Aquiles Nazoa, el humor y el amor por la palabra

Dias inciertos, Literatura, Publicación

por Anderson Jaimes Grupo de investigación Bordes San Juan de Colón, mayo de 2020 Hace 100 años, el 17 de mayo de 1920, nació en Caracas, en la barriada del Guarataro, Aquiles Nazoa. De padre jardinero y de madre ama de casa, muy pronto comenzó a trabajar para ayudar al sustento de su familia, mientras sigue su formación a través del estudio autodidáctico. Fue aprendiz de carpintería, telefonista y botones en el hotel Majestic, empleado en una bodega, hasta que en 1935 comienza a trabajar en el diario El Universal como empacador, archivista de clisés y corrector de pruebas y

por Anderson Jaimes
Grupo de investigación Bordes
San Juan de Colón, mayo de 2020

Hace 100 años, el 17 de mayo de 1920, nació en Caracas, en la barriada del Guarataro, Aquiles Nazoa. De padre jardinero y de madre ama de casa, muy pronto comenzó a trabajar para ayudar al sustento de su familia, mientras sigue su formación a través del estudio autodidáctico. Fue aprendiz de carpintería, telefonista y botones en el hotel Majestic, empleado en una bodega, hasta que en 1935 comienza a trabajar en el diario El Universal como empacador, archivista de clisés y corrector de pruebas y textos. Aprende francés e inglés y sirve de guía de turistas en el museo de Bellas Artes. Es enviado como corresponsal del diario a Puerto Cabello, allí un artículo suyo donde critica la indolencia de las autoridades locales en la campaña antimalárica, le cuesta la cárcel en 1940.

Regresa a Caracas, trabaja en radio tropical y mantiene en El Universal la columna “por la misma calle”. Se incorpora al diario “Últimas Noticias” donde empieza a publicar sus poemas humorísticos. Forma parte de “El Morrocoy Azul” donde publica su “Teatro para leer”. A partir de 1943 colabora en “El Nacional” y comienza a publicar poesías humorísticas e infantiles. Colabora en la “Revista Élite” y dirige la revista “Fantoches”. En 1946 se inscribe en el Partido Comunista de Venezuela. En 1948 obtiene el Premio Nacional de Periodismo. En 1953 funda la revista “El tocador de señoras”. Entre 1955 – 1958, marcha al exilio por el ambiente poco propicio en pleno auge de la dictadura. De nuevo en la capital, colabora en “Dominguito”, publica en “Una señora en apuros” y el “El fósforo”, llamado así porque “en cualquier momento lo raspan”, tal y como ocurrió con casi todas esas publicaciones clausuradas por el gobierno de Betancourt en 1960. Sigue publicando su trabajo de costumbrista, de poesía y obras en prosa. En 1967 gane el Premio Municipal de Literatura del Distrito Federal por su obra “Caracas física y espiritual”. Durante los 70 prepara otros libros mientras mantiene el programa “Las cosas más sencillas” y dicta conferencias por todo el país. Muere en un accidente automovilístico en la autopista Caracas – Valencia el 25 de mayo de 1976.

Un humorista que investiga sobre el humor

El humorismo venezolano ha tenido un largo desarrollo. De la oralidad inicial, común al devenir de los pueblos, pasó a la palabra escrita haciendo mofa de costumbres y sátira política. Luego se enraíza en la contienda cívica de oposición a las dictaduras. Por último, va a ocupar importantes espacios en ámbitos literarios tradicionales del siglo XX. Sus manifestaciones fundamentalmente urbanas, se vinculan a los órganos periodísticos en una visión que parte de una óptica provincial para abrirse luego a temas más universales, permeando incluso la literatura como forma de reflexionar plural y jovialmente, sobre los problemas humanos y sociales que aquejan a la humanidad. En su libro “Los Humoristas de Caracas”, Aquiles Nazoa valora el innegable aporte humorístico a la tipología y contextualización de la literatura venezolana: “…precursor modestísimo de casi toda nuestra literatura de ficción, el humorismo aparece en Venezuela como la primera forma de expresión literaria nacional… muy influido por sus precursores españoles, ya antes de finalizar el siglo XIX el género no sólo se ha independizado, y no sólo ha superado en gracia y frescura a sus modelos, sino que ha superado en gracia y frescura a sus modelos, sino que ha definido los tipos, los ambientes y los temas a cuyo rescoldo nace la nueva novela venezolana” (Nazoa, 1972, T.1, pg. 9.) Para muchos esto resulta ser una afirmación un tanto exagerada, pues muchas novelas fundacionales de la literatura nacional, no muestran signos del más mínimo humor. Se considera más bien que ha existido un camino paralelo entre el humor y la novela, que no vienen a toparse sino hasta las décadas maduras del siglo XX.

Aquiles Nazoa coincide con otros estudiosos del tema, al señalar al Pbro. Juan Antonio Eguiarreta como el primer humorista venezolano. Poeta burlesco, hilarante predicador y redactor de cartas por encomienda, se hizo famoso en la Caracas del siglo XVIII y en diversas capitales americanas. “Estos frailes, buen Jesús\ te vistieron de librea\ sin duda porque se crea\ que mereciste la cruz” (Subero, 1988, T1, pg.67) Durante el siglo XIX el humor transita por aspectos temáticos específicos, como los sucesos de carnaval o pascua, la burla a los gobernantes, la pugna entre las facciones y los cuadros de costumbres. Al principio en rudimentarias publicaciones hasta tomar espacios en los periódicos donde imperó la sátira política y el costumbrismo. Igualmente, la caricatura como mensaje autónomo o apoyo a lo escrito, tiene notable presencia. Luis Delgado Correa, ministro de Guerra de Julián Castro, fue un referente de la época con sus poesías festivas, sus cuadros de costumbres y sus sátiras dialogadas. Rafael Arvelo, se presenta como un referente de la sátira política, dedica a Guzmán Blanco una célebre improvisación, recitada mientras mostraba una manzana, que le traería muchas desgracias: “por una cual la presente\ perdió el paraíso Adán\ Si hubiera sido Guzmán\ se come hasta la serpiente”. Nicanor Bonet Peraza, Pablo Emilio Romero (Paolo), Francisco de Sales Pérez, Francisco Tosta García, Miguel Mármol (Jabino), Max Lores, completan el panorama expuesto por Nazoa durante ese siglo.

Alude también dos acontecimientos político literario organizados por intelectuales y estudiantes para mofarse de los gobiernos de turno. La “Delpiniada”, burla de los aires de grandeza de Guzmán Blanco, parodia bufa que se llevó a cabo en el teatro municipal de Caracas el 14 de marzo de 1885 y tuvo como personaje central al ingenuo poeta francisco Delpino y Lamas “el chirulí del Guaire”, a quien impusieron una corona de laureles y colmaron de falsos honores. Joaquín Crespo no perdonaría tal humorada y apresa al poeta y su corte de bromistas. Otra parodia similar sucedería en 1901, como crítica al caudillaje que imperaba en el gobierno de Cipriano Castro. En esta oportunidad fue homenajeado el quincallero libanes Alfonso Sacre, quien por sus meticulosas ínfulas de general fue coronado y vitoreado en lo que se llamó “La sacrada”. Esta cómica hazaña valió la cárcel de sus promotores y el cierre de la Universidad Central. En 1900, en respuesta a la mediocridad post-guzmancista, miembros de la Academia de Bellas Artes, conforma la asociación “El culto a Osiris”, con el propósito de burlarse del entorno decadente mediante estrafalarias órdenes y jerarquías sedicentemente egipcias. Este club duraría hasta 1936.

Desde el comienzo del siglo XX y hasta la muerte de Gómez en 1935, estaría signado por la lucha contra la tiranía de los sectores estudiantiles e intelectuales. La afirmación de Aquiles Nazoa resulta cardinal para entender este proceso del humor venezolano. “ya desde tiempos de Rafael Arvelo comienza a definir el humorismo venezolano el rasgo que en todas las épocas constituiría al mismo tiempo su mayor gloria y su mayor tragedia. Arte utilitario, improvisado al calor de los sucesos del momento su destino literario casi nunca estuvo a la altura de su eficacia política… no por falta de recursos para crear una obra más consciente, sino porque vivían alerta a los reclamos de la conciencia civil, grandes ingenios sacrificaron así sus mejores posibilidades a la voráz actualidad; y jugándose el destino de sus letras con el de sus vidas, a la gloria de figurar en las historias centros literarios como escritores correctos, prefirieron la de comparar en el largo drama social con el carácter de presos políticos profesionales”. (Nazoa, 1972, T.1, pg.9) A esto se agrega el prejuicio en dos vertientes, el que remite al humor a una especie de desván de cultura reservado a lo que sólo puede ser firmado con pseudónimo. Y la propia actitud de los humoristas al hacerse partícipes de tal prejuicio.

Antecedentes directos de Aquiles Nazoa en el panorama humorístico del siglo XX, fueron: Leoncio Martínez “Leo”, poeta, caricaturista, cuentista de anclaje en las razones del pueblo, dramaturgo y miembro del círculo de Bellas Artes, fundador de “Fantoches” su director hasta su fallecimiento en 1941. Francisco Pimentel “Job Pim”, humorista literario, se inicia en “El cojo ilustrado” y en diversos periódicos, autor de una obra plagada de semblanzas risueñas, giros cultos y agudas observaciones de la realidad. Andres Eloy Blanco, poeta de trascendencia continental, cronista, improvisador y orador, supo establecer una conexión con lo popular como muy pocos lo han hecho en Venezuela. Miguel otero Silva, periodista y novelista con una integral visión de lo hilarante en sus poemas festivos, crónicas y teatro lúdico. Nazoa sería la figura central del humorismo contemporáneo. Pero su obra abarca, además, el cuento, el ensayo, la poesía. Organiza periódicos, cultiva el teatro, fue cronista de cine y conferencista, investigador de costumbres y difusor en radio y televisión. Siempre en un lenguaje asequible con gracia, sensibilidad, fervor democrático y solidaridad hacia el pueblo.

El amor por la palabra

Aquiles Nazoa, fue un amante de la palabra y los idiomas, manifestaba su satisfacción y gozo por hablarlos o al menos leerlos. Era reconocida su preocupación por el deterioro del habla venezolana, cosa que expresó en muchas oportunidades. Las palabras y sus significados ocuparon un espacio especial en sus programas de televisión. “A la Cólquide en busca de las palabras”, fue el nombre de uno de los programas del espacio “Las cosas más sencillas” de 1970, transmitido por TVN-5 y transcrito en un libro publicado por la Oficina Central de Información en 1972. Allí las mismas palabras van conduciendo al televidente por un maravilloso viaje. Para ello parte del sitio de origen de su nombre, la antigua Grecia con su toponimia y paisajes escenografía de mitos y fábulas. La Cólquide es una comarca del Asia llamada hoy Mingrelia, sitio donde, según el mito, un dragón vigilaba el vellocino de oro. Vellocino es derivado de vellón, que no es otra cosa que un rizo de lana. Un mito que es la alegoría de la extensión de Atenas al oriente en pos de riquezas, una ilusión semejante a la fábula americana de El Dorado. Para buscar el vellocino de oro los atenienses organizaron la expedición de los Argonautas, nombre que proviene del nombre de la nave utilizada, argos. Argos era el nombre de aquel príncipe que tenía 100 ojos y que cerraba 50 para dormir mientras los otros permanecían abiertos para vigilar. Para ir a la Cólquide se embarcaron 50 semidioses que representaba un par de ojos de Argos. Allí viajarían célebres personajes como Jasón, audaz y sabio educado por el centauro Quirón. Hércules, el hijo preferido de Zeus. Orfeo, metáfora encarnada del espíritu poético que guía la historia griega.

En su viaje visitarían muchas islas, como Chipre, de donde viene el nombre Cipriano. Cipriano viene de Cipris, nombre antiguo de la diosa Venus o Afrodita, que había nacido en una concha marina llamada Ciprea. Al nacer la diosa es conducida a la isla de Chipre por Céfiro, el viento de la mañana. Cipriano sería entonces algo así como “el seguidor de Cipris, la diosa del amor”. Muy propicio el nombre para el gobernante tachirense Cipriano Castro. Muy cerca de Chipre está la isla de Delia. Delia viene de Delos, isla conocida también como las Cícladas, por tratarse de un archipiélago en forma de círculo, que se dice “ciclos” en griego. En Delos nació Astarté, la luna, otra personificación de Venus. Así a la Venus de Delos se le llamó Delia. A veces aparece como Dilis, de donde deriva el nombre Dilia.

Las Cícladas y su disposición en círculo va a tener una rara analogía con la palabra Rancho. Esta procede del francés “rand”, cuya genealogía está en el primitivo alemán “hren”, ambas palabras significan “hilera”. El” hren” evoluciona al “rand” y origina la palabra inglesa “ring”, que significa anillo y por castellano rancho. Esta palabra se relaciona con “rand”, vocabulario militar para designar el círculo de soldados que comían alrededor de un recipiente donde se cocinaba el alimento. Por eso hoy los militares llaman rancho a la comida de la tropa. Con el tiempo, rancho se aplicó a ese refugio inestable para una permanencia breve en el campo y de allí a las viviendas de los cerros de las ciudades venezolanas. Rancho se relaciona con “ring” y de allí el ring de boxeo, no por el cuadrilátero donde están los boxeadores, sino por la distribución de los espectadores alrededor de este. Anillo, por su parte del latín “anellum”, palabra correspondiente al nombre del aparato digestivo.

La palabra Pantalones, en plural, es usada en lugar de su singular pantalón, tal vez por el hecho de ser una prenda dividida en 2 secciones. Los pantalones aparecen en Europa en el año 1400, como una moda impuesta por los venecianos. En Venecia el santo patrono de la ciudad es el famoso médico San Pantaleón, de allí el nombre de la prenda. Sin embargo, el pantalón era ya conocido por los romanos, en algunos frisos del siglo III se ven varias figuras con pantalones. En Suiza y Bélgica, era una prenda distintiva de la aristocracia y por eso, por usar pantalones, eran perseguidos los artistas ambulantes que los usaban por su comodidad y practicidad en los viajes. Durante la Revolución Francesa, el cazón corto con media de seda y zapato de hebilla, era símbolo de los enemigos de la revolución, los ricos monárquicos. Los revolucionarios eran los Sans – culottes, los descalzonados.

La palabra Galería, viene de “galilea”, por referencia a unas de las partes del exterior de las iglesias antiguas donde se representaban las obras de teatro o autos de fe. También se llamó galilea a la parte de las casas hispánicas donde se realizaban las tertulias familiares y las fiestas. Curiosamente en portugués galilea es el nombre que se le da a los cementerios. Viñeta, viene de viña y de la planta de la vis que es decorativa y caprichosa. La viñeta es en tipografía un adorno barroco y florido con que se encabezan las páginas capitulares de un libro o sus tapas. Por sus múltiples adornos, viñeta fue el nombre de la casa donde vivió en Caracas el general José Antonio Páez.

Parapeto, es la palabra para designar los objetos viejos y maltrechos. Esta viene de “parare”, que quiere decir parar y “pectus”, pecho, es decir defender el pecho. Parapeto es un término militar para una trinchera improvisada para defenderse del enemigo y por lo mismo se improvisa de cualquier manera daño en aspecto de una cosa que no está acabada sino hecha de cualquier manera. Pomona fue una deidad femenina de los etruscos, representaba el otoño y era la diosa de los jardines y frutos. De allí se deriva poma, nombre de las manzanas y pomelo, pomarrosa, pomagas. Pomo era un recipiente semejante a una manzana donde se guardaban preparados de manzana llamados pomada. Pómulo es una pequeña manzana y se relacionan con rostros saludables y hermosos como manzanas. Rosario es una sucesión de rosas, de allí el nombre de la camándula diseñada por santo Domingo de Guzmán, donde cada rosa significa una oración para la virgen.

Sospecha viene de “surum”, arriba en latín, de allí que toda palabra que comienza con “sur” quiere decir encima, como surrealismo, por encima de la realidad. También de la palabra “spectrum”, que se relaciona con espectador. Así sospecha viene a significar “mirar desde arriba”. Esquirol, se llama peyorativamente al trabajador que, traicionando la causa de sus compañeros cuando están en una huelga se presta para trabajar, romper la solidaridad y desmoralizar la causa. Es de origen catalán y quiere decir “ardita” que en inglés es “squirrel” y de allí la relación. También se llamó esquirol a los cuerpos policiales que concurren con rapidez a reprimir cualquier movimiento obrero. Joven es una palabra que viene del sanscrito “yu”, que significa crecer, hacerse fuerte, ayudar. De allí se derivó el sánscrito “yuván”, el persa “yvan”, el latin “juvenius”, el alemán “yun”, el ruso “yon” y el italiano “giovinne”, el francés “gen” y el castellano “joven”.

Aquiles Nazoa nos recuerda como los nombres de personas vienen siempre asociados, en su origen, a las cosas más insospechadas. Lenin, nombre con que pasó a la historia el líder de la Revolución Rusa Vladimir Ilich, viene de un hecho personal. Mucho antes de insurgir por el poder, había sido deportado a Siberia, a un lugar llamado Yakutsk, que se encuentra a la orilla del río Lena y en homenaje a ese día adoptó el nombre Lenin. Después del triunfo de 1917, muchos pueblos veían con esperanza esa proeza histórica. En Italia los pobres, los trabajadores, los marginados, colocaban a sus hijos el nombre de Lenin. Cuando se impuso el fascismo Mussolini, mediante una ley especial, obligó a quitarle el nombre Lenin a todo niño que lo llevara bajo pena de prisión para el padre. Lo curioso es que Mussolini, hijo de un revolucionario del siglo XIX, llevaba en nombre de Benito, por la admiración que su padre tenía al héroe mexicano de origen indígena Benito Juárez, que en los años 60 del siglo XIX liberó a México del imperio de Maximiliano.

Los nombres se originan de temas religiosos, de hechos geográficos, pero también de motivos muy pintorescos. En Roma el que nacía durante el amanecer eran considerados como de buen augurio y eran llamados “prima luce natus”, los nacidos con la primera luz. De allí se formó el nombre de Lucio, que se deriva de luz. Así como Lucía. Provenientes del latín lux estos nombres se emparentan con lucir, lúcido y lucido. Lúcido es aquel que tiene la luz interna de la inteligencia y lucido es quien irradia una luz exterior que lo hace admirable. El sol también inspiró nombres muy hermosos, al igual que las estrellas. Ingrid viene de la mitología germana, se relaciona con la tribu ingrinares, ubicada en la región de ingría al sur de Finlandia. Proviene de la raíz “inga”, una deidad que se relaciona con la navegación bajo las estrellas y que acompaña a los vikingos que llevaban siempre su imagen como mascarón de popa. Clotilde es germánico y viene de “gloud” que es gloria y de “geld” que significa batalla. De allí “clotild”, que sería batalla gloriosa o el que peleó con gloria.

Algunos nombres tienen su origen en apodos sugeridos por el aspecto físico o por alguna peculiaridad, como el conquistador Núñez Cabeza de Vaca y los apellidos Becerra, Mantecón, Borrego, Borregales, Piedra, Roca, Palomo, León, Canino, Garzón, De la Cerda, Bocanegra, Colorado, Verde, Blanco, Pardo, Calvo, Manosalva, Matamoros, Delgado, etc. Todos ellos fueron apodos en sus orígenes, como Bacon, que significa “tocino. Caos, tiene como significado original “boca”. Sarcófago, que se asocia con las tumbas, realmente significa “carnívoro”, viene de “sarcos” carne y de “fagos”, comer.

Gladys pudiera derivarse de la gladia romana, espada corta y recta usada por los gladiadores romanos. Podría ser también de origen celta, el nombre Gwladys es mencionado por San Pablo en su epístola a Timoteo que estaba en Éfeso, mundo céltico de las islas británicas. Puede ser también una forma de Claudia, que en latín quiere decir “coja”. De allí claudicar, caer tropezar y el nombre Claudio, aplicado a las personas que cojean. Claudia también significa encerrada, de allí la palabra clausura, que significa cerrar y claúsura, como un aparte dentro de un escrito. Antonio también fue objeto de vacilaciones, algunos lo relacionan con “Antos”, que quiere decir flor, así sería “el florido”. Otros que proviene de la partícula de contrariedad “anti” y de “onos” burro en griego. Antonio sería entonces “el enemigo de los burros”. Mientras que Felipe, por sus componentes griego “filos” amistad e “hipos” caballo, sería “el amigo de los caballos”. También los meses dan origen al nombre de personas y viceversa. Julio viene de Julio Cesar y Agosto de Augusto, emperadores romanos. Martín es el martinus romano, se usó para nombrar a los nacidos en marzo, como homenaje al dios bélico marte. Martín como Marcial significa guerrero. Aquellas personas que comparten el mismo nombre se llaman Tocayos, palabra que viene del azteca “tocaitle” que significa hermano.

Este recorrido de testimonio de como Aquiles Nazoa fue un verdadero maestro, un gran investigador y el creador de un legado de muy alta significación. Cada texto, cada poema, cada conversación de Aquiles, era una experiencia gratificante, pues en él se daban todas aquellas virtudes que conforman la admirada capacidad comunicativa del genuino escritor.

 
Aquiles Nazoa (1972) Las cosas más sencillas. O.C.I. Caracas. Aquiles Nazoa (1972) Los humoristas de Caracas. 2 tomos, Monte Ávila, Caracas. Aquiles Nazoa (2009) La magia del buen decir. U.C.V. Caracas. Efraín Subero (1988) El humorismo venezolano en verso, Ford motor de Venezuela, Caracas. Igor Delgado Senior (2006) “Autor-izado para reir: el humorismo en la literatura”. En: Carlos Pacheco, Luis Barrera Linares, Beatrís Gonzales Stephan (coord.) Nación y Literatura, itinerarios de la palabra escrita en la cultura venezolana. Fundación Bigott, Caracas. Manuel Pérez Vila (1997) “Nazoa, Aquiles”. En: AAVV. Diccionario de historia de Venezuela, Caracas.
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