Francisco Bellorín. Homenaje a la imaginación

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Francisco Bellorín (1941 / +2018)     Conocer al artista Francisco Bellorín en persona es una de las oportunidades que ya no podré tener. Me pregunto si, al igual que Armando Reverón, no le agradaba que le llamaran Maestro, o quizás sí. Esta es una de las preguntas que me podrán responder quienes sí lo conocieron. Sin duda es un Maestro, no sólo por la perfección técnica que llegó a desarrollar en su obra sino por la necesidad de enseñar y lograr además concebir espacios para la educación de las artes, que aunque sabemos no son determinantes para que el

Francisco Bellorín (1941 / +2018)

   

Conocer al artista Francisco Bellorín en persona es una de las oportunidades que ya no podré tener. Me pregunto si, al igual que Armando Reverón, no le agradaba que le llamaran Maestro, o quizás sí. Esta es una de las preguntas que me podrán responder quienes sí lo conocieron.

Sin duda es un Maestro, no sólo por la perfección técnica que llegó a desarrollar en su obra sino por la necesidad de enseñar y lograr además concebir espacios para la educación de las artes, que aunque sabemos no son determinantes para que el arte surja, son espacios que no deberían dejar de existir jamás. Fue profesor de Dibujo y Pintura en la Escuela “Julio Árraga”, Fundador del Taller de Serigrafía de la Dirección de Cultura de la Universidad del Zulia, profesor en varias cátedras de esta universidad, Fundador y Coordinador del Centro Gráfico de la Dirección de Cultura de la Universidad del Zulia, y Jefe del Departamento de Artes plásticas LUZ, Maracaibo Venezuela.

Estos años dedicados a la enseñanza del arte dieron como resultado que el flujo de la creación siguiera su curso. Muchos son los que figuran como artistas en la historia del arte de esta ciudad y del país, que fueron sus alumnos o pasaron por estos espacios que Bellorín logró consolidar.

Realizó varios estudios donde destaca: Arte Puro y Artes Gráficas en la Escuela de Artes Gráficas Cristóbal Rojas en Caracas; Grabado en la Escuela de Bellas Artes en Bélgica; Diseño Gráfico en la Universidad de Varsovia, Polonia. Vivió y trabajó en muchas partes del mundo, Francia, Italia, España, México, entre otros.

   

Importa muy poco de dónde era. Como lo describen quienes escribieron sobre el artista, Bellorín fue un hombre de mundo que nació en Caripito, Estado Monagas, y a quien la ciudad de Maracaibo reconoce como uno de los suyos. No cabría ninguna duda al decir que su obra está determinada por los ritmos y la esencia de esa ciudad.

Podemos conocer mucho de la obra de Francisco Bellorín al leer su amplio currículum y los textos escritos por reconocidos pensadores y expertos del arte. Mi preocupación al tener el honor de escribir un texto para una exposición suya se centró en una pregunta: ¿Qué puedo decir yo que sea relevante o que ya no hayan dicho Sergio Antillano, José Antonio Castro, Roberto Guevara, Peran Erminy, Carlos Contramaestre, Bélgica Rodríguez, Juan Calzadilla, …?

No fue fácil darme cuenta qué podría aportar alguien que no llegó a conocer en persona al Maestro Bellorín. Me ayudó y fue inspirador leer las palabras de dolor por la partida del artista y sobre lo que para estas personas, Bellorín fue, significó, logró. Indiscutiblemente la obra de arte vive y en ausencia de su creador sigue siendo por si sola.

Así como yo, que no tuve la dicha de conocer “El Negro de Mery”, esta generación de ahora en adelante lo conocerá por todo lo que escribieron los críticos e investigadores anteriormente nombrados y por las anécdotas de quienes estuvieron junto a él en esta carrera extraordinaria dedicada al arte. A todas estas personas les queda la tarea de seguir hablando de la obra y legado de Bellorín para que las generaciones futuras no se pierdan, aprecien y lleguen a inspirarse con la fuerza y pasión con que Francisco Bellorín vivió su vida para y el arte.

En la obra de Francisco Bellorín veo una síntesis de todos los ismos y vanguardias que surgieron en el siglo XX, plasmados con una sutileza y en equilibrio por medio de un lenguaje único que llegó a consolidar el artista. En las distintas etapas de producción de su obra se reconoce las influencias de su paso por Europa, los estudios y trabajos que realizó en ese tiempo. Para nombrar algunos: Pablo Picasso y el cubismo, Carrá, Chirico, Chagal, el surrealismo, Magritte, Paul Klee, Kandinsky, Wifredo Lam, Cuba, Brasil, México, Venezuela.

   

La síntesis de un siglo de historia del arte, artistas, países, un continente, una ciudad, están contenidas en la obra de Bellorín. Como lo señaló Sergio Antillano: “Lo más significativo que puede pensarse de Bellorín, no es otra cosa que el hecho de encarnar el prototipo del artista latinoamericano, que siendo como es, arraigado absolutamente a este continente, a su tierra, es de una manera natural, Universal.”1

Las influencias son evidentes, lo que sorprende es su carácter genuino. Temas recurrentes marcan su trayectoria: vegetación, fauna, la mujer y el hombre, el encierro, el aislamiento, la soledad. El color siempre presente y entre las formas llega a concebir obras realmente salvajes, fuertes, intensas, que hablan de esa manera tan particular de expresión que tienen los artistas latinoamericanos que han tenido contacto con los movimientos artísticos europeos y que llegan a otorgarle un giro magistral e indiscutible con el hacer propio de cada uno. Sin duda, Bellorín es uno de ellos.

Como opinión muy personal veo “Desnudo bajando la escalera” (1912) de Marcel Duchamp, en muchas de las obras de Bellorín, en lo formal pero también por otras razones. Específicamente esta pieza de Duchamp nos habla de una búsqueda del artista por concebir una obra que no se encasillara en un solo movimiento, como se buscaba en la época, entre cubistas, futuristas y demás ismos. La búsqueda de la libertad de creación y de los cuestionamientos sobre lo que es y no es el arte.

En esencia creo que esta intención se repite y la logra plasmar Bellorín en cada obra, en cada etapa de su trayectoria. Una síntesis perfecta, en equilibrio con todos los saberes, temas, personajes, movimientos y lugares que inspiraron su vida, su trabajo.

   

Como resaltó Roberto Guevara, el dibujo es la base de su obra, el punto de partida para la exploración2. Y así se describió el mismo artista:

 

…lo que sí quisiera poner en relieve es que soy, antes que todo, un dibujante, al que por cierto no le basta su habilidad para explotar una sola conquista. Por definición, mi obra plástica es ambivalente, heterogénea. No podría concebirla en un solo sentido porque yo, como persona, nunca tomo la misma dirección.3

 

Este texto se realizó a propósito de la organización de una exposición homenaje, con obras de la Colección Maczul y de la Colección de la Dirección de Cultura de la Universidad del Zulia, que comprende miradas puntuales de la extensa vida artística del Maestro. Una oportunidad para recalcar la vida y obra de un hombre que logró plasmar genuinamente esta parte del trópico que sigue ardiendo a cada instante entre ignorancia y belleza. Hoy le despedimos y agradecemos infinitamente.

Por Marilyn Fernández

Educación Maczul


1Antillano, S. 1995. La vocación Universal de Bellorín. En catálogo Retrospectiva Francisco Bellorín, Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez. 2 Guevara, R. 1995. Lo universal y lo particular. Dos constantes en la obra de Francisco Bellorín. En catálogo Retrospectiva Francisco Bellorín, Centro de Arte de Maracaibo Lía Bermúdez. 3Bellorín, F. 1979. Texto del catálogo. Exposición BELLORIN, Museo Municipal de Artes Gráficas, Maracaibo/Venezuela.
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