la inteligencia, la imaginación, la relacionalidad; entre otras notas constitutivas. Cada una de ellas ocupa un lugar determinado dentro del sistema que el autor denomina “organización” este lugar indica el modo como cada nota ejerce una función específica respecto de las demás, nos dice Zubiri: “El sistema determina la función de cada nota, y la expresión de esta determinación estructural es la significación. Así, las proteínas tienen una posición muy determinada en el viviente animal; pero si el viviente es humano, su posición o determinación estructural es más amplia, y por tanto distinta: por ejemplo, tienen una función para la intelección o la volición, etc. Recíprocamente, estas notas psíquicas tienen una posición muy determinada respecto de las proteínas: todo trabajo intelectual moviliza necesariamente proteínas, etc.” ¿Cómo relacionamos lo que hasta el momento hemos expuesto con la contribución del Payaso a la salud? La manera más inmediata que se nos ocurre para que podamos entender esto es a través de la risa. qfhp6fqqrwy2sdc_(1217)_550x400¿Reír es una actividad psíquica o una actividad orgánica? Para nosotros es una realidad de todo el sistema psico‐orgánico, recordemos que el hombre es unidad. Entre los beneficios de la risoterapia encontramos: -Es un buen ejercicio físico, ya que ponemos en marcha 400 músculos, incluidos algunos del estómago. Es el ejercicio aeróbico más sano. Se ha comprobado que un minuto de risa equivale a 45 minutos de relajación. Con el ejercicio físico que realizamos al reírnos, aumentamos la actividad del diafragma, el tórax y los pulmones. -Los huesos de la columna vertebral y las cervicales, donde solemos acumular las tensiones, se estiran. -Lubricación y limpieza de los ojos con lágrimas. Las carcajadas hacen vibrar la cabeza, despejan la nariz y el oído. También elimina toxinas del organismo. -Entra el doble de aire en los pulmones y la piel se oxigena más. -Favorece la producción de endorfinas y catecolaminas en el cerebro, que ayudan a un buen equilibrio psíquico de la persona y a combatir el dolor, lo que ocasiona a la persona cierta sensación de bienestar. Provoca gran serenidad, reduce la ansiedad y el estrés y aumenta la creatividad. -Mejora las relaciones humanas y la calidad de vida. -Genera una actitud positiva estimulante para cambiar la forma de vida. -Ayuda a encontrarnos mejor con nosotros mismos y con los demás. -Refuerza la seguridad en uno mismo, así coma la autoestima. -Previene problemas digestivos, migrañas, problemas cardiovasculares, arteriosclerosis, alergias, resfriados comunes, fatiga física y mental, insomnios, fortalece el sistema inmunológico,… -Amortigua el cansancio y el agotamiento. -Redescubre la alegría de jugar, recuperando la creatividad del niño o niña interior que todos llevamos. Queda pues patente cómo la risa ocupa un lugar dentro de la totalidad del sistema, siempre en relación con otras notas del mismo. Desde esta concepción sistémica, los payasos de hospital no trabajamos en materia de entretenimiento‐diversión sino de salud, pues las distintas dimensiones del hombre se encuentran completamente interrelacionadas. Las notas tendrán además un momento de “solidaridad”, constituyendo una complexión y cohesión entre ellas. De manera que lo que ayuda o contribuye al beneficio de una de estas notas contribuye al bienestar del sistema en su totalidad. Podemos afirmar pues que la creatividad, la ilusión, la alegría, el disfrute de la vida, aportes propios del payaso, contribuyen a la mejoría del sistema en su totalidad; así como el sentimiento de tedio, frustración, desánimo, tristeza tienen sus correspondientes orgánicos y afectan al sistema en su totalidad. Al ser todas las notas del sistema interdependiente, tendríamos que todas las notas psíquicas son solidarias de las notas orgánicas. Los payasos de hospital trabajamos procurando la salud de manera no indirecta sino directa, aunque como podemos entender hay unos efectos más mediatos y otros inmediatos. Pero además, Laín Entralgo señalaba en el texto que leímos a propósito de la enfermedad, que hay otros elementos a ser considerados y mencionaba: la edad, la profesión, la peculiaridad constitucional, el estado metabólico y la actitud; y la razón sigue siendo la misma: estas notas también forman parte del sistema y lo afectan en su totalidad. Desde esta visión sistémica, tenemos que para atender a la salud del niño o niña paciente no sólo debe procurarse el bienestar orgánico o el bienestar psíquico, sino que al estar estos interconectados, al procurarse una mejoría en lo psíquico se establece la mejoría en lo orgánico, y viceversa; pues no existe organismo sin psique, ni psique sin organismo; mi organismo es de esta psique, y mi psique es de este organismo. Siempre estamos abordando al hombre desde la unidad y solidaridad que se concluye. 998688_10201527941868247_417284761_nDando un salto de lo individual a lo colectivo, tenemos que desde esta concepción de sistema, todos los que participan del ámbito en el cual se desenvuelve el niño y la niña hospitalizados forman parte de su realidad, al modo que su edad, su estado anímico, su actitud, etc. Pues pasan a constituir notas que influyen directamente al niño; y aquí podemos mencionar a los padres, familiares, enfermeras, médicos. Todos en el hospital formamos también un gran sistema, incluidos los payasos; que también como realidad somos interdependientes y actuamos de manera solidaria, y es importante también tener conciencia de este aporte. En la medida en que los médicos, enfermeras, familiares, se encuentren bien, apuesten por la vida, sonrían, liberen tensiones; en esa misma medida el niño y la niña recibirán una mejor atención y cuidados. Y este es un aporte que no podemos despreciar o minusvalorar. Si por el contrario el ambiente se encuentra tenso, falta de ilusión y de esperanza, de parte de médicos, enfermeras, e incluso payasos, tendrán una repercusión en el sistema en su totalidad y en la salud del niño en particular. Muestra de ello es el antes y después de la visita en el hospital. Finalmente, deseo abordar otro tema en relación con la salud, para ello partiré una cita que Laín Entralgo hace de Stuttgart en 1949 “Salud ¿para qué? No vivimos para estar sanos, sino que estamos y queremos estar sanos para vivir y obrar” y Aquí encontramos una tercera contribución de los Payasos en los Hospitales: Hacer patente el valor de la vida y el valor de lo humano. El Payaso profundamente humano, humaniza y llena de vida los momentos difíciles. Expresa con su vida, pensar y obrar que hay dimensiones trascendentes en el hombre que no pueden ser olvidadas ni negadas ni siquiera en situaciones de enfermedad. Ni en la salud ni en la enfermedad podemos quitar el amor, la vida, la pasión, la construcción de futuro; de lo humano. En tal sentido, el payaso es un poeta en todo el sentido de la palabra, un creador, que se encarga de recrear la vida. De vivir desde lo que nos enseña el Principito “He aquí mi secreto. Es muy simple: no se ve bien sino con el corazón. Lo esencial es invisible a los ojos” Y es que parafraseando lo que María Zambrano dice del Poeta: El Payaso “enamorado de las cosas se apega a ella, a cada una de ellas y las sigue a través del laberinto del tiempo, del cambio, sin poder renunciar a nada: ni a una criatura ni a un instante de esa criatura, ni a una partícula de la atmósfera que la envuelve, ni a un matiz de la sombra que arroja, ni del perfume que expande, ni del fantasma que ya en ausencia suscita” El Payaso vive apegado a la vida y se encarga de comunicar esta vida, aferrado al instante: ama, y con este amor de manera solidaria contribuye desde la creatividad y la sonrisa a la salud. ¡Muchas Gracias! Referencias Bibliográficas: AAVV (1995) Del sentido a la realidad: Estudios sobre la filosofía de Zubiri. Madrid: Trotta. Laín Entralgo, Pedro (1996) Ser y Conducta del Hombre. Madrid: Espasa. Zambrano, María (2005) Filosofía y PoesíaMéxico: Fondo de Cultura Económica. Zambrano, María (2005) Hacia un saber sobre al AlmaMadrid: Alianza Literaria. Zubiri, Xavier. El hombre y su cuerpoDisponible on line en http://www.zubiri.org/works/spanishworks/hombrecuerpo.htm ______________________________________ Dizzi Perales, sj. Universidad Católica del Táchira Doctor Yaso dizzicircus@gmail.com
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