Carta 3 / Andrea

Literatura, Mujeres en Correspondencia, Publicación

8 de mayo, 2020 ¡Hola! Me pongo a escribir esta carta pensando en tantas cosas que tú describes con aire tan elegante jajaja que parecen propias de un libro…. Hoy me pasó de todo, porque no entiendo qué pasa con este mundo que me siguen creciendo los enanos en el circo…. Los planes como que salen mal, las cosas se descomponen, el mundo te da la vuelta y quedas siempre como al contrario de lo que tú pensabas. Tengo malo el aire de mi cuarto, el condenado ahora se congela y empieza a escupir hielo a las 3:00am. Para no calarme

Carol Rama, Nonna Carolina, 1936, acuarela sobre papel, 24 x 35 cm. Imagen extraída de Artishock: https://artishockrevista.com/2014/10/29/queer-povera-la-pasion-segun-carol-rama/

8 de mayo, 2020

¡Hola! 
Me pongo a escribir esta carta pensando en tantas cosas que tú describes con aire tan elegante jajaja que parecen propias de un libro….
Hoy me pasó de todo, porque no entiendo qué pasa con este mundo que me siguen creciendo los enanos en el circo….
Los planes como que salen mal, las cosas se descomponen, el mundo te da la vuelta y quedas siempre como al contrario de lo que tú pensabas.

Tengo malo el aire de mi cuarto, el condenado ahora se congela y empieza a escupir hielo a las 3:00am. Para no calarme el calor decido que iré al cuarto de mi hija, donde hay una litera, pero curiosamente no se puede dormir en la parte de arriba porque justo allí está ubicado el aire acondicionado y te pegaría directamente en el cuerpo (sería insoportable).
Decido bajar el colchón de esa cama, para ponerlo en el piso. Mi hija pide primero el piso, a mí me toca la cama. Pienso: “ese colchón tiene mucho tiempo allá arriba sin usar, voy a quitarle la sábana, eso se lava en un momento y se secará en minutos… en una hora estoy lista para vestirla y acostarme a dormir”

Pues la lavadora, que parece también mujer, se volvió loca y entonces pasa del exprimido al llenado una y otra vez sin terminar de exprimir la ropa, así que te toca a media noche sacar las sábanas, exprimirlas a mano, meterlas en la secadora, y buscar otra para dormir.

En la mañana me levanto dispuesta a reparar el daño de la lavadora: La tumbo, desarmo, limpio, reviso, mato dos o tres arañas que vivían allí adentro… Luego armo, levanto, acomodo (todo eso sin contar que no veía bien. Necesitaba una luz, siempre se pierde un tornillo, siempre necesitas una herramienta que no sabías y te tienes que parar innumerables veces a buscar algo). Mi hija me llama porque se quedó trancada en dos problemas de matemáticas. Explico, vuelvo a la lavadora, conecto mangueras, electricidad, tierra, desagüe…. La prendo, empieza a funcionar y de pronto hace el ciclo pero no exprime. Cuando se apaga, tengo que exprimir la ropa manual… Y yo me pregunto, «!Coño, si en esta cuarentena lo menos que he hecho es lavar! ¿Por qué se vuelve loca la lavadora?»…. Una amiga me dice: «Tranquila, a la mía le pasó eso una vez, la dejé de reposo varios días y después se le quitó”.
Definitivamente, yo creo que los equipos electrónicos tienen algo de vida propia.
En conclusión, la espalda me duele horrores y apenas empiezo a hacer el almuerzo y son las 7 de la noche jajajajaja. No se puede forzar el cuerpo después de los 40.

Andrea

 
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