Antología de nóveles escritores: Alejo Ramírez (Prosa y Poesía)

Literatura

Alejo Ramírez  es el seudónimo de Alejandro José Vivas Ramírez.( Michelena, Edo. Táchira. 1985):   Su inclinación por la escritura aparece desde temprana edad.  Ha participado como actor teatral en la Fundación Travesía Teatro , realizó estudios  en la escuela integral de gastronomía  Asochechef´s, participó en el talleres de poesía de la casa de letras  Andrés Bello dirigido por el poeta  Ernesto Román en 2013 y 2014.  Actualmente cursa estudios en la U.P.T.M.  Klever Ramírez en la especialidad de arqueología y labora como profesor en un colegio privado y desde 2008 como colaborador en un liceo en el ciclo de cultura basico,

Alejo Ramírez  es el seudónimo de Alejandro José Vivas Ramírez.( Michelena, Edo. Táchira. 1985):   Su inclinación por la escritura aparece desde temprana edad.  Ha participado como actor teatral en la Fundación Travesía Teatro , realizó estudios  en la escuela integral de gastronomía  Asochechef´s, participó en el talleres de poesía de la casa de letras  Andrés Bello dirigido por el poeta  Ernesto Román en 2013 y 2014.  Actualmente cursa estudios en la U.P.T.M.  Klever Ramírez en la especialidad de arqueología y labora como profesor en un colegio privado y desde 2008 como colaborador en un liceo en el ciclo de cultura basico, en su pueblo natal. Se dedica también a la alfarería y la orfebrería. En 2014 obtiene el primer premio nacional de poesía joven Rafael Guerrero realizado en el marco de la 10ma feria internacional del libro por su obra DE LA COMEDIA HUMANA Y SUS FATALIDADES. Cofundador del club poético MEDARDO VIVAS PEREZ.   [Una mujer despierta el asombro de los astrónomos] Una mujer despierta el asombro de los astrónomos con el afán de un felino literato La lluvia me ha sembrado puertas sobre espirales de niebla Aquella estrella danza y se me antoja carnada mas en mi admiración olvidé qué llevaba la boca abierta y pico muerdo y mastico un poco y la tierra me sabe ajena Nadie entiende esta obsesión de volverse humo y rasgar el aire o aquella otra de encogerme y bailar sobre una cuchara con el único fin de que la distancia me devore. [Una mano agita el aire] Una mano agita el aire y en nuestro andar somos vaho, una tenue niebla o un hilillo de humo; no más que todo cuanto se pueda dispar con un guiño distraído. Yo también hacía sonar la madera aseverando mi perpetua existencia. Pero eso pasó. Una idea se hizo nido en los pliegues de mi memoria. No en vano había pasado entre tumbos un siglo, dando de comer a mi sombra los frutos hilvanados de mis oraciones austeras. Una sonrisa cálida – cimiento de todo cuanto a mi hendido espíritu traía bonanza – se desprendía su etéreo semblante. Bien era entonces todo a su paso una traílla de irisados destellos. En cuanto se acentuó esta idea, un ave negra posó garras sobre su cabeza y con esa roja ferocidad propia de un depredador, dispuso a horadar con su pico el arcón que guarda de su belleza perenne. Terminada su labor, alzó vuelo y con un golpe de ala disipó mi diáfana existencia. Cinco Haikus y un lamento.  De vez en cuando lapidar entre frases el silencio. * Otro intento – tenemos tantos – vuelve la cabeza al lago. * Escuchar medir con la pluma cada fisura del día. * Escupir una guirnalda de plata a carcajadas ríe el niño de la escarcha en la barba. * Observar como sube el humo saludando fantasmas bailan las cenizas en el aire. * Paseo por las calles a media noche recuerdo que olvidé el mensaje entonces me acuesto sin cenar el día termina con un crujido.   [Echo un ojo a la calle] Echo un ojo a la calle rueda vida arriba cuestiona las grietas en la madera Sin flores mi cadáver sería un fracaso.
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